En mis ojos (Fanfic Rubegetta AU)

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Los días habían pasado. Después del impacto del meteorito, los habitantes de Karmaland decidieron empacar y hacer un campamento temporal a las afueras de la ciudad. Mientras tanto, los héroes del pueblo junto a los científicos ideaban una forma de detener todo este desastre. El agujero negro crecía conforme pasaban los días y nada podía evitar su crecimiento. Temían que no hubiera solución.

Después de una semana de experimentos e investigación, lo lograron. La única forma de revertir esto era con una máquina del tiempo. Solo necesitaban recolectar materiales como pólvora, redstone y oro para hacerla funcionar. Irían al momento previo al impacto y destruirían los meteoritos antes de que dañaran todo. Sobretodo, buscarían la forma de revertir el accidente de Mangel, que durante el evento se quedó sin protegerse en un búnker y la radiación le había afectado, volviéndolo un zombie sin mente clara, ni recuerdos. Había desaparecido, pero tenían la esperanza de que regresaría a la normalidad si iban al pasado y evitaban todo este embrollo.

La máquina estaba preparada. El viaje para salvar Karmaland sería en tan solo un día. Mientras todos los integrantes principales se despedían de sus parejas, mascotas y pertenencias, Rubius la pasaba tranquilo en su casa, cuidando de sus mascotas y sentir la brisa en su cara desde la copa del árbol que le había regalado Vegetta en su cumpleaños.

Y ahí fue cuando cayó en cuenta. Tenía en sus manos una máquina del tiempo. ¿Cómo no se le había ocurrido? ¿Y si se regresaba unos días antes del accidente? ¿Podía evitar que realice el experimento ilegalísimo y regresaría a tener visión? Necesitaba saber, tenía que hacerlo. Pero conociendo al resto de amigos, ninguno le apoyaría. Le dirían que hay que tener sumo cuidado y más que todo el mundo está en peligro. Que ya habría tiempo para eso después de salvar Karmaland. Que no lo haga solo, como odiaba esa frase. Ya estaba grandecito para hacer lo que quisiera, y esta vez nadie le iba a detener. Estaba seguro de que había aprendido la lección, y que todo saldría bien en esta ocasión.

Se preparó, poniéndose su traje de la hermandad. Un traje de fina tela, totalmente negro, y en lugar de su característica máscara de osito, era una máscara oscura, con una sonrisa tétrica al frente. Necesitaba ser discreto, así que iría en la noche. Guardó en su mochila solo lo vital: comida, armas, su bastón, pociones de regeneración.

Apenas pudo, se escapó, dispuesto a ejecutar su plan. Logró llegar al domo donde se encontraban los laboratorios, y con su espada mamadísima amenazó a todos los que se encontraban allí con que le colaboraran con el plan. Tomó a uno de los científicos, ante el silencio del resto, y lo llevó arrastrado hasta la máquina del tiempo.

—Tú, haz lo que tengas que hacer. Recuerda, cuatro meses y 10 días hacia el pasado. Que sea rápido y discreto o te rajo.

—Pero señor, la máquina es inestable, si nos quedamos varados es posible que--

—Mis cojones que esto va a fallar. Te prometo que aquí no nos baja ni dios.

A pesar del riesgo y las amenazas, el científico no tuvo que hacer nada más que obedecer. Marcó la fecha y en tan solo un minuto la máquina los transportó al Karmaland del pasado.

—Señor Rubius… ya estamos en el pasado.

—Bien. Quédate aquí. Te prometo que regresaremos en un par de horas. Y ni una palabra de que esto sucedió. Te daré diamantes a cambio, ¿de acuerdo?

El peliblanco decidió bajarse de la nave. Al quitarse la máscara, sintió el calor del sol en su cuerpo y la brisa fresca junto a los pájaros cantar. Sí, era el tiempo indicado, sin duda. Este ambiente le traía excelentes recuerdos, sobretodo felices.

Si no estaba equivocado, el pueblo estará en sus primeras andanzas. No estación de policía, Lolito acababa de ser elegido alcalde de Karmaland y su super casa estaba recién construida. Qué buenos días, cuando todo estaba calmado, sin que un meteorito amenazase al pueblo.