CAPITULO 8

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Me despierta un móvil. Me muevo y miro que están todos dormidos y sigue sonando un móvil y ese móvil es el mío. Tengo tres llamadas de mi padre y suelto un gruñido. Me meto en el baño y le llamo. Me contesta al segundo tono.
-¿Qué quieres? ¿No has visto la hora?
-Sí y te llamo para decirte que estoy de camino. No tengo mucho tiempo así que se puntual.
-Claro que si padre, tranquilo-le digo mientras cuelgo el teléfono. Gilipollas.
Salgo del baño y veo que siguen todos durmiendo. Mejor. Cojo unos pantalones vaqueros y un suéter fino. Me hago un moño alto despeinado y me meto en el baño a vestirme. Cuando estoy lista, bajo al aparcamiento a esperar a mi padre. Veo un majestuoso Lander Rover negro. Aparca donde estoy yo y se baja. Tiene el pelo rubio, con unos ojos verdes y mide uno ochenta. Mi padre es muy atractivo y por eso cuando era pequeña, todas las madres de mis amigas querían algo con mi padre.
-Gracias Irina. Por donde empiezo…-dice mi padre. Ni un hola hija ni nada. En esta familia somos muy fríos cosa que no me gusta mucho-se que viste a tu madre. ¿Te contó algo?
-Sí, que quiere tu mansión, cosa que veo bien-le digo encogiéndome de brazos. Mi padre cruza los brazos y frunce el ceño.
-¿Por qué? Tu madre decidió Irse-dice mi padre algo rencoroso.
-No voy a defenderos a ninguno de los dos porque sois unos padres de mierda pero ¿qué más te dará darle la mansión? Tienes muchas propiedades padre y si, ella decidió irse cosa que no estoy a favor pero echa la culpa a su enfermedad-le digo apoyándome en su coche. Mi padre resopla y se pasa una mano por su pelo.
-La bipolaridad de tu madre no es excusa. No quería saber nada de nosotros. Punto y final-dice mi padre enfadado.
-¿No estarás así porque sigues sintiendo algo por mamá no?-le digo con una sonrisa malvada. Mi padre pone los ojos en blanco y niega con la cabeza.
-Claro que no, tu madre y yo nos separamos hace tiempo-dice mi padre aparentando estar seguro de sus palabras pero levanto una ceja. No se lo cree ni él.
-¿Ah no? ¿Y si te dijera que está muy guapa y que me dijo que te echaba de menos?-le digo mintiendo. Mi padre se queda en silencio y niega con la cabeza pero puedo ver en sus ojos que miente. Te pillé.
-Claro que no. Tu madre y yo éramos muy jóvenes y decidió irse. Yo la quería y la amaba, lo sabes-dice mi padre. Me cruzo de brazos y Saco el as.
-Claro, y… ¿a quién dirías que quieres más? ¿A mamá o a la zorra de tu prometida?-le digo sonriendo. Mi padre me fulmina con la mirada y acierto-ya he adivinado a quién quieres más pero tranquilo, no diré nada a tu prometida.
-Irina, por favor. Dile a tu madre que me hable, que llegaremos a un acuerdo-me dice mi padre cambiando de tema.
-Te doy su número y hablas con ella-le digo sacando mi móvil. Mi padre asiente y le doy el número. A los minutos, mi padre decide irse y me dice que ya me llamará para contarme lo de la boda.
Me meto dentro del internado y subo a mi habitación. Mis amigos siguen durmiendo pero Nate no. Se esta poniendo los pantalones que llevaba ayer y me le quedo mirando mordiéndome el labio. Es demasiado sexy y excitante.
-No sabía donde estabas así que me estaba vistiendo para irme…
-No tienes porque irte…había pensado en ir a desayunar si quieres-le digo bajando la mirada. Nate suelta una carcajada pequeña y se acerca a mi. Me levanta la cabeza con su dedo en mi barbilla. Me quedo mirando sus ojos azules y veo calidad en ellos, una calidez que hace que confíe en él.
-Me encantaría-dice sonriendo. Dios, ¿he dicho que es demasiado guapo y sexy?
Le dejo que se ponga la camiseta y las zapatillas y cuando está preparado, nos bajamos los dos al aparcamiento. Nate decide en coger su coche. Es un mercedes negro con los asientos de cuero. Me siento en el asiento del copiloto y Nate arranca el coche. Pongo la radio mientras que Nate se pone unas gafas de sol negras. Hoy es un día que hace sol y se está cálido. En la radio aparece la canción de 7 rings de Ariana Grande. Me pongo a tararearla y de vez en cuando Nate me mira y sonríe. Me pongo roja como un tomate y dejo de tararearla.
-Irin, me gusta como la tarareas-dice él con los ojos puesto en la carretera. Él se pone a cantar un trozo de la siguiente canción que ha salido y oigo que canta fatal, lo que me provoca un ataque de risa. Oír a Nate cantar me hace reír y cantar yo también. Nos pasamos todo el viaje cantando y riéndonos mientras hacíamos el tonto. ¿Me está empezando a gustar de verdad?
-Ya hemos llegado-dice bajándose del coche. Yo abro la puerta y salgo del coche. Entramos en un local bastante chulo de cafés con un tono vintage que me encanta. Hay parejas tomando café, familias con niños y gente con ordenadores escribiendo.
-¿Qué quieres que te pida?-me pregunta mientras nos ponemos en la cola. Miro el cartel de cafés y chocolates que hay.
-Un café con un chorro de vainilla y caramelo y con nata-le digo lamiéndome los labios. Nate suelta una carcajada y asiente.
-Coge esa mesa, yo te llevo el café.
Me señala la mesa y voy hacia allí. Está al lado de la ventana así que me siento mientras miro a Nate. Es un chico misterioso, rubio con ojos azules y alto. Tiene un cuerpo musculoso aunque sin llegar a pasarse. Le hace un culo bastante bonito esos pantalones que lleva y la verdad es que muchas chicas le miran. Nate aparenta más de diecisiete años y parece más maduro. Cuando veo que se acerca a la mesa con los cafés y con un plato, muchas chicas le miran de arriba abajo. Se sienta a mi lado y me ofrece el café con el plato de dos muffin de chocolate. Las chicas al ver que estoy con él, bajan la mirada avergonzadas o simplemente se ponen a tomar el café.
-¿Y esto?-le digo señalando los muffin. Él se encoje de brazos y me sonríe.
-Aquí cogí el muffin de chocolate cuando te lo di en el internado-dice avergonzado. Le miro y le sonrío de manera sincera. Me como el muffin de chocolate pero le doy un trozo a Nate. Él me mira y me lo coge con la boca. Mira mi café con la Nata así que coge un poco de nata con el dedo y me lo pone en la nariz.
-¡Oye!-le digo limpiándome con una servilleta mientras que Nate se parte de la risa. Cojo yo otro poco con el dedo y se lo pongo en los labios. Él se pasa la lengua y pone los ojos en blanco.
-Princesa, no me provoques-me dice guiñándome un ojo. Yo solo puedo sonreír y cogerme el muffin.
-Cuéntame algo oscuro que hayas hecho en tu vida-le digo curiosa. Nate duda por un momento y se toma su momento para responder.
-Estuve con una chica hace unos años…éramos jóvenes e inexpertos en relaciones como es lógico. Ella se llamaba Dawn y era una chica guapa. La verdad es que en el Instituto todos estaban colados por ella pero ella solo se fijó en mi. Empezamos muy rápido a tener algo que ni siquiera sabía nada de ella. Mis padres me advirtieron que éramos muy jóvenes y que no la conocía lo suficiente y no les hice ni puto caso. Empezamos a tener una relación bastante tóxica. Ella solo quería estar conmigo y si me juntaba con mis amigos me dejaba de hablar durante un día o dos. Un día cansado, decidí dejar la relación y ella se puso como una energúmena insultándome. Los días pasaron y cuando parecía que la calma volvía, en una fiesta estaba liándome con un chica cuando ella me vio y se cabreó tanto que acabo con un pedo alucinante. Mi hermano la vio y se la subió a una habitación…-noto a Nate temblar y le cojo de la mano para que se tranquilice-y abusó de ella. Ella al día siguiente recordó todo pero me amenazó de no contar nada si yo salía con ella.  Yo no la quería pero sabía que estaba mal y quería proteger a mi hermano…me siento un puto mierdas por haber hecho todo eso, sinceramente. Empecé a beber y a drogarme hasta el punto de no recordar nada pero todo volvía. Mi hermano seguía abusando de ella cuando iba bastante borracha hasta que un día, ella se enteró que me drogaba y decidió…subirme a una habitación mientras yo estaba colocado y follarme. Al día siguiente me acusó de haberla violado y me denunció a la policía.
Cuando acaba, esta temblando y tiene los ojos llorosos, igual que yo. Se que Nate no es malo…él hizo cosas como cualquier persona pero eso no es motivo para considerarlo malo.
-Nate, eres la persona más alucinante que he conocido en mi vida-digo entrelazando nuestros dedos. Nate me mira y noto una leve sonrisa-una pregunta…¿por qué no denunció a tu hermano y solo a ti?
-Por qué aparte de que mi hermano tiene problemas, ella empezó a sentir cosas por él-dice Nate suspirando. Yo frunzo el ceño y me cabreo. ¿Cómo puede ser su hermano un puto diablo?
-Nate, tu hermano es gilipollas. No te culpes de nada-le digo tocándole la cara con las manos. Él pone sus manos encima de las mías mientras nos miramos.
-Si me culpo Irin, me culpo porque si no hubiera estado tan drogado…nada hubiera pasado-me dice y no me doy cuentan que estoy llorando hasta que Nate me limpia la lágrima que me ha salido. Él me mira y sonríe de medio lado.
Decidimos después de esta charla, salir del restaurante y nos damos una vuelta por las calles. La verdad es que Detroit no está tan mal. Al ser sábado, la gente va al mercado Oriental de la ciudad. Hay tiendas de fruta y verdura, de cerámica, de objetos antiguos y la verdad es que es bastante chulo. Cuando vivía en California era todo muy metropolitano. Vivir en una especie de barrio Antiguo es bastante chulo y donde vayas, la gente es muy simpática y alegre.
-Nate, una pregunta-le pregunto mientras vamos andando por una de las calles antiguas. Vamos agarrados de la mano y la verdad es que me siento como si fuéramos una pareja de verdad.
-Dime princesa-me dice sonriendo y cada vez que me dice eso, algo dentro de mi se derrite y me encanta.
-¿De dónde eres?
-Nací en Nueva York. Mi padre nació allí y mi madre es de Chicago. Cuando se quedó embarazada de mí decidieron mudarse a Nueva York donde viven en un ático en el Upper East Side. Mis padres son abogados y por eso tu padre no toca al mío. Le ha salvado el culo varias veces.
-Ahora todo tiene sentido.
Nate se ríe y seguimos andando cogidos de la manos. A la una y pico del mediodía, Nate decide invitarme a comer así que nos vamos a un restaurante bastante chulo tipo rockero. Entramos en el restaurante y un camarero aparece. Nos sienta en una mesa algo alejada del ruido cosa que agradezco en el alma. Me siento enfrente de Nate y pedimos para beber Coca-Cola y miro la carta de la comida. Nate decide pedir unas costillas con barbacoa y yo unos macarrones con queso. Noto a Nate algo tenso y me Pica la curiosidad.
-Nate, ¿te pasa algo?-le pregunto cogiéndole la mano. Nate mira nuestras manos y luego a mí y niega con la cabeza.
-No es nada Irin, no te preocupes-me dice fingiendo una sonrisa.
El camarero aparece con nuestros platos y empezamos a engullirlo. La verdad es que está buenísimo y encima tengo a Nate. Nate no para de mirar al camarero y es cuando me molesto un poco.
-Nate, dime que coño pasa.
-El camarero te mira mucho, nada mas…
Es cuando caigo en que está celoso. Una sonrisa aparece en mi boca y empiezo a reírme. Nate me mira entre curioso y enfadado.
-¿Estas celoso?-le pregunto todavía con la sonrisa. Nate le quita importancia con la mano y niega con la cabeza.
-Claro que no, no somos pareja ni nada por el estilo-me dice poniendo los ojos en blanco. Un pinchazo en el pecho aparece cuando dice que no somos pareja…y en teoría eso es cierto.
Cambiamos de tema y hablamos de los estudios, de las ciudades, de la familia y de la comida. Dice Nate que tiene una hermana pequeña-y eso lo leí en el informe-que es su ojito derecho. Nate la quiere muchísimo y sus padres se pasan ocupados casi siempre. Yo no le cuento que mi madre estuvo aquí porque es un tema que no me gusta hablar y le cuento un poco sobre mi padre. Nate me escucha atentamente y la verdad es que parece que somos amigos desde hace muchísimo tiempo. Cuando acabamos de comer, Nate paga la comida y nos vamos andando hasta su coche. Decidimos irnos al río de Detroit a pasar la tarde y a olvidarnos de todos los problemas. Cuando estamos en el coche, alguien me llama por el móvil y miro el nombre: mi madre.
-¿Sí?
-Irina, ¿qué haces?
-Eh…¿necesitas algo?-le pregunto dudosa. No le he contado a Nate nada de mi madre y si se lo digo puedes que se enfade.
-Necesito que vengas a buscarme. He ido al centro comercial y el moto no me va-me dice von voz suave. ¿Sigue aquí?
-¿No te habías ido?
-Iba a hacerlo pero…decidí quedarme porque Detroit no está nada mal-dice riéndose. Yo pongo los ojos en blanco y le digo un vale. Cuelgo el móvil y miro a Nate.
-¿Podemos ir al centro comercial? Hay alguien que necesita mi ayuda-le digo mordiéndome el labio. Nate me mira por un segundo y asiente sin preguntarme. Da la media vuelta y nos dirigimos hacía el centro comercial. Pongo un poco de música y aparece Beautiful lie de second to mars. Nate sonríe por esta canción y noto que es su favorita y la verdad es que Nate es un chico maravilloso con problemas de mierda. Después de casi cuarenta minutos, veo a mi madre con bastantes bolsas de ropa y zapatos. Lleva un vestido algo corto con una chaqueta de cuero negra y unas botas altas. Su pelo rubio lo lleva bien peinado y lleva unas gafas de sol. Salgo del coche con Nate a mi lado y cuando me ve mi madre, viene corriendo hacia mí y me da un abrazo pero no se lo devuelvo.
-Gracias Irina, no se que hubiera hecho si no hubieras venido-dice quitándose las gafas. Se gira hacia mi acompañante y estira la mano.
-Hola, soy Alyssa-dice mi madre. Nate sonríe y le estrecha la mano. Yo pongo los ojos en blanco y niego con la cabeza. Nate no sabe que mi madre vive…¿o sí?
-Encantado, soy Nate un amigo de Irina-dice él sonriendo. Dios mío Nate tiene una sonrisa de infarto de verdad-¿Qué le ha pasado?
-Pues que no me funciona bien el coche, no sé que ha podido pasar-dice mi madre señalándole el coche. Nate se acerca a él y se ofrece a ayudar. Mientras él busca que ha podido pasarle al coche, mi madre se acerca a mí y me coge del brazo.
-Un amigo…he visto como le miras Irin-dice mi madre subiendo las cajas de arriba abajo. Yo niego con la cabeza y suelto una carcajada amarga.
-¿Tanto me conoces?-le digo molesta. Mi madre venía solo a verme para conseguir dinero y ¿ahora es la que más me conoce? No me lo creo.
-Irina…
-No digas nada. No me conoces nada Alyssa. Por mucho que seas mi madre, llevas sin serlo desde que nos dejaste-la digo enfadada. Nate está más lejos y no me oye, cosa que me alegro en el alma.
-Entiéndeme Irina, no podía estar más allí-me dice mi madre en un suspiro. Yo puse los ojos en blanco.
-Y decidiste dejar a tu hija con un mafioso y pirarte por allí ¿no?-mi madre me mira y parece que se va a poner a llorar de un momento a otro. Una parte de mi siente lástima pero por otra no. Cuando oímos a Nate detrás de nosotros, nos giramos y le miramos. Mi madre sonríe y yo solo puedo mirarle serio. Nate sabe que algo va mal pero no pregunta nada, cosa que agradezco.
-Alyssa ya está arreglado. Solo estaba algún cable desenchufado de la batería pero ya está todo en su punto-dice poniéndose las gafas de sol y sonriendo.
-Muchísimas gracias Nate, deja que os invite a tomar un café o algo-dice mi madre guardando las bolsas en el maletero. Nate acepta y yo no tengo más remedio que gruñir por lo bajo.
Los tres nos dirigimos dentro del centro comercial y Nate se sitúa a mi lado. Él me mira de reojo a través de sus gafas y yo voy con la cabeza gacha. Mi madre nos lleva a un Starbucks a tomar un café. Nate se pide un frapuccino de mocca, mi madre un zumo de frutas y yo un frappuccino de café. Los tres nos sentamos en una mesa con sillones y Nate como siempre a mi lado. Nate y mi madre hablan animadamente mientras que yo me tomo el café en silencio y de vez en cuando reviso mi móvil. Tengo varios mensajes de Clare y de Harry preguntándome dónde estaba y si estaba con Nate. En un momento, a Nate le suena el móvil y se levanta y se va un momento a coger la llamada y me quedo sola con mi madre.
-Nate es un chico majo y bastante guapo-dice mi madre mirándole. Yo asiento con la cabeza. Mi madre aparta la mirada de él y la posa en mí.
-¿Qué pasa?-la digo fulminándola con la mirada. Mi madre niega con la cabeza y sonríe con tristeza.
-Sonríes igual que sonrías a Jordan. Tu padre y yo hablábamos de eso y decía que te veía mucho mejor y más animada-dice mi madre juntando sus manos. Una rabia corre dentro de mí cuando nombra a Jordan.
-Mira madre, Jordan fue mi primer amor de verdad y la persona que mas amaba en el mundo. Por culpa de esta mierda de vida, se fue y jamás pude decirle lo que sentía de verdad. Por culpa de todo esto, tuve que ir al psicólogo y un año a un psiquiátrico por intento de suicidio. Desde entonces decidí no sentir nada por nadie y eso estoy haciendo-la digo levantándome del sofá y mirándola con odio. Mi madre abre los ojos y veo que le salen las lágrimas en los ojos. Nate viene y cuando me ve como estoy, salgo del Starbucks hacía el aparcamiento mientras lloro. Me siento en uno de los bancos que ahí allí y me desahogo mientras lloro. Cuando alguien saca el tema de Jordan, algo dentro de mi se retuerce. Nate viene corriendo y se sienta a mi lado. Pongo mi cabeza en su hombro y lloro mientras él me acaricia la cabeza y se queda en silencio, como si solo estuviéramos los dos y nadie más.
-No pasa nada pequeña, llora todo lo que quieras-dice Nate masajeándome la cabeza. Mientras lloro, me refugio en los brazos de Nate y me protejo de mi madre, de mi padre y del mundo entero. Solo estamos él y yo.

Atracción FatalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora