Sigue narrando Victoria...
John dijo mientras bajamos del avión...:
- Dice tu padre que tu tío...vendría por ti al aeropuerto. Y creo que son aquellas camionetas...que vienen...acercándose.
Venían acercándose unas camionetas...
- ¿Mi tío Giovanni, él? ¿Se encuentra en México?
John: - Sí el mismo. Pero el motivo de que se encuentra aquí en México no te sabría decir, supongo que por negocios.
Se detuvieron.
De una camioneta bajo mi tío junto a hombres armados detrás de él.
- Bienvenida de vuelta. -Dijo.- ¿Qué tal el viaje?
- Gracias, pues algo agotador...pero bien.
- Sí, supongo...son más de cinco horas. Pero cambiando de tema, iremos a un lugar antes de ir a la casa...es que necesito ir a buscar algunas cosas de la casa de mi suegro, es una hacienda en las afueras de Culiacán.
Ojalá que esa hacienda no sea la que estoy pensando.
- Me dijeron que te casaste pero no pensé con una mexicana. ¿Cómo se llama?
- Se llama Rosario Zambada, la debes de conocer...digo, por el apellido...te debe de sonar...
- Mmm, no...no la conozco lo siento.
- No importa...no te preocupes, en algún momento la conocerás...es mejor que vayamos porque regresaremos al anochecer a la casa y tu padre me reprenderá...por haberte traído tan tarde.
- Sí, tienes razón. Aunque todavía no lo he visto cuando está enojado...
- Es mejor que todavía no lo veas, porque es el mismo demonio. Pero vamos...
Seguidamente subimos a la camioneta.
El viaje duró como unos cuarenta minutos.
Pasábamos por anillos de seguridad...hasta llegar a una hacienda...que se me hizo familiar.
Las camionetas se estacionaron cerca de la entrada de la casa.
Mi tío...dijo: - Espera aquí, no tardo.
Se bajó de la camioneta, entrando en aquella...casa...desapareciendo entre los hombres que entraban y salían.
Mientras tanto en el otro lugar en la misma hacienda.
Rodrigo se encontraba lavando una camioneta que estaba manchada de sangre...por un pendiente que había hecho.
Gonzalo se acercó, preguntando: - ¿Todavía sigues en eso wey?
- Claro, estás manchas no sé salen al primer lavado. Además no sé porque carajos estoy haciendo esto.
Gonzalo contestó sarcásticamente: - Tú quisiste hacerlo...porque disque "está troca nadie lo lava...sino yo".
- Solo lo estoy lavando porque alguien no quiso hacerlo.
Gonzalo: - A mí no me metas en ese pedo...
- Ya párale y deja que lave tranquilo...no me interrumpas.
Gonzalo: - Llevas tres horas lavando...dile a alguien que lo haga y no seas terco...cabrón.
- No te burles, le di el día libre a mis hombres...
Gonzalo: - Que tonto eres. ¿Por qué harías algo así?
- Porque se me da la puta gana, ahora vete...
Gonzalo: - Bien, te ayudaré...iré a buscar unas cosas...enseguida vuelvo.
Dijo entrando a la casa...
Rodrigo exclamó...: - Si no vienes dentro de cinco, te iré a buscar cabrón.
¿Se encontrarían ambos...qué pasaría?
El próximo capítulo lo publicaré en bien termine de hacerlo...