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Después del fallido viaje en el tiempo que los héroes de Karmaland decidieron tomar, debían adaptarse a las nuevas amenazas que ofrecía la prehistoria. Sin duda un evento nunca antes visto, sin la menor idea de cómo regresar al presente.

Poco a poco cada uno fue integrándose al nuevo ambiente, formando un refugio temporal en las montañas o explorando y encontrando animales fantásticos. Dodos, estegosaurios, incluso jabalíes. Todo sonaba surreal.

Sin embargo, no a todos les causaba gracia adaptarse a este nuevo mundo.

—Tenemos que crear un refugio. ¿Qué tal esa cueva dentro de la montaña de por allá?

—Lo que tú digas… —respondía de mala gana el peliblanco, intentando evitar pisar arena movediza o chocar con una piedra y caerse.

Ya asentados los dos en la cueva, lo siguiente era encontrar recursos.

—Lo vital será encontrar comida y hacer fuego. No queremos morir congelados esta noche. Además los suministros de emergencia están próximos a acabarse.

—No tenemos… ¿Un mechero o algo por el estilo?

—Venga ya Rubius, ¿no es más divertido hacerlo a la clásica? Buscando un par de palos, crear energía con las manos…

—Si eso te parece mejor… si quieres voy a conseguir comida. Me contaste que había una jungla cerca de aquí. No quiero estar cerca cuando te frustes y no sepas como encender una fogata.

—Mucha suerte. Regresa antes de que se ponga oscuro.

La verdad lo de conseguir comida era solo una excusa para salir de allí. Sabía que cerca de la cueva se encontraban Lolito y Alexby formando también su propio refugio. Tan fácil como entrar, robarles su comida y sin necesidad de explorar lejos.

Siguió el sonido de algunas voces a lo lejos. No costó dar con el delicioso olor a carne recién hecha, proveniente de un horno. A la par, un cofre que contenía trozos de fruta, huesos y carbón. Él apenas tenía un refugio y estos hasta se habían dedicado a minar. Debería acusarlos con Vegetta, a ver si compartían sus lujos.

Estaba a punto de llevarse algunos suministros cuando escuchó la voz de Alexby acercarse.

—¡Eh, ladrón! ¿Qué haces en nuestra guarida?

—¿¡Qué hacen vosotros con todo esto!? Compartan, que en menos de un día ya tienen hasta una mansión cabrones.

—A ver, a ver, hay algo que se llama trabajo en equipo —responde Lolito, acercándose a la escena. —Aquí vivimos Alex, Auron, Fargan y yo. Necesitamos todo esto para vivir.

—¿Y qué te parece un intercambio? Te doy a Vegetta a cambio de unas bayas. Tendrían comida para meses. O mejor aún, adóptenme. Prometo serles útil. Dormiré afuera incluso, para no quitarles espacio —decía Rubius en un tono de desesperación.

—¿Me estás ofreciendo como alimento? Creí que estabas buscando suministros —le responde Vegetta detrás de él.

—Yo.. ¡No! ¿Porqué te ofrecería… compañero? Estaba haciendo una alianza con estos compañeros —le dice ya un poco nervioso.

Alex interrumpe la discusión. —Si nos ayudan a crear algunas herramientas, nosotros los ayudaremos con cualquier material que necesiten.

—Trato. Aunque debo admitir, aquí se la están pasando muy bien con ese horno… y ese carbón… —decía mientras apagaba el horno con un balde de agua.

—¿Pero qué haces cabrón? Ahí estaba nuestra comida…

—Es ilegalísimo usar el carbón… que yo sepa usar una fogata le da más sazón a la carne —decía el triple siete mientras seguía buscando ilegalidades en la casa improvisada que los otros cuatro habían hecho.

En mis ojos (Fanfic Rubegetta AU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora