Akeimi

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Sumida en la oscuridad de la noche las dudas la acongojan, sin saber qué es lo que hace que seamos humanos, que es aquello tan preciado con lo que no pueden contar los Animal prime.

La suave brisa marina chocando contra su cara mientras veía el cielo estrellado al que alguna vez deseo llegar; sus pequeños ojos marrones se cerraban entre lágrimas de incertidumbre por su futuro.

La duda se había aferrado al pequeño cuerpo de Akeimi tras enterarse de los sucesos del centro de América, aquella chica que decidió renunciar a su humanidad, la chica que lucho por su vida ¿o simplemente un Animal prime siguiendo sus instintos?

Hacía tiempo que se había resignado a la vida que le había tocado vivir, ser la hija modelo y seguir el camino que se trazó para ella, pero ver aquella imagen reavivo las llamas que había olvidado que tuvo en alguna ocasión, aunque acepto tristemente la realidad en la que vivía, una donde no puede hacer nada con ese fuego que había renacido dentro de ella.

-Señorita Tsume la hora para estar aquí ya se acabó hace cinco minutos, lo puedo dejar pasar esta vez por ser usted, pero debe de irse

-Gracias James, - Dijo mientras se sentaba en aquella banca de concreto a la que acudía a diario para ver el firmamento nocturno - tú que si puedes estar aquí deberías admirar a polaris, es más resplandeciente hoy - tomo sus cosas y bajo de la azotea con mirada triste, una mirada que últimamente la acompañaba a donde fuera.

- ¿Dónde estuviste estas últimas cinco horas? - Dice bruscamente un hombre de gran altura de traje azul marino con tres triángulos invertidos morados arriba del corazón.

El hombre toma de forma brusca a la joven chica por el brazo con una brutalidad que hace creer a la chica que su brazo se está rompiendo y la obliga a hablar entre gritos ahogados de dolor - Solo quería ver el cielo, he estado arriba todo el tiempo, se lo juro, por favor suélteme me duele mucho, me va a romper un brazo

- ¿Romperle el brazo a un Animal prime? Eso sin duda me convertiría en el hombre más fuerte - dice el hombre de manera burlona - Tu brazo estará bien, aun no me puedo creer que la hija del representante de Asia sea un vulgar Animal prime y uno defectuoso - dice aventando a la chica hacia el interior de un cuarto abandonado.

-No me lo tiene que repetir, conozco mi lugar - responde la chica sin mirar al hombre a los ojos

-No parece. Eres el Animal prime más inútil que haya visto en mi vida y pensar que te tenía que proteger siendo que eres prácticamente inmortal, duérmete de una vez.

La historia de Akeimi se trata de un peculiar caso de un Animal prime que nunca será registrado como uno, o ese era el plan de su "amado" padre Yataga Tsume, una de las personas más importantes en el mundo, el representante de todo el continente Asiático y por ende uno de los 5 líderes mundiales, la carga de tener que cumplir con todas las expectativas de sus padres y del resto del mundo hundieron por mucho tiempo a una joven de nombre Akeimi que contrario a lo que se pensaría se sintió aliviada al enterarse de su naturaleza, al ver que era un Animal prime.

Esa felicidad momentánea se esfumo con la llegada de su padre al centro de reconocimiento junto al resto de los líderes mundiales, se sentaron en una sala privada mientras la joven se encontraba inmovilizada y llena de miedo.

- ¿Yataga cómo fue que dejaste que pasara esto? - pregunto Lina, la representante del continente europeo - Esto va a ser un escándalo, tu aceptación caerá por los suelos y puede haber levantamientos en tu contra, en contra de todos, esto va a desestabilizar el poder del Gobierno mundial.

-No puede salir a la luz esto - dijo rápidamente Shandell, un hombre alto de cabellos ondulados y ojos verdes que representa al continente americano.

Sentada frente a aquellas figuras tan imponentes con las que solía convivir sin saber lo atemorizantes que podían llegar a ser, fue donde se dio cuenta de que ser un Animal prime no era la salida que creía que era, era una puerta que llevaba a un lugar peor, fue entonces cuando paso por su mente en blanco la idea que marcaría su destino - Termina con tu vida - Esta idea fue a la única que logro poner atención durante toda la discusión que se formaba alrededor de ella; la idea se consolido cuando la voz de su amada madre pronuncio las siguiente palabras - No, yo no quiero tener que tocar esa cosa de nuevo, ¿Que esperan? ¿Qué llore por esa basura? - decía mientras miraba con repulsión y odio a su propia hija - No pienso tener nada con esa cosa, a lo que me concierne a mí, yo nunca tuve hija - el aire helado se desprendía de su ser y abrazaba al cuerpo de Akeimi, rompiendo la poca estabilidad emocional con la que contaba en ese momento la joven chica.

En la mesa había un cuchillo para cortar el queso que comían los líderes del mundo mientras discutían el destino de la joven de larga cabellera negra y una piel lechosa; Akeimi intento liberarse de sus ataduras, pero solo consiguió las risas de los presentes

-Juan ¿Cual dijiste que fue el diagnóstico del Animal prime? - Akeimi ya no existía a los ojos de quienes eran su mundo, ahora solo existía ese Animal prime, estaba perdiendo su humanidad, tenía que terminar con esto antes de dejar de ser humana, ella quería ser humana de nuevo, ella quería seguir siendo Akeimi y si moría en ese momento seguiría siendo Akeimi por toda la eternidad, debía hacerlo en ese momento.

-Tiene hipersensibilidad, siente el dolor de la misma manera que nosotros, moriría de dolor si es expuesta a la experimentación - dijo el doctor sin mirar a Akeimi

En ese momento su deseo de ser humana superaron todo y de un golpe rompió sus ataduras al ponerse de pie, corrió hacia el cuchillo mientras todas las armas dentro de aquel cuarto apuntaban hacia su pequeño cuerpo. Grito del dolor al intentar clavar el cuchillo en su abdomen sin éxito alguno, las lágrimas de impotencia y dolor se combinaban tras cada intento de apuñalarse a sí misma sin poder ver una sola gota de sangre

- ¿Por qué? - dijo entre sollozos y murmuros - Disparen por favor

Las armas se bajaron y los guardias que acompañaban a los líderes se encargaron de inmovilizar a la chica - Creo que lo mejor será mandarla al proyecto Alejandría, oficialmente ira a la estación espacial, habrá un accidente y no podemos recuperar el cuerpo, señor Ilay encargase de que no se mate lo que resta del año, que no escape y no divulgue la información - dijo muy serio el líder de Oceanía, un hombre que rozaba los dos metros, de piel morena y ojos verdes.  

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