Capitulo 22 (Reflejo)

440 46 15
                                    

---A la mañana siguiente---

-Atena... No quiero hacer esto- Una voz femenina, le parecía reprochar.

-Dijiste que me ayudarías- Contesto de manera angustiada.

-Pero... ¿Era necesario que viniera?- Cruzo sus brazos haciendo un puchero.

-Claro que sí. Si no ¿Cómo podría hacerlo?- Le dedico una sonrisa.

-Se darán cuenta de mi presencia y me meteré en problemas, con los altos mandos de mi región- La miro molesta.

-Perote gusta ayudar en el amor o ¿No?- Sonrió, tratando de conversarla.

-Eres horrible cuando te lo propones- Suspiro resignada –Solo debo hacer eso ¿Verdad?-

-Si- Se quedó pensativa unos instantes –Solo rata de que no sea letal-

-Sí, si... No quiero matarlos obviamente- Le dijo con voz alta.

Le tomo las manos, para agradecerle –Bien, entonces te lo encargo-

-¡¡¡OYE!!! ¿Por qué yo no puedo ayudar mejor a Milo y a Camus?- Cuestiono algo triste.

-Porque, estos dos necesitan más de tu ayuda- Le dijo esto antes de irse en una dirección que no sabía a donde se dirigía.

-Si claro... Déjame lo más difícil a mí. Tsk...- Poso sus manos en las caderas –Ahora solo esperar-

Cubrió su rostro con una macara tradicional japonesa, y se ocultó para cuando sintiera el cosmos de ambos cerca. No sabría cómo, pero ellos serían dirigidos hacia ese lugar como cuando los lobos cazaban sus presas y acorralarlas.

La situación era muy temprano por la mañana, apenas si el sol se estaba asomando.

A esa hora algunos caballeros ya estarían haciendo sus deberes cotidianos.

Entrenar, patrullar, limpiar su templo, lo que sea que tuvieran costumbre.

Para el León dorado, la situación se basaba en ir a entrenar al coliseo, usualmente lo realizaba con su hermano, desde que revivieron pero al estar en misión, tendría que ir solo.

Solo que ahora estaba alerta a cada paso, después de lo ocurrido con Shura, no quería verlo ni una sola vez, recordar lo del beso, lo que sintió, no podía con ello. Por ende se había estado enfrascando solo en mejorar como caballero y tratar de no estar cerca.

A veces hablar con el caballero femenino Marin que aún seguían siendo tan buenos amigos, le ayudaba a no pensar en aquello.

Despeaba un poco su mente, mas no le contaba lo que sentía, lo que le ocurría con respecto a Capricornio, porque ni el mismo lo podría aceptar.

El regreso solitario ya cerca del mediodía, lo hacía cabizbajo, hundido en sensaciones que no deseaba en su ser.

-Ese es Aioria... Pero no siento al caballero de Capricornio cerca- Suspira pesadamente –Si hago un gran alboroto... Todos se alarmaran- Tenia un ostro contraído y de preocupación, sentía que esto acarrearía situaciones peores.

Mantenía su cosmos bajo, aunque ella no lo llamara así, debía adaptarse. Si era sentida, pensarían que es una amenaza, cuando en ningún momento era su intención, al contrario, ella era víctima de la Diosa Griega.

Sonrió tenuemente –Podría hacer un reflejo con el espejo, para engañarlos...- Suspira derrotada- Si claro... Son guerreros de elite de lo que hablamos, no los engañara... No por mucho, tengo que actuar rápido-

Aunque la joven Diosa invitada estuviera escondida, estaba haciendo un poco de ruido que no paso desapercibido por el quinto guardián, aquello le intrigo, no podía percibir su cosmos, lo ocultaba excelentemente bien, pero tenía curiosidad se acercaría hacia ella y está ni cuenta se daba, pues estaba sumergida en sus pensamientos.

El Sol De Jamir (ShakaXMu) YaoiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora