- Respira profundamente. - susurra cerca de mi oreja.
Yo inhalo y exhalo despacio, sintiendo como el aire llena cada rincón de mi cuerpo.
- Imagina la fuente de tu poder, - trata de explicar. - puede ser cualquier cosa: una copa, una casa, ... un árbol.
- "Imagina tu fuente de poder.... - vuelvo a exhalar despacio - ¿fuente?" ¿Un lago, tal vez? - pregunto despacio, para no perder la concentración.
- Sí, pero no te desconcentres.
- "Ni ti discincintris" - río ligeramente.
- No pienses en cosas estúpidas... - dice él suspirando.
- Imagino mi fuente de poder... - susurro concentrandome de nuevo.
Tomo una larga y profunda bocanada de aire y relajo cada músculo de mi cuerpo, excepto los esenciales.
- Esto no está funcio-... - abro los ojos para encarar a mi "profesor", pero me encuentro suspendida ante una inmensa superficie de agua.
- Wow - digo, cautivada por su belleza.
Me acerco para observarla de cerca, y creo apreciar una ligera curvatura en su superficie.
- "¿Es una esfera? Dios... es enorme"
Estiro mi brazo para tocar su superficie, y una capa fina se adhiere a mi piel.
- ¿Qué...?
La capa es tan delgada como el papel, sin embargo, se estira y adapta para rodear todo mi brazo una vez dentro.
El agua tiene una textura gelatinosa, como si no fuera agua de verdad. Está fresca, pero no fría, e invita a que me sumerja en ella. Trato de coger un poco, pero se escapa entre mis dedos antes de que pueda cerrar la mano.
- Y... ahora qué - digo divertida. - "¿Tanto escandalo para esto?"
Miro a la gran esfera de agua y trato de ver que hay más allá. Solo observo azul y más azul, sin embargo, no puedo ver el final de esta.
Paseo mi mirada de arriba a abajo y de derecha a izquierda, y solo veo agua...
- ¿... eso fué una luz?
Miro detenidamente al centro de la masa de agua, donde me pareció apreciar un leve destello dorado. Una tenue luz se refleja desde el centro, apenas visible por la distancia.
- Ok, creo que ya sé que voy a hacer hoy.
Sumerjo ambos brazos en la burbuja y la cabeza, complacida de poder respirar, y la capa se adhiere bien. Doy una suave brazada en el agua, esperando que mis piernas pasen la superficie y continuar bajando.... pero eso nunca pasa.
Miro hacia atrás, y veo como la superficie de el lago se ha deformado por mí culpa, y que solo mi torso ha logrado pasar.
- "¿Enserio pensé que sería tan fácil?" - suspiro pesadamente.
Comienzo a nadar hacia el centro, deformando el lago y sin conseguir que mis piernas crucen. La luz dorada se hace más nítida y menos fantasmal, haciendo que parezca algo casi tangible.
Sigo bajando y bajando, pero pronto me doy cuenta de que me es imposible llegar al centro. Cuanto más trato de bajar, más se estira la superficie y más difícil es avanzar, además de que ya estoy agotada.
Me concentro en llegar al centro y doy un par de brazadas más, cuando siento que algo no va bien.
Giro mi cabeza, tratando de encontrar el origen de esta sensación de peligro, pero no veo más que la superficie deformada formando dos grandes paredes de agua, mis piernas flotando y un inmenso vacío.