OO7.

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we make a really good team.
and not everyone sees,
we got this crazy chemestry
between us.

-for him., Troye Sivan.



Que JaeMin fuese hijo del Dios de la Muerte, definitivamente dejaba a todo el campamento anonado. Y aún más extraño resultaba ser cuando escuchaban que tenía ya entrados 19 años, y que justamente en 2020 cumpliría sus 20. ¿Acaso algún otro hijo de los tres grandes había, alguna vez, alcanzado tal edad? No en el Campamento Mestizo al menos.

Pero eso no era lo más extraño de la situación. Habían acostumbrado a los campistas a que los pocos hijos de Hades, solían tener un aura oscura e intimidante, junto con un estado físico bastante deplorable. Con ojeras marcadas, usualmente piel extremadamente clara, que justamente te hacía ver como un muerto en vida. El último en pisar el Campamento solamente comía papas fritas y sus costillas se notaban de sobremanera. Pero Na JaeMin era todo lo contrario; no sólo se había teñido el cabello de celeste cielo, pero su piel tenía un color bronce hermoso y que iluminaba y demostraba vida. Sus ojos jamás estaban marcados por bolsas o manchas de colores, sus orbes siempre brillaban cada vez que el sol pegaba contra ellos, haciendo que el marrón oscuro llegase a reflejar verdes o azules. Hasta Quirón tuvo sus dudas sobre si JaeMin realmente era hijo de Hades o si, en su defecto, había tomado lugar algún problema con los nombres de los padres divinos, y JaeMin era realmente hijo de Afrodita. Claro, las dudas fueron aclaradas a las pocas horas, que Hades, como costumbre, proclamó a su hijo. 

A pesar de que físicamente fuese todo lo contrario a los ideales que se tiene sobre estos semidioses, en el ámbito social sí se acercaba más a él. JaeMin necesitaba pasar horas y horas encerrado en su cabaña, ganando las energías suficientes para salir de ella e interactuar con otros campistas, ya fuese amistosamente o en ejercicios de combates. Na odiaba esa parte; realmente detestaba tener que salir de la comodidad de su cama para aprender a vencer monstruos. Sobretodo, porque él jamás iba a misiones; mientras que el resto de los semidioses buscaban de esa manera respeto ante sus padres, JaeMin ya lo tenía. No era un secreto que a Hades le gustaba permanecer tiempo junto a los pocos hijos que tenía, y Perséfone estaba encantada con el joven de mejillas infladas y mirada esperanzadora. JaeMin estaba seguro de que por eso los adolescentes de mayor de edad le miraban con odio puro, mientras que los más chicos con admiración.

JaeMin era un joven con pocos amigos, contando únicamente con Huang RenJun, un hijo de Atenea que muchas veces le hacía perder la paciencia con su característica soberbia, y Lee Jeno, a quien consideraba su mejor amigo y pequeño secreto. Pero, claro, cualquiera con ojos y dispuesto a ver, sabría perfectamente que el único secreto era mantenido hacia Jeno, y que él representaba amor y cariño a los ojos de Na. Cualquiera dispuesto a ver, sabría que el hijo de Hades estaba enamorado del hijo de Deméter.

Ah, Lee Jeno. ¿Qué podía decirse de él? Era otro chico que, al principio, se rumoreaba que era hijo de Afrodita; su belleza simple y natural había cautivado la atención de múltiples féminas, y varios hombres por igual que jamás lo admitirían en voz alta. Lee terminó siendo hijo de Deméter, diosa de la agricultura y la fertilidad. A diferencia de JaeMin, Jeno sí entraba de manera positiva en el estereotipo de hijos de su madre divina; era tranquilo y adoraba poder sostener la mano de sus amigos, odiaba estar enojado y siempre era amable con todos. Aún así, como JaeMin, había cosas que desentonaban; como por ejemplo, lo mal perdedor que era, su constante competitividad, y la violencia que se apoderaba de él cada vez que veía que alguien intentaba lastimar a JaeMin.

Digamos que, si bien JaeMin no parecía desnutrido, de todas formas tenía un cuerpo pequeño. La gran mayoría de las espadas del campamento eran demasiado pesadas para él (no que realmente necesitase usarlas), y debido al poco ejercicio que hacía por voluntad propia, tampoco es como si tuviese mucha fuerza muscular. Y a pesar que debería tener un cartel gigante encima, que brillase en neón con la frase "HIJO DE HADES, NO METERSE CON ÉL SI NO QUIERES QUE CERBERO TE SAQUE LA CABEZA", los campistas más grandes de cuerpo y edad solían meterse con él casi todos los días. Tal vez era el constante odio y sus complejos de inferioridad, incapaces de comprender por qué un Dios querría tanto a un hijo tan débil como él. Podrán imaginarse que, en su mayoría, eran los hijos de Ares los que solían molestar a JaeMin.

30 days challenge.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora