Al día siguiente Link se despertó confundido y desorientado pues de momento no sabía que hacía en medio de la llanura de Hyrule, pero la cruda realidad lo golpeó rápidamente al recordar la pelea con Ilia, soltó un gruñido mientras se ponía en pie, Epona estaba a unos metros pastando tranquilamente, el chico se le acercó y la acarició –buenos días –la saludó, la yegua hizo un sonido en respuesta y continuó comiendo, él consiguió algunas frutas de los árboles cercanos y compartió unas cuantas con su compañera, una vez que ambos estuvieron satisfechos continuaron su camino, el muchacho no sabía bien a dónde ir –podría dirigirme a Kakariko –pensó, pero enseguida recordó todo lo ocurrido cuando intentó recuperar la memoria de su "amiga", no le hacia ninguna gracia rememorar aquello cada dos por tres, así que inmediatamente descartó esa opción –bueno, en realidad nunca hubo otra opción –se dijo –tengo que ir a la Ciudadela –decidió poniendo rumbo hacia allí.
Tardarían por lo menos otro día en llegar pero después de todo no tenía prisa por llegar, así que se dispuso a disfrutar del viaje,
admirando el hermoso paisaje, el clima era agradable, el cielo estaba despejado pero un fresco viento alejaba el calor, Epona también parecía estar disfrutando del paseo por lo que redujo el paso hasta convertirlo en un ligero y despreocupado trote, al atardecer los dos decidieron parar para comer algo, se sentaron a la sombra de un manzano, Link se estiró para arrancar una manzana y la yegua estiró el cuello para arrancar otra, los dos comieron hasta estar satisfechos, ya se veía a lo lejos el castillo de Hyrule –ya casi llegamos –dijo el chico, Epona giró la cabeza para mirar la Ciudadela, pero el cielo se oscurecía rápidamente por lo que ambos tuvieron que pasar la noche allí.
Al día siguiente continuaron su camino, al llegar a la Ciudadela, el muchacho se sorprendió al recordar lo grande que era y la gran cantidad de gente que había allí, vagó largo rato por el lugar recordando todo lo ocurrido,
al atardecer se sentó en la Fuente Central de la Ciudadela y se quedó mirando a todas las personas que pasaban, de pronto alguien se sentó a su lado –¿Qué haces aquí, Link? –preguntó la voz de una chica que a él le resultó familiar, se giró para ver a una joven más o menos de su misma edad, de tez clara, ojos verdes y pelo castaño claro, llevaba un vestido morado, quien lo miraba con una mezcla de curiosidad y seriedad, el chico sorprendido se puso en pie de inmediato –Princesa Zelda –dijo a toda prisa –Yo... Yo sólo... –ella lo miró un momento, los dos se miraron a los ojos y el chico supo que no valía la pena mentirle –sólo digamos que tuve una pelea con mi mejor amiga –la voz del muchacho se quebró al final de la explicación y la chica supo que algo malo le había pasado –vamos al castillo y me cuentas con más detalle –dijo ella mientras se encaminaban hacia allí, él la siguió pues no tenía otra opción, al llegar se dirigieron al patio del castillo, –ahora sí, cuéntame lo todo –pidió Zelda, Link respiró profundamente antes de contarle todo lo sucedido, tuvo que detenerse en un par de ocasiones para recuperar el control de sí mismo, al finalizar ambos se miraron, ella lo abrazó cálidamente, el chico intentó con todas sus fuerzas contener sus lágrimas, pasados unos momentos levantó la mirada topándose con la dulce mirada de la princesa –¿Ya te sientes mejor? –le preguntó con voz suave, él asintió –gracias –dijo con voz débil –vamos, te llevaré a tú habitación –le indicó mientras volvían a entrar en el castillo, Link no pudo protestar ni negarse por lo que la siguió sin decir una sola palabra, al llegar ella abrió la puerta y el chico entró dándose cuenta de que todas sus cosas ya se encontraban allí –Epona se encuentra en el establo, –le informó la chica, él simplemente asintió en respuesta sin ni siquiera voltearla a ver y Zelda cerró la puerta dejándolo solo, el muchacho se tumbó en la cama abrazando la almohada llorando,
un sollozo escapó de sus labios, todas las emociones que hasta ese momento había conseguido mantener ocultas se liberaron de nuevo, la princesa permanecía afuera de la habitación recargada en la pared, –lo siento Link, –dijo en voz baja, –lamento que estés pasando por esto, –murmuró escuchando los llantos del muchacho, él lloró hasta que el cansancio lo venció.
ESTÁS LEYENDO
Un Amor Inesperado
Fiksi PenggemarDespués de la partida de Midna, una pelea con su mejor amiga provoca que Link abandone el pueblo de Ordon, sin ningún lugar a dónde ir el chico vaga por la Ciudadela topandose una vez más con la Princesa, trás contarle lo ocurrido ella le ofrece un...