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Kakashi

La noche era algo fría pero estrellada. Obito estaba junto a mí en el tejado de mi casa, algo habitual en nosotros. Siempre solíamos hacerlo luego de los tiempos difíciles, solo nos quedabamos aquí hasta que sol saliera bebiendo un poco de alcohol.

Nuestro pequeño hábito empezó luego de la muerte de Rin. Minato solía acompañarnos de vez en cuando, de alguna forma con este acto podíamos sentir a Rin junto a nosotros.

—Extrañaba esto— dijo Obito exhalando ruidosamente con la serenidad reflejada en su rostro—. Trabajar en Akatsuki puede ser agotador.

—No creo que tanto como trabajar con adolescentes— respondí bebiendo un trago pequeño de alcohol.

Obito rió a carcajadas ante mi expresión apática.

—Naruto y Sasuke son un dolor de cabeza— si ambos estuvieran presentes seguro tendrían una marcada cara de indignación por mis palabras, ellos eran tan dramáticos—, la pequeña Sakura siempre fue su ancla.

—Oye eso es cruel— se quejó con burla Obito ocultando su sonrisa, sabía que yo no estaba hablando de mala manera—, no puedes hablar así de ellos.

—No lo digo de forma negativa— suspiré frustrado por tener que explicar cada cosa que decía—. Tú lo entiendes.

—Lo sé.

Sakura siempre fue el ancla de sus dos compañeros. Cuando los impulsos de esos dos tomaban el control de sus acciones—la mayoría del tiempo— ella estaba ahí para mantener sus pies sobre la tierra.

Por eso cuando ella no volvió de su primera misión fuera de la aldea esa amistad y los lazos que los mantenían unidos se rompió. Sasuke era distante y sentimental— el Clan Uchiha era mucho más que simples apariencias, se veían fuertes e indestructibles pero sus sentimientos eran los más puros y verdaderos que los de cualquier otro—, él se dejó caer en el abismo del dolor. Dejó que todo ese sufrimiento y amor imposible lo abrumara por completo y terminó destruyéndolo.

Naruto era optimista y valiente; los lazos de la amistad y la familia eran importantes para él. Por eso cuando perdió a Sakura también perdió una parte de él, no supo asimilarlo y se aferró a todo lo que estuvo cerca— a diferencia de su mejor amigo—. Con el tiempo los sentimientos por Hinata florecieron y cuando Sakura ya no estuvo fue el impulso necesario para demostrarlo y aferrarse a ese amor que tanto necesitaba.

Él se aferró a sus familia y amigos intentando llenar el vacío que Sakura dejó, nunca logró hacerlo. Y cuando Hana apareció no le quedó de otra que aferrarse a ella también, con el pasar del tiempo reemplazó a la pelirosa por ella. No entendió lo equivocado que estaba hasta que Sakura volvió.

Sus barreras se cayeron y sus sentimientos explotaron, todo ese dolor floreció y no logro manejarlo. Pero Tsunade la apartó nuevamente— ignorando el daño que causaba—, ella hizo lo que debía hacer pero se equivocó. Naruto dolido y abrumado se aferró una vez a la chica que había logrado llenar ese vacío.

Estaba mal, su actitud estaba mal. Pero quién podía culparlo, era un niño cuando ocurrió y el sentimiento de perdida era demasiado para él.

Sasuke nunca lo entendió y lo odió por eso, nunca logró entender el porqué de las acciones de su mejor amigo. Pero lo único que ambos necesitaban era uno del otro.

Si tan solo no hubiesen sido tan orgullosos lo hubieran superado juntos. Sasuke necesitaba el optimismo de Naruto y el rubio necesitaba la claridad en sus sentimientos como el azabache. Pero eran muy jóvenes como para entenderlo y el tiempo los distanció.

Cuando Los Cerezos Caen.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora