Capítulo 23

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Estábamos los 5 preparados para partir, así que tomé la poción multijugos para hacerme pasar por Bellatrix y a los demás los hice invisibles.

Nos aparecimos en el callejón diagon y fuimos andando con tranquilidad hasta el banco de los magos, pero estábamos un poco nerviosos porque por la calle había muchos magos y brujas que me reconocían como Bellatrix, e incluso alguno quiso pedirme misericordia, pero se la negué.

Llegamos al banco y me acerqué al mostrador.

-Vengo a mi cámara- dije con desdén

-Identificación?- preguntó el duende desganado mientras ojeaba un libro.

-Quién te crees que eres, inmundo!- exclamé- Este es el trato que se le da a la mano derecha de vuestro Señor Tenebroso?

El duende alzó la vista y se estremeció.

-Disculpe, señora Lestrange, no quería ofenderla

-Venga! Rápido! No tengo todo el día!- exclamé furiosa.

El duende reaccionó enseguida y me guió hasta una especie de vagón donde tendríamos que apretujarnos si queríamos caber, pero conseguimos hacerlo sin que el duende que venía con nosotros lo notara.

El vagón se puso en marcha y se movió a toda velocidad.

-La cascada que se acerca disolverá los efectos se la poción multijugos, es La perdición del ladrón- me susurró Draco al oído.

Me preparé para ello, creando una barrera invisible a nuestro alrededor para que repeliera el efecto de ese encantamiento, poción o lo que fuera.

Estaba bastante insegura al respecto, ya que tenía entendido que eliminaba cualquier rastro de ocultamiento o encantamiento, pero para nuestra fortuna funcionó perfectamente.

-Su cámara, señora Lestrange- dijo ahora más intimidado. Seguramente tenía la esperanza de que no fuera realmente ella, pero su barrera anti magia no podía fallar.

Al lado se la bóveda había un gran dragón albino enorme, que al parecer estaba ciego, pero no le restaba impresión.

El duende cogió unos cacharros metálicos que colgaban del vagón y empezó a agitarlos, haciendo que el dragón se apartara con miedo.

Qué le habían hecho al pobre?

Abrió la puerta con su mano y cuando entramos la puerta se cerró detrás de nosotros, momento que aproveché para quitar el conjuro se invisibilidad.

-No os movais- dije cerrando los ojos. Tenía que concentrarme en el horrocrux para encontrarlo, pero tenía que separar a Harry de la ecuación.

Al fin di con él y lo señalé

-Es ese- dije y Harry se movió para cogerlo, pero tocó un objeto que le quemó la piel se multiplicó por 10.

-No os movais, he dicho. Harry, por favor- dije

-Perdona- se disculpó

Me concentré en que el objeto levitara y viniera a mi mano, y después de unos segundos funcionó

-La tengo- dije sonriendo- ahora salgamos de aquí. Abre la puerta, duende!- le grité al duende que se había quedado fuera y volví a hacer invisibles a todos.

Me hizo caso y abrió la puerta, pero de pronto aparecieron más duendes y guardias.

-Qué está pasando aquí?- pregunté siguiendo en mi papel de Bellatrix

-Ella no es Bellatrix- exclamó un guardia- ella acaba de avisarnos de que esto iba a pasar.

-He pasado la perdición del ladrón, claro que soy Bellatrix, estúpido inútil- dije, pero no estaba muy convencida

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