♢ "Desde que la vió, se prometió verla con su radiante y hermosa sonrisa, haría cualquier cosa con verla siempre feliz, y no le importaba si llegará a derrarmar sangre, lo que más importaba era verla contenta."
--Todo lo que he hecho Chaeyoung, lo h...
Sus redondas orbes miraban la fría noche desde la ventana, no sabía que había ahí de pie solo, mientras miraba las estrellas brillar en el cielo. Una pequeña risa lo saco de su burbuja, para luego adentrarse a su hogar y caminar a su habitación mientras seguía escuchando la misma y muy conocida risa.
Al ingresar a su habitación, las luces estaban de un lindo rosada, mientras que en la cama se haya una castaña de espaldas, está se voltea, y su oscura mirada se posa en el recién llegado.
—Jungkookie... Por fin viniste.— dijo la castaña de flequillo para voltearse, revelando que solo tenía una camisa y unas largas medias en sus largas piernas.
—R-Rosé... ¿Qué haces vestida así?— pregunto algo sonrojado el pelinegro, mientras miraba como la contraria seguía con una gran sonrisa.
—Me vestí así para tí...— dijo la castaña para comenzar a acercarse hacia el más alto, una vez cerca, agarra las manos del pelinegro para ponerlos en sus glúteos.
—¿Q-Qué?— Jeon estaba totalmente confundido.
—Hazme tuya, follame Jungkook.— dijo Park para desabrochar lentamente los botones, bajo la hambrienta mirada del contrario, una vez finalmente desabrochada, el contrario apegó el cuerpo de la más baja.
—No me pides que pare.— dijo este para juntar sus labios con los de la contraria, haciéndola sonreír. Sus lenguas jugaban entre si en un caliente y excitante baile, mientras que las ansiosas manos del más grande recorrían el cuerpo de la castaña de flequillo a su antojo.
Está daba pequeños gemidos al sentir las frías manos del pelinegro en su caliente piel, los besos de Jeon bajaron hasta su cuello dónde dejo marcas a su antojo.
Su respiración era acelerada, mientras su frente sudaba, miro a su alrededor encontrándose con su habitación, miro a un lado viendo cómo la rubia dormía profundamente con una gran camisa que era de su pertenencia.
Tenía un gran dolor en su parte baja, estaba bastante excitado con ese sueño en dónde él y Park eran protagonistas, se levantó con cuidado hacia el baño para luego encerrarse. Se sentó en la tapa del inodoro y lentamente adentro su mano en los pantalones de chandal.
Agarró su erecto falo mientras tenía sus mejillas carmesí, piensa en algo bonito dijo su subconsciente. Y por obra de magia, la imagen de la rubia apareció en su mente.
Su sonrisa, sus ojos miel aparecieron en su mente, mientras hacía muecas debido a la excitación con la que cargaba ahora, pero aquellos dulces detalles que pensaba de la contraria, fueron oscureciendose. Recordando reciente sueño húmedo que tuvo.
Se imagino a la antigua Chaeyoung, a la linda castaña de flequillo, imagino su rostro sonrojado junto a sus labios rojizos y algo inflamados, se imagino como sus ojos se oscurecian y brillaban de la calentura. Su mano se movía rápidamente mientras se mordía sus labios reprimiendo algún gemido de su parte. Tenía que ser silencioso, no le gustaría que su chica se despertará por sus impertinentes sonidos. Solo se dedicaba a susurrar el nombre de la chica de la cual lleva enamorado bastantes años.
Su respiración era errática, pero lo que finalmente hizo que manchara su mano con el líquido blanco y viscoso, fue imaginarse a Park entre sus piernas, mientras disfrutaba lamer de su polla. Finalmente se levantó para comenzar a lavarse sus manos, suplicando de que la contraria estuviera durmiendo.
Cosa que se equivocó, aquella rubia había escuchado todo, había escuchado cada susurró que soltaba.
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Se hallaba solo en la cama matrimonial.
Miro el lado donde durmió la más baja, el cual se hallaba vacío, pero el sonido de una voz cantar y el olor a un delicioso desayuno, lo hicieron levantarse. A paso lento iba mientras seguía escuchando una conocida canción.
Se apoyo en el umbral de la puerta de la cocina, mientras con una pequeña sonrisa miraba lo concentrada que estaba la pequeña rubia en hacer el desayuno.
—Now the day bleeds, into nightfall. And you're not here, to get me through it all...
—I let my guard down, and then you pulled the rug. I was getting kinda used to being someone you loved...— termino de cantar Jeon para hacer que la chica lo mirará y sonriera.
—¿También te sabes la canción?— dijo un poco emocionada la chica mientras comenzaba a servir el desayuno en unos platos.
—Es mi favorita...— dijo este y la chica amplió su sonrisa.
—¡También es mi favorita! Mira que casualidad, Jungkookie.— dijo Rosé para tomar los dos platos y salir de la cocina para dejarlos en la mesa junto a los cubiertos.
—¿Hicistes tu sola el desayuno?— dijo el apodado mientras miraba como la chica quien seguía con su camisa puesta, y le encantaba verla así. Sus cabellos algo desordenados mientras la camisa dejaba su hombro derecho desnudo.
—Si, hice el desayuno para ti.— dijo la chica para sentarse, cosa que de igual manera hizo el pelinegro, el primero en dar un bocado fue el dueño de casa, y al probar aquel exquisito manjar que hizo la chica abrió un poco sus ojos.
—Wow, está delicioso Chae.
—¿De verdad?— pregunto la rubia mientras miraba al chico comer.
—Claro que sí, ¿Acaso estudiaste algo de repostería allá en Australia?— pregunto esté para sonreír y tomar un sorbo de jugo de naranja natural.
—Claro que no, mi mamá desde chica me enseñó hacer algunas cosas. Y Jimin siempre era el primero en probar cada cosa que hacía.— dijo la rubia mientras cortaba un trozo de tocino.
—Yo por mi, sería feliz en probar cada cosa que puedas hacer.— los ojos miel se alzaron a los chocolate del chica, mientras que sus mejillas se tornaron de un carmesí.
—G-Gracias Jungkookie.— dijo Rosé para morderse levemente su labio inferior, y recordar la noche anterior.
C-Chae...~
Sintió un cosquilleo en su espalda a recordar los susurros del contrario, siguió comiendo, hasta que decidió a hablar.
—¿Dormiste bien?— pregunto la chica mientras miraba al otro beber del jugo de naranja.
—Dormí de maravilla, ¿Y tú?— pregunto Jeon mientras veía como la más baja tomaba entre sus suaves manos las de él.
—Estoy en deuda contigo Jungkookie, gracias por recibirme en tu casa. No cualquiera recibiría en un dos por tres.— dijo la chica mientras mantenía su mirada gacha, mientras sentía sus ojos picar.
El pelinegro tomo el mentón de la contraria, haciendo que está alzará su mirada y se quedaron viéndose en silencio.
—Yo siempre estaré para ti Chae...— dijo desde el corazón el mayor, no quería que siguiera sufriendo la chica. Y se estaba tardando en hacer pagar a Eunwoo y Joohyun.
