CAPITULO 4

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Ya ha pasado una semana desde que pasó lo de Nate. Las clases empezaron hace unos días y he estado bastante ocupada. No me he encontrado con Nate y eso que vivimos en el mismo pasillo. Y lo agradezco no habérmelo encontrado. Esa tarde en mi Habitación fue una de las mejores pero…después de lo que leí no quiero meterme otra vez en ese mundo.
Era sábado y ese día, Clarissa y yo habíamos decidido salir una noche, sin chicos. Habíamos decidido irnos a una discoteca que hay por la zona. Elegimos mi coche, ya que Clarissa no yiene coche. Mi coche es un porsche rojo y descapotable. Clarissa lleva un vestido corto rosa palo, que se engancha al cuello y yo un vestido rojo mucho más arriba de la rodilla abierto, con tiras cruzadas en la espalda y con escote en forma de V. Nos dirigimos a la discoteca y aparco.
Ya hice reserva a mi nombre así que no hace falta esperar. Clarissa invitó a tres amigas, así que las cinco nos dirigimos a la zona vip. No tenemos edad para las discotecas pero el nombre de Walforf es bastante famoso. Pedimos una botella de champán y voy sirviendo. Clarissa como no bebe, me dijo que iba a conducir a la vuelta así que no me preocupara. Nos vamos a la pista de baile y bailamos con bastante gente.
-Tía, ese chico te está mirando demasiado-me dice una amiga de Clarissa. Se llama Dana y es pelirroja con pecas por sus mejillas. Me dijo que su familia era de Irlanda. Me giro hacia donde me decía Dana y la verdad es que el chico no está nada mal. Tiene el pelo castaño, los ojos grises y bastante alto. Le guiño el ojo y me voy a la barra. Pido algo mas fuerte que el champán y decido unos chupitos de vodka. Me tomo tres de golpe y noto el alcohol en mi garganta.
-Una chica como tú, tan valiente para beberte tres chupitos de vodka de golpe-me dice el chico de antes. Le sonrío y pido otro para él.
-¿Una chica como yo?-le pregunto curiosa. El chico se ríe y asiente con la cabeza.
-No va a malas. Me refiero que te veo una chica tan frágil que me cuesta creer que te guste algo como el vodka. Eso me gusta y me pone a la vez-me dice pasándose la lengua por los labios.
-Tengo familia rusa, será por eso que me gusta el vodka-le digo mordiéndome el labios. Parece que eso le gusta porque se remueve incómodo.
-Me pareces una chica misteriosa, eso también me pone…¿tienes novio?-me pregunta. Niego la cabeza y me echo el pelo hacía atrás.
-¿Cómo te llamas?
-Me llamo Mike, ¿y tu guapa?-me pregunta tomando otro chupito. Mike apoya una mano en mi pierna y la va subiendo lentamente.
-Irina y si sigues haciendo eso, te voy a llevar al baño y que me folles-le digo mirándole a los ojos. Sus ojos se ponen negros y me coge de la mano. Entramos en un baño y cierra la puerta. Me sube encima del lavamanos y me sube el vestido. Saca un condón del bolsillo, se lo pone y me la mete. Los dos gozamos moviéndonos fuertemente y sin ningún sentimiento. Me viene a la mente la imagen de Nate, la otra tarde cuando me lo comía mientras lo gozaba. Cuando nos corremos, el chico me ayuda a bajar y salimos del cuarto de baño. Mike me da su número de teléfono y me guiña el ojo antes de irse. Sonrío y me dirijo donde están mis amigas. Clarissa me mira curiosa y sube las cejas de arriba abajo. Me pongo roja y la cojo el brazo para bailar.
Cuando son las cuatro de la mañana, Clarissa decide que es hora de irnos. Yo llevo varios chupitos de tequila y dos vasos de vodka con Coca-Cola. Dana y yo nos vamos riendo y haciendo el tonto, mientras nos vamos tambaleando.
-Tía ¿y coomoo…folla?-me pregunta Dana sujetándose a mí. Yo llevo los zapatos en la mano y tambaleándome.
-No folla mal…me dio su número pero creo que no voy a llamarle-le digo riéndome. Clarissa nos abre la puerta de atrás y entramos. Pone música y nos ponemos a cajtar pero yo no aguanto mucho y acabo dormida.
Cuando llegamos al internado, Angelica decide llevar a Dana a la habitación y Clarissa a mí. La otra chica se fue en su coche ya que no bebió. Llegamos a mi habitación y Clarissa abre la puerta. Me mete en la cama y me arropa. Me quedo dormida al segundo.
A la mañana siguiente tengo un dolor de cabeza terrible. Gruño por lo bajo y voy al baño a ducharme. Estoy acostumbrada a beber y casi nunca he vomitado pero ayer bebí algo más. Y bebía cada vez que me venía a la mente a Nate, encima de mi. El agua me relaja el cuerpo y cuando salgo del baño con una toalla, llaman a la puerta. Me quedo extrañada ya que es todavía pronto para un domingo. Abro la puerta y me encuentro con Nate. Lleva la cara con golpes. El labio roto, el ojo rojo e hinchado y la camiseta con sangre. Le abro la puerta y le meto en la habitación. Y se va tambaleando.
-Lo siento Irina, no sabía donde ir-me dice Nate susurrando. Le siento en mi cama y me dirijo al baño a por una toalla y agua. Me arrodillo enfrente de él en silencio y le quito los restos de sangre. Nate gruñe por lo bajo y le agarro la mano. Él me mira e intenta sonreír pero hace una mueca de dolor. Le quito la camiseta y admiro su cuerpo musculoso. Dios mío esta demasiado bueno.
-Túmbate en mi cama. Voy a llevar a lavar ropa y luego vuelvo-le digo cogiendo unos pantalones vaqueros estrechos del armario, una camiseta blanca básica y unas deportivas. Voy al baño, me visto y cuando salgo, Nate está dormido. Cojo la camiseta de Nate y algo de ropa mía y voy al otro pabellón, donde está la lavandería. Meto la ropa en la lavadora y espero hasta que acabe. Me siento en los sillones y me pongo a pensar. ¿Quién le ha dado una paliza? ¿Siento pena por él? Intento olvidarme de él después de lo que leí pero… es imposible. Me siento tan atraída hacía él…y por una parte me gusta que haya querido venir a mí.
Cuando ha acabado de lavarse la ropa, la llevo a mi habitación. Cuando llego, abro la puerta y veo a Nate dormido. Suspiro y pongo la ropa en la otra cama para que se seque. Me siento en la cama donde está Nate y empiezo a acariciarle el pelo. Nate abre los ojos y me sonríe, un poco mejor. Se gira a verme y al verme tan seria, frunce el ceño.
-Irina, lo siento muchísimo. Si quieres que me vaya me voy-dice Nate suspirando. Niego la cabeza y le sigo acariciando el pelo. Nate me mira a los ojos y veo arrepentimiento y tristeza. ¿Arrepentimiento?
-No tienes que disculparte. ¿Qué te ha pasado?-le pregunto curiosa. Nate niega la cabeza y me coge la mano sobrante.
-No fue nada. Me pegaron, nada más. No sabía a donde ir y vine aquí, aunque no sabía si querías verme-me dice Nate haciéndome cosquillas en la mano. Se que no fue una simple pelea pero no decido preguntar más. Nos quedamos mirándonos en silencio. Me gusta, Nate me gusta pero no quiero arriesgarme con él, no después de los informes. No acabe de leerlos y los he guardado, para no volver a leerlos más pero…me duele que me guste tanto.
-Irina, gracias-me dice cerrando los ojos. Le dejo dormir más y decido ir a una tienda a por algo de comer para él y algo para mí. Salgo del internado y me dirijo a mi coche. Arranco y me voy a toda velocidad hacia la tienda más cercana. No tardo más de diez minutos, por lo que aparco y salgo con el bolso. Entro en la tienda y compro unos sándwich, cheetos, Reese's de mantequilla de cacahuete, Skittles, palomitas, chocolate de todo tipo y refrescos. No se que es lo que le gusta, por lo que cojo lo más apetecible. Pago la compra y decido ir a la farmacia a por unas pastillas para el dolor de cabeza y para el dolor de cuerpo. Voy a la farmacia, lo compro y conduzco hasta el internado. Cuando llego, aparco y salgo hacía mi Habitación. Como son las nueve de la mañana, no hay mucha gente por los pasillos así que no me encuentro a mis amigos. Abro la puerta de la habitación y está Nate despierto mirando el móvil. Cuando me ve, me sonríe. Es tan guapo…
-Creía que no querías estar conmigo, me iba a ir ahora-dice intentando levantarse pero se marea y se vuelve a tumbar. Corro hacia el y hago el amago para que no se levante.
-He ido solo a por comida, no sabía que te gustaba así que he traído un poco de todo y unas pastillas para ti-le digo pasando las bolsas. Nate me mira sorprendido y veo brillo en los ojos. Me ilusiona bastante. Se sienta en la cama mientras que yo me siento en el suelo y decidimos comer un poco.
-¿Qué comida te gusta más?-me pregunta Nate comiéndose un trozo de chocolate. Me quedo pensando un rato y sonrío.
-Me encanta la Lasaña ¿y la tuya?-le pregunto curiosa. Nate hace como que lo piensa poniéndose los dedos en la barbilla.
-El bacon. Creo que podría pasarme la vida comiendo bacon-dice riéndose. Me contagia su carcajada y me rio yo también.
-¿Ya tienes amigos?-me pregunta pasándome una lata de Coca-Cola. Asiento contenta y sonriendo.
-Sí. Harry es un buen amigo, Clarissa, Thomas y Michael-le digo bebiendo un trago de refresco. Nate me sonríe y bebe también de su Coca-Cola.-¿y tu? Veo que te conocen muchas personas-le digo poniendo mi cabeza en la mano.
-No, bueno. Llevo aquí desde los quince años y bueno, conozco a la gente-me dice sin dar más detalle.-una pregunta-me dice sonriendo.
-Dispara
-¿No tienes novio?-me pregunta curioso. Pongo los ojos en blanco y niego con la cabeza. Él asiente con la cabeza y le da un buen trago al refresco. -¿y has tenido algumo?
-Novio formal uno. No me gusta mucho hablar del tema-le digo desviando la mirada. Nate asiente con la cabeza y decido preguntar lo mismo-¿y tú?
-Has leído el informe, lo sabrás ¿no?-me dice bastante serio. Bajo la mirada y el ambiente de vuelve muy tenso. Justamente, mi teléfono empieza a sonar y agradezco por quien me esté llamando. Cojo el teléfono y contesto.
-¿Sí?
-Irina, soy Padre.
-Ah, eres tú.
-Joder, que seca hija. Llamaba para decirte que…voy a casarme otra vez.
-¡¿QUÉ?!-Le digo gritando. Nate me mira extrañado e intenta levantase pero le pongo la mano para que no lo haga-¡¿Cómo qué te vas a casar?! ¿Con esa zorra?-le digo cabreada. Oigo un suspiro por detrás de la llamada.
-Va a ser mi futura mujer. Te ruego que la respetes. Te llamaba para que vinieras a la boda, me haría mucha ilusión.
-Sí claro. ¿Y queréis que sea la dama de honor?
-No, la dama de honor es su hija. Es un año más pequeña que tú.
-LO QUE ME FALTABA-le digo colgando el móvil. Grito fuerte y Nate me mira entre extrañado y curioso.
-¿Qué te pasa? ¿Quién era?-me pregunta Nate. Me subo en la cama y me coloco a su lado. Estoy enfadada por la boda de mi padre y que encima… TENGO UNA HERMANASTRA.
-Era el cabrón de mi padre. Me ha llamado solo para decirme que se va a casar con una zorra cazafortunas y encima tengo una hermanastra-le digo cabreada. Nate me coge la cara con sus manos y me mira a los ojos.
-Tranquila. Vas a ir a la boda y vas a dejar a tu padre a esa mujer flipando. No merece la pena enfadarte por eso. Que les joda y punto-me dice acariciando con el pulgar mi cara. Suspiro y bajo la mirada.
-No tengo quien me acompañe-le digo suspirando. Nate me levanta la cabeza por la barbilla.
-Seré tu acompañante. Vas a dejar flipando a todos. Estas buena, eres rica y vas a llevar a un tío bueno como yo-me dice soltando una carcajada. Me río y asiento.
-Sí bueno, pero van a quedar más asombrados conmigo que contigo-le digo guiñándole un ojo. Nate se ríe y asiente con la cabeza.
-Eso quería oírte decir. Ya me lo recompensarás-me dice guiñándome un ojo y soltando una carcajada. Me rio con él y nos pasamos toda la mañana y toda la tarde riéndonos. Por la noche, decidimos poner una serie en Netflix y decidimos ver American Horror Story. Comentamos lo que vamos viendo, como lo macabro que es todo y le confieso que Evan Peters me encanta porque es tan misterioso que me atrae. Nate hace bromas de vez en cuando.
-Irina, voy a la otra cama-me digo cuando ve que me estoy quedando dormida. No se si es por lo bien que me lo he pasado o qué pero no quería que se fuera a la otra cama.
-Quédate conmigo, por favor-le digo sujetándole el brazo.
-¿Seguro? No quiero que luego te arrepientas-me dice tumbándose otra vez. Niego con la cabeza y le hago hueco. Me cambié y ahora llevo unos pantalones cortos de pijama y una camiseta algo ancha.
-No ve voy a arrepentir nunca-le digo mientras me atrae hacia él y me abraza. Me da un beso en la cabeza y es la primera vez que duermo de maravilla.

Atracción FatalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora