CAPÍTULO 2

49 13 1
                                    

A la mañana siguiente, la cama de Lilian esta vacía. Suspiro y me voy a la maleta. Todavía no he colocado la ropa en el armario, por lo que me pongo a ordenar un rato. Mañana me viene el ordenador, por lo que podre divertirme un rato en este muermo de internado. Cuando estoy poniendo la ropa, alguien llama a la habitación. Extrañada abro la puerta y aparece el chico de anoche. Le abro la puerta y antes de que me pusiera a ordenar la ropa, Nate me coge del brazo y me estampa contra la pared.
-Que sea la última vez que nos hablas así, ¿te queda claro?-dice Nate cabreado. Esos ojos azules transmite enfado, y también se que no le caigo bien. Mejor.
-Déjame en paz, no me conoces así que voy a hacer lo que quiera-le digo yo también cabreada. Este chico va a sacarme de quicio. Nate sonríe y me hace un repaso de arriba abajo.
-A ver muñeca, como te lo digo…no te conviene meterte conmigo, te crees una dura pero luego seguro que vas a llorarle a tu papá…-se calla debido a la hostia que le doy en la cara. Él me mira con odio y me coge las muñecas.-No vuelvas a hacerlo nunca más, eres solo una niñata que amargas a las persona solo porque no follas.
-Déjame, puto engreído. Puedo follar cuando me de la puta gana y tu no eres nadie para mandarme-le digo intentando huir de su agarre pero es más fuerte que yo. Él me mira los labios y la verdad es que, me saca de quicio pero me pone demasiado. Nate se va acercando más a mi y cuando creo que me va a besar, se aparta riéndose. Capullo.
-No puedes resistirte a mis encantos. Ten cuidado nena, no vaya a ser que te queme-dice pasándose una mano por el pelo mientras me suelta. Después de darme otro repaso, sale de la habitación. Me pongo a gritar porque lo odio. Quien coño se cree que es para hacerme eso. Después de veinte minutos chillando como una puta loca, me voy al armario y elijo algo de ropa, ya que voy con unos pantalones cortos de pijama y una camiseta súper fina. Elijo un vestido negro con la parte de arriba de encaje y que me llega un poco más arriba del muslo, unas sandalias negras y me maquillo un poco. Decido dejar mi pelo ondulado y suelto y salgo de la habitación.
Voy al Salón y hay gente desayunando, por lo que cojo unos cereales con un café. Veo a Harry solo por lo que voy a sentarme con él y a pedirle perdón por haberme portado tan mal con él.
-Harry…¿puedo sentarme contigo?-le pregunto bajando la mirada. Al principio se queda en silencio y me hace sitio para que me siente a su lado. Levanto la mirada y veo que lleva una camiseta roja básica con unos pantalones negros algo desgastados.-Quería disculparme por haber sido una idiota, enserio.
-No te preocupes Irina, lo entiendo. Mis padres me decían que era muy pesado y bueno…-dice negando con la cabeza. Me da pena Harry, es el único que si se ha portado de maravilla conmigo y yo se lo pago haciéndolo sentir mal.
-No eres pesado. Aparte me caes muy bien y se que ayer fui una gilipollas contigo. Me gustaría hacer algo hoy contigo y tus amigos, si queréis claro-le digo sinceramente. A Harry se le ilumina la cara y asiente. Me empiezo a reír y niego con la cabeza.-una cosa, la chica esa Carly… ¿Clark?
-Clarissa, la chica de ayer ¿no?-dice riéndose. Yo me avergüenzo de ser tan mala para los nombres.-¿Qué pasa con ella?
-Ayer te Miró como si fueras el único chico en la faz de la Tierra. Creo que le gustas-le digo riéndome por la cara que se le ha quedado. Está rojo como un tomate y súper avergonzado.
-Somos amigos desde hace dos años. Me miraba como miran a todos, supongo-dice nervioso. Niego con la cabeza.
-Todos los chicos sois iguales-le digo robándole un poco de magdalena. Él hace como que se enfada y me quita un poco de cereales y así nos pasamos todo el desayuno, riéndonos y quitándonos comida. Después del desayuno, decidimos salir a dar una vuelta fuera del internado. Él tiene coche por lo que nos vamos a un parque que dice Harry que hay patos y puedes darles de comer.
Cuando llegamos después de media hora, nos sentamos en un banco, cerca del tanque de patos. Siento curiosidad por él, por lo que le pregunto cosas sobre él mientras que más tarde, él me pregunta a mí.
-¿Cuál es tu apellido?
-Blake. La verdad es que mi apellido mola muchísimo, y lo sabes.
-¿Por qué viniste al internado?
-mis padres me obligaron. Mi padre es militar y mi madre doctora pero pasa poco tiempo en casa por lo que me dijeron que viniera aquí. La verdad es que no es tan malo, después de unos cuantos años.
-¿Tienes hermanos? ¿Cuál es tu color favorito? ¿Cómo te gustan las chicas?
-Bueno a ver. Tengo un hermano mayor que vive en Nueva York, mi color favorito es el naranja y me gustan sinceras y majas pero no eres mi tipo, lo siento-dice quitándome la bolsa de cheetos que habíamos comprado. Le pego un manotazo y le digo que más quisiera tener a mi como pareja. Ahora es el turno de hacerme preguntas a mí.
-¿Por qué has llegado al internado?
-Mi padre es un gilipollas. Creería que así me volvería una chica educada como él siempre quiso.
-¿De qué trabajan tus padres?
-Mi padre es…empresario y mi madre no lo se, vive la vida de un lado a oteo sin importarle su familia.
-¿Te gusta Nate?-dice serio. Al principio me sorprende la pregunta pero niego la cabeza.
-No, no le conozco. Me choqué ayer con el sin querer y hoy hemos tenido unas palabras un poco…amenazantes. ¿Por qué?
-Te lo digo porque eres mi amiga y ese chico es un delincuente. Se que a ti no te intimida pero Nathaniel Edevane es una persona peligrosa-dice intentando protegerme pero se lo que dice. Cuando era pequeña, mi padre me llevaba al trabajo y un día, una persona le traicionó y acabó torturado por los hombres de mi padre y con un disparo en la frente. Yo “vi” casi todo. Pero no fue el único que vi a lo largo de mi vida.-me caes bien y eres mi amiga. Aunque parezca dura, se que no lo eres. Te escondes para no mostrar tus sentimientos y deberías de hacerlo. Te lo digo de verdad.
-Lo sé Harry pero no me escondo…porque quiera. Me escondo porque me han fallado tantas personas que creía que nunca me iban a fallar-le digo bajando la voz. No me gustan que intenten descifrarme. Pero Harry ha dado en el clavo.
-Irina, eres mi amiga y jamás pienso fallarte. Se que te conocí ayer pero no te pienso fallar, quiero que confíes en mí-dice sincero. Asiento con la cabeza y salimos del parque para la hora de comer.
Cuando llegamos al internado, muchas personas más aparecen en el campus y dentro del internado. Nos dirigimos a la cafetería y Harry coge pollo rebozado con barbacoa y yo una hamburguesa. A mi padre no le gustaba mucho que comiera comida basura pero “jódete esa padre”. Nos sentamos con sus amigos y me suelto un poco más. La verdad es qie me lo paso muy bien con ellos. Me entero que Thomas es un experto en informática y que quiere ser algo así como una especie de “Hacker”. Michael es él que menos habla pero me cae bien. Harry dice que es muy tímido pero que cuando bebe, se suelta muchísimo. Clarissa, cada vez que estoy más con ella, me doy cuenta que está muy pillada por Harry. Y no me extraña. Hacen buena pareja y aunque Harry lo niegue o no se de cuenta, se que miente. Ella quiere estudiar medicina y me entero que Harry igual. Que coincidencia. Cuando acabamos de comer, les digo que tengo que ir a hablar con una amiga de California y me voy a la habitación. Cuando entro, me encuentro a Nate. Cierro la puerta de un portazo y él se da cuenta de que estoy allí. El muy gilipollas está registrando mis cosas.
-¿Qué haces cogiendo mis cosas? ¿No te han dicho nunca que no debes de registrar las pertenencias de una señorita? -le digo quitándole de las manos mi bolso. Nate se empieza a reír y niega con la cabeza.
-¿Una señorita tú? No me hagas reír. Más bien en vez de señorita, una delincuente-dice cruzándose de brazos. Le fulmino con la mirada y niego con la cabeza.
-No sé de que cojones me hablas. No soy ninguna delincuente y si hablamos de eso, me he enterado de que tu no te quedas atrás eh-le digo con una sonrisa traviesa. Se le nota en la cara que le he dado en un punto fuerte así que decido provocarle. -Nathaniel Edevane, un chico peligroso que puede hacer daño a las personas. No me das ningún miedo querido y ¿te digo el por qué? Porque me das pena, tener que ir haciendo el papel de malo. Ten cuidado con quién te metes.
-Irina Walforf, tu padre es un importantísimo mafioso de california. Dylan Walforf tiene muchos contactos pero se que no podría hacer daño a un Edevane. Ten cuidado con quien te metes tú, no vaya a ser que salgas perjudicada querida-me dice cogiéndome la cara con una mano. Le miro a los ojos para intimidarle pero él no aparta la mirada. Nos quedamos así varios minutos hasta que bajo la mirada y él sonríe. No podía seguir mirándole, veía cosas que no debería. Nate se larga de mi habitación y cojo rápido mi móvil. Llamó a un contacto de mi padre. Christian O'Neil. Es un amigo de mi padre que puede conseguirme toda la información que quisiera.
-Chris, soy Irina Walforf, quisiera hablar contigo de una cosa.
-¿Qué querías Irina?
-Información sobre Nathaniel Edevane y su familia. Te pagaré lo que quieras.
-Te daré la información que quieras. Mañana a las 4 de la tarde en cheescake garden. Por ser tu Irina, te lo dejo a doscientos dólares.
-Gracias Chris, te lo agradezco-dicho esto, cuelgo. Se va a enterar Nate Edevane.
Me pase toda la tarde hablando con Elizabeth, sobre como estaba con su novio y en lo mucho que me echaban de menos. Me dijo que fuera en navidades allí con ellos y les dije que sí, no quería pasar las vacaciones de navidad con mi padre y su familia. Lo odiaba. Mi compañera de habitación estuvo sin venir a la habitación por lo que supuse que se fue por ahí y decidí ir a cenar. Tenía un hambre alucinante así que me puse unas mallas negras, una camiseta roja corta y me hice una coleta alta. Bajando las escaleras, me encontré con Nate pero a otro chico más. Él chico era moreno, con ojos azules e igual de alto que Nate. Él chico desconocido me mira y le dice algo a Nate, que se gira a verme. Nate pone una mueca y sigue al chico, que venia hacía mí.
-Hola guapa, mi nombre es Dominick Edevane-dice ofreciéndome la mano, yo la acepto encantada y le sonrío.
-Soy Irina. Eres el hermano de Nate ¿verdad?-le pregunto curiosa. Por el apellido me imagino que si ya que hay muy pocas personas que se apelliden así.
-Hermanos por parte de padre. Nuestro padre se casó con su madre hace algún tiempo. Venía a ver a mi hermano pequeño a ver que hacía y como le iba-dice seductor. La verdad es que es bastante mono, pero Nate era…como una especie de Dios griego. Me ha dado asco decir eso. -a ver si un día de estos me paso por aquí y puedo verte. Una belleza como tú tendría que tener cuidado con todos estos y en especial con mi hermano.
-Se cuidarme sola, no me da miedo nada-le digo sonriendo. Cuando veo a Nate, el tiene la cara agachada y está rojo. No entiendo porqué hace eso-si me disculpáis, tengo un hambre que me muero así que, encantada de conocerte-le digo pasando de largo hacía el comedor.  Me cojo una ensalada y un refresco y me siento al lado de Clarissa. Los chicos empiezan a hablar de tonterías mientras que Clarissa esta algo aburrida.
-Hola, veo que te aburren esta panda de frikis-le digo riéndome. Harry me mira como si se hubiera ofendido y me tira una patata frita.
-Si bueno, son una panda de frikis-me dice Clarissa riéndose. Me paso la cena hablando con ella y la verdad es que me cae bien. Es muy maja.
Cuando acabamos, subo a la habitación, me pongo una camiseta de manga corta y unos short cortos de pijama. Me tumbo en la cama y pienso en los amigos que estoy haciendo. Mis amigos de California eran bastantes crueles, cosa que yo también lo hacía solo para joder a mi padre. Harry es muy majo y creo que se va a convertir en un buen amigo. Thomas y Michael son bastantes graciosos aunque sean algo frikis y Clarissa es simpática y supongo que también me llevaré bien con ella. No he sabido de Lilian en toda la mañana pero me da igual, como si se ha perdido por el bosque ese. Con Nate es otro tema, me voy a vengar de él y se va a enterar que no se puede meter con Irina Walforf. NUNCA.

Atracción FatalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora