Bailando

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Karmaland tenía sus días buenos y sus días malos. Saber si se debía meter a alguien a la cárcel o no, dependía de con cuál pie se hayan despertado los héroes del pueblo esa misma mañana. 

En este caso, parecía ser un día bastante tranquilo para Alexby quien, de brazos cruzados, hablaba con el híbrido oso que estaba sentado en las escaleras que llevaban a los terrenos de su hogar. 

-Sí, macho. Y si le das un tu-tú te hace el baile de los cisnes.- Comentó el policía rodando los ojos de forma irónica.- Podrás follar con él, pero conozco a Willy desde hace mucho y sé que debido a sus dos pies izquierdos no se le da bailar. 

Rubius frunció el ceño pensativo, parecía dubitativo ante el comentario de su casi hermano. En su mano derecha se le podía apreciar el teléfono móvil con un vídeo pausado.

-Eso no es cierto, lo he visto bailar.- Reclamó al recordar los hechos.- Y no me refiero en plan borracho y con movimientos torpes, hablo de bailar, bailar.

-Mover la cabeza, aplaudir y moverse de un lado a otro no es bailar.- Dada la expresión de reconocimiento en la cara del oso, había acertado a lo que se estaba refiriendo.- Vamos, hasta tú sabes que apenitas hay movimiento en esos pasos.

El mayor desvió los ojos sin aprobar lo que se le estaba diciendo por mucho que fuera cierto.

-Tampoco es necesario gran cosa.- Murmuró.- No se debe ser un experto para hacer esto.- Con su dedo índice izquierdo señaló la pantalla del aparato entre sus manos, a lo que Alex solo se descruzó los brazos para palmearse la frente y negar la cabeza. 

-Shuffle en las escaleras.- Sonaba resignado al no poder cambiar de parecer al mayor.- No sé porque me da que terminareis los dos en el hospital después de caeros en el primer escalón...-Al decir esto, una idea se le vino a la cabeza provocándole risas.- ¿Sabes qué? Olvídalo, hacedlo. Eso sí, grabaos para poder descojonarme.

Si con la imagen mental ya era divertido, no se imaginaba como sería la realidad.

-Deja de reírte delfín.- Rubius se levantó con una expresión desafiante.- ¿Cuánto quieres apostar a que nos sale?

La actitud ludópata del híbrido era su principal fuente de motivación a cualquier reto que se le propusiese, por ello una vez se marchara de casa del niño, partió rumbo a la casa del albino.

Convencer a Willy de probar cosas no era tan difícil como muchos creían, después de todo, el chico era muy curioso ante todo lo nuevo que se le presentase. De ahí que no se negara a la petición de su novio a realizar el baile ese de las escaleras.

Pero como bien dijo el de máscara de stormtroopers, ambos eran unos noobs con sus dos pies izquierdos en el Shuffle: en los veinte primeros intentos se cayeron apenas empezar,  en los diez siguientes tropezaron con sus propios pies en el segundo escalón, después intentaron nuevamente pero terminaron chocando entre sí en el suelo, y por último solo lograron llegar al tercer escalón antes de entrar en lapsus. 

-¡A chuparla, esto es imposible!- El híbrido ya estaba frustrado. Habían vuelto a caer encima del otro, siendo ahora él que estaba siendo usado como alfombra. 

-Bueno, por lo menos lo intentamos.- Willy intentó dar ánimos con una sonrisa suave levantándose y así extenderle la mano en un gesto de ayuda.- ¿Quieres hacer otra cosa o quieres seguir?

Rubius se quedó mirando la mano ofrecida con el ceño fruncido. Seguía molesto por un estúpido baile que parecía fácil de cojones y al final no lo era, ¡Ahora le debía treinta diamantes a Alexby!

El albino notando la frustración y enojo en su compañero, se agachó al nivel del suelo para mirar directamente a los ojos avellana todavía con esa sonrisa suave en el rostro.

-¿Y si mejor vamos a explotarle la puerta a Vegetta y luego a minar un rato?- La propuesta no parecía la gran cosa, pero entre ellos sabían que era uno de los mejores planes para relajar el ambiente.

Sin embargo, la respuesta no fue instantánea: ambos empezaron una guerra de miradas donde combatía la terquedad de seguir hasta desfallecer contra la diplomacia de hacer otra cosa. Al final ganó la diplomacia.

-Está bien.- Bufó el mayor desviando la mirada con resignación. El menor sonrió satisfecho y se levantó volviendo a ofrecer su mano la cual esta vez sí fue aceptada al instante. 

Ya luego podrían volver a intentar el baile ese, pero ahora tenían una cita que atender.

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Notas de la autora

Bueno, listo. Día 5: Bailando. Terminado. Sé que no es de mis mejores capítulos. corto y poco relacionado con el título, pero creo que quedó aceptable. No tenía muy claro de qué iba a tratar esto, por eso mi falta de creatividad jeje.

No sé si se han dado cuenta que me gusta meter otros miembros <3... ojalá tocara amnesia, que hasta el momento es uno de los capítulos que más me ha hecho reír  al momento de escribir jajaja.

En fin. Espero que les haya gustado, y ¡hasta mañana!

RubirexMonthDonde viven las historias. Descúbrelo ahora