Reluz

Respuestas

Capítulo VIl

Sus cuestionamientos son demasiado agresivos, por lo que cambio de tema, y le suplico que me lleve a ver a mi hijo pero se niega, él requiere una respuesta satisfactoria que yo no puedo darle por el momento.

Por principio de cuentas ¿Donde buscar?

Recordaba solamente que el abuelo de Sango, Shako, la había encontrado en uno de los monstruos que había matado, pero no estaba segura del tiempo o el año para buscarle... ¡Que problema! 

¿Debería mentirle? No, creo que no. Él es tan perspicaz que lo descubrirá muy pronto y estando las cosas como están, estoy segura que no dudará en matarme.

Lo miró con ansiedad, deseándolo, añorando sus abrazos y sus besos.

Mi amado Sesshomaru, si tan solo supiera cuánto lo he llegado a amar, seguro que podría comprender mi suplicio al no poder ser correspondida. Me sigue mirando con sus grandes ojos dorados y yo atemorizada, solo atinó a posar la vista en el suelo.

Y pensar que nunca me llegue a interesar en él de ningún modo, recuerdo que toda mi atención estaba puesta en Inuyasha, tristemente.

—Humana, estoy empezando a perder la paciencia— Me dijo tratando de amedrentarme, pero no tuvo mucho éxito en su empresa.

—¡Basta, Sesshomaru! Estoy cansada de tu actitud...— Le hice saber, aún sabiendo que mi vida corría peligro.

—¿Sabes que con un movimiento de mi mano, puedo destruirte? No colmes mi paciencia, mujer, y dime la verdad sobre tu cachorro, no te lo estoy pidiendo, te lo estoy exigiendo— Me amenazó y se acercó a mi, haciendo que perdiera el equilibrio y cayera sobre mi trasero.

—Sé de lo que eres capaz— Quiso atacarme pero en ese instante su padre hizo acto de
presencia.

—Cuidado— Le dijo sosteniendo su brazo. Yo respiré aliviada, porque de alguna forma tendría otro día más de vida, pero de repente vi que sus fríos ojos estaban fijos en mi persona, estaba molesto, no había duda alguna.

—Padre—

—Hasta que no sepamos si las cosas que me ha dicho son verdaderas, debes abstenerte de matarla... ¿Queda claro?— ¡Vaya! Que forma tan peculiar de decidir mi destino, quería gritarles que no soy un objeto, pero preferí no decir nada, de todos modos, estaba más preocupada por mi pequeño.

—¿Estas bien mujer?—

—No, no estoy bien. ¡Su esposa se volvió loca!—Le grité con marcada irritabilidad.

— Ella ha muerto, solo me queda mi hijo Inuyasha— Me dijo y luego me enseñó al bebé que traía en brazos, era tan pequeñito. Al escucharlo llorar de hambre, sentí la necesidad de alimentarlo, mis pechos se habían llenado de leche, así que él me lo da y aunque es extraño, lo prendó de mi pecho y le dejé que se alimentara hasta que estuviera saciado.

Mientras tanto veo el rostro de aquel hombre, la tristeza lo invade, ¿porque murió su mujer? Ni idea pero entonces me ve y yo trato de desviar la mirada.

—Si quieres saberlo, un ente la ha matado. Se apoderó de su cordura y mi hijo estuvo a punto de morir, eso es algo común en este mundo, ya deberías saberlo— Tenía razón, así que no dije nada más.