Intercambio de ropa

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El ruidoso tono de llamada no hacía más que taladrar los oídos de las dos personas que dormían plácidamente en la cama de sábanas verdes.

Rubius gruñó cerrando los ojos. Con sus manos retiró los brazos que le rodeaban para así patear al albino fuera de la cómoda, quien despertó aturdido con un quejido de dolor en su voz.

-Willy, contesta el Discord de una puñetera vez, coño.- Pidió subiendo las cobijas hasta su cabeza intentado volver a conciliar el sueño.

El menor se quedó en el suelo completamente embobado, su cuerpo no hacía más que pedir regresar a la fuente de calor y descansar. Habían estado trabajando por dos días seguidos hasta la madrugada por misiones de la hermandad y ahora estaban pagando las consecuencias.

Logrando despertar un poco, se volvió consciente del molesto ruido que provenía de la mesilla de noche: su teléfono. Con un suspiro cansado, se levantó despacio usando su mano de apoyo para poder coger la llamada. 

Frunció el ceño al ver el nombre de LuzuVlogs en pantalla. ¿Qué quería el castaño de él?

-¿Sí?- Contestó centrando su mirada en su novio oculto entre las sabanas.

-William, ¿qué tal todo hombre?- Luzu sonaba animado como siempre.- Te escucho apagado ¿Todo bien entre Rabis y tú?

-Sí, sí. Todo bien.- Su respuesta fue lenta, pero cada vez que pestañeaba sentía que iba a quedarse dormido. Negó la cabeza rápidamente en un intento inútil de mantenerse despierto.- Acabas de levantarme, eso es todo.

La respuesta pareció ser del interés del castaño, pues se escuchó un murmuro detrás de la línea.

-Hombre, pero si son las nueve. Normalmente estás activo por las ocho o menos.- Dijo.- ¿Qué estuviste haciendo hasta tan tarde? Mira que en la noche abundan peligros...así como agrupaciones terroristas, como sabrás.

Willy empezó a pasarse la mano por los cabellos en un intento de relajación. No estaba de humor para lidiar con las sospechas del castaño.

-Luzu, ¿qué quieres?- Fue directo al punto, mientras más rápido acabaran eso, pronto volvería a la comodidad de su cama.

-Vale, vale. Entiendo, madrugador gruñón.- Se rió comprensible.- Te llamaba porque necesito de tu ayuda presencial para un tema sobre monstruos.- Por el tono del voz, el chico estaba tramando algo.-Y antes que digas, ya llamé a Vegetta y me avisó que no podía. Eres la única otra persona que conozco que tiene tanta experiencia en esto Willy, ¿puedes hacerme este pequeño favor?

El silencio llenó la línea. El albino se cuestionaba si colgar o no, quería dormir, pero no podía negarse a un amigo en apuros. Resignado, dejó de peinarse los cabellos centrando la mirada en una foto de él y Rubius que se encontraba en la mesa de noche la cual fue tomada por Fargan sin que se dieran cuenta años atrás.

-Está bien, voy para allá.- Respondió más tranquilo.- Déjame cambiarme y voy.

-¡Gracias William, te debo una!- Y sin más, colgó.

Se quedó mirando perdido la foto por otros minutos más, todavía seguía medio dormido, pero era consciente que tenía que ir a casa de Luzu. Soltando el aire guardado, dejó el aparato en la mesa y caminó hasta el armario para vestirse. 

Al cabo de unos minutos ya estaba listo, por lo que se colocó su gorro y se marchó de la habitación sin ganas de jugarle nada a Rubius por esta vez. 

Cuando salió por la entrada un escalofrío le recorrió todo el cuerpo, se estaba acercando el invierno por lo que parecía. Sin darle mayor importancia, agarró una de las sudaderas que estaba colocado en la perchera del vestíbulo y salió para montarse en Adam II rumbo al hogar de Luzu, quien le había comunicado que estaba preparándole un café para cuando llegara.

RubirexMonthDonde viven las historias. Descúbrelo ahora