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Era una tarde gélida.

El ejercito Danubio que lideraba el General Choi SeungHyun estaba a la espera de las ordenes para atacar.

Entre ballestas y catapultas, los legionarios en su armadura de hierro forjado negra y plata con sus espadas y escudos.

Mas de 40, 000 soldados entre artilleros,arqueros, honderos y carrilleros, en conjunto estaban ansiosos por entrar en batalla, sedientos de sangre.

El General Choi SeungHyun capitán del ejercito del norte, miraba  Alrededor viendo a sus hombres impacientes y helándose.

A sus 30 años, una vez mas estaba al mando de sus hombres para dar batalla a los ejércitos tribales germánicos que se estaban reagrupando para atacar.

El General llevaba sobre sus hombros la piel blanca y gris de una loba como símbolo para hacerles recordar a sus soldados que combatían por la gloria del imperio.
El peto de su armadura de legionario, estaba adornada con la efige de la loba de Roma y el escudo del Regimiento Félix de caballería a la que pertenecía.  

Su piel color oliva, sus profundos ojos negros adornados por tupidas y largas pestañas asi  como sus gruesas y negras cejas, reflejaba un aspecto imponente, con su armadura y su fiel espada, le daba un aire de arrogancia y determinación que lo caracterizaban.

Diestro en la batalla así como para guiar a sus hombres, lo hacían un digno oponente en la batalla.

Con la consigna de derrotara las tribus de alemanes, marcomanos, estaría al frente de sus tropas para vencer, y asi volver a ser SeungHyun el agricultor junto a su bella esposa y su pequeño hijo.

Una vez mas lucharía por la gloria de Roma.
Aferrándose al brazo de sus hombres, DaeSung y SeHun comento.

-Fuerza y Honor.

Ellos respondieron con determinación.

-¡Fuerza y Honor! 

Alistándose, tomo de la mano de su mozo, TaeHyun, las riendas de su corcel, monto y se giro hacia el enemigo que ya habia comenzado a salir. Encasquetándose su casco dijo a Daesung:

-Espera la señal, luego atácalos.

Galopando, fue a reunirse con el Regimiento Félix.
 

♧♡♧♡

Era una batalla sangrienta, sin sentido, pensaba el General, mientras con su espada y sobre su corcel se encargaba de derrotar al enemigo. Rostros ensangrentados aparecían ante él a diestra y siniestra, a donde quiera que volteaba el rostro de la muerte lo miraba.

Cuerpos sin vida de derecha a izquierda, algunos completos, otros decapitados y otros desmembrados cubrían el campo de batalla.

Entre árboles nevados y un frío que calaba hasta los huesos, el gran General Choi Seung Hyun junto a su ejercito, peleaban con su vida para defender a Roma.

En batalla, todos admiraban al capitán del ejercito del norte. Tenia un ojo especial para ver situaciones en batalla que nadie mas veía, su habilidad en la pelea y la energía que emanaba parecía que nada lo detenía, su determinación en ganar cada batalla ero lo  que le ayudaba a lograrlo, nada ni nadie era capaz de hacerlo fallar.
Sus golpes certeros y seguros con su espada  no daban cabida a la derrota.

El General solo tenia un pensamiento en mente, ganar la batalla y pedir al emperador el retorno a su hogar junto a su esposa e hijo que le esperaban con ansias.

De repente, un fuerte golpe lo saco de sus pensamientos y fue derribado, con su espada en mano trataba de defenderse ante el guerrero que tenía frente a él con la clara convicción de matarlo. Con un movimiento acertado el general lo derribo pero enseguida tenia otro sobre de él. La batalla era ganar o ganar y esos guerreros tenían la misma convicción que el General, ganar a toda costa.

El combate cuerpo a cuerpo era desquiciante, ya no eran humanos cuerdos luchando, sino hombres fuera de sus sentidos con sed de sangre.

Desgarrando cuerpos con la espada y la mirada perdida ante la lucha. El General nuevamente cayo de espaldas mientras un oponente se le dejaba ir con todo a cumplir su cometido, pero, no tomaba en cuenta que las tropas del General estaban siempre vigilando por su vida.

Una escena desgarrante entre gritos, lamentos y sangre, demasiada sangre en un paisaje entre árboles, fuego y nieve, los soldados que quedaban en pie, heridos trataban de caminar entre los cuerpos sin vida buscando compañeros mal heridos o agonizantes y dando muerte al enemigo que aun estuviera respirando.

Entre este caos el General miraba a su alrededor, jadeando sin aliento empuñando a su fiel amiga, su espada, alzándola, gritando con el poco aliento pero lo mas fuerte que sus pulmones le permitían…

“¡La victoria es de Roma!"

Mientras sus soldados lo coreaban.

A lo lejos un hombre ya entrado en años y con el semblante y cuerpo cansados, vestido en la mas finas túnica de un azul marino y plumbago   y brocados en oro, suspiraba de alivio al ver al gran General vitoreando su logro junto a sus soldados, una vez mas, el General Choi SeungHyun había conseguido la victoria para Roma y para su emperador, HyunSuk.

-Una vez mas General lo has logrado para Roma, junto a tus fieles soldados. Vamos, vayamos al campamento.

Lentamente y junto a su séquito, el emperador tomo rumbo hacia donde se encontraría el general junto a sus soldados.

Il Gladiatore. (Gtop)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora