Mónica no fue la única...

572 43 11
                                    



Hasta que comencé a investigar sobre tu paradero... Logré ver fotos tuyas recientemente, o más bien, de hace un año. Porque parece que llevo mucho tiempo aquí... Sé que han pasado muchas cosas. Esos dos años con Mónica fueron increíbles, fue una gran esposa, y aunque quiso tener hijos, no sé qué pasaba que perdía a nuestros bebés.

Altagracia, yo sé que te dañé, las dañé a ambas, pero...no no, olvídalo, yo ya no tengo el derecho de hablarte sobre lo que siento.

Será mejor que hagas como que sigo muerto.
.
.
.

Altagracia no podía creer todo lo que había mencionado Saúl... estaba en shock. Cuando de pronto escuchó que alguien se acercaba a la habitación.

Más no se asustó demás porque solo era una enfermera que venía a ver al paciente, cuando se dio cuenta que despertó enseguida quiso llamar al médico, más Altagracia le dijo que en unos minutos, que por favor necesitaba hablar con él.

La enfermera salió, dejando a Saúl y a Altagracia en un juego de miradas incómodas y en lo más profundo, había complicidad... ambos sabían, que el amor que se tuvieron, fue demasiado fuerte. Aunque Saúl no supo luchar, y ella vivía en una guerra constante en ese entonces. Algo quedó pendiente entre ellos, muchas cosas quizás... Justo ahí fue cuando ella decidió hablar...

A - Mónica no fue la única que perdió un bebé tuyo...

Saúl levantó la mirada y se adentró en aquellos ojos verdes inundados de lágrimas...

A - Si Saúl, un mes después de irme, me di cuenta que estaba embarazada... el producto de aquella ultima vez que nos hicimos uno solo, justo como tú solías decir... En mi vientre estaba creciendo un bebé... un varón por cierto... un bebé tuyo y mío.

Dijo esto al borde de las lágrimas, cuando Saúl le tomó la mano... ella se derrumbó y él como pudo se levantó y la hizo acurrucarse a un lado de la cama... El la estaba consolando, pero él también estaba llorando.

Altagracia ocultó esa verdad por esos dos años y medio... Nadie sabía de eso, más que Matamoros y Amado. Ellos fueron los únicos que convivieron con ella estando embarazada.

Esa escena estaba siendo presenciada por nada más y nada menos que por aquel otro hombre que se había convertido en parte de su ser... ese hombre que realmente la devolvió a la vida, después de que le arrancaron la vida de su hija.

León no entendía muy bien lo que estaba pasando... ¿Saúl esta vivo? ¿Ella perdió un bebé de él?

Eran demasiadas interrogantes, pero la que más le dolía... ¿Por qué ella llora en sus brazos, por qué se nota que su presencia le afecta? ¿Lo seguirá amando?

León decidió seguir escuchando... pero quería entrar y quitarla de esa cama. Que llorara en sus brazos no en los de él.

Altagracia levantó la mirada hacia Saúl, y él le sonrió débilmente...

S - Así que iba a ser un varón...

A - Si... seguramente un hermoso niño, mi niño (sollozó)

Saúl comenzó a acariciar la cara de Altagracia, cuando la miró a los ojos le dijo... Un niño, con tus ojos verdes... tocó sus labios, con tu boca... y tú nariz.

Saúl repitió... sobretodo tú nariz, toda tu cara, porque mi nariz no es muy bonita...

Altagracia soltó una pequeña risa, la cual luego fue apagada por recordar a su bebé. Eso fue un golpe duro para ella, porque aunque no estaba en la mejor circunstancia, ella quería a su bebé, quería tenerlo y cuidarlo. Era fruto de un gran amor, a pesar de que ese amor ya no era de ella, sino de su hija.

Saúl... Esto no está bien. Mónica...

El la interrumpe y le dice:

S - Mónica y yo estuvimos a punto de firmar el divorcio, pero decidimos seguir viviendo juntos, ella me amó más de lo que yo pude. Pero también entendió que mi amor por ti, seguía de alguna manera. Sé que fui un cobarde, y estoy tan cansado de recordar todo lo malo que les hice, pero es algo que me atormenta. Las enfrenté, las dañé, si no fuese sido por mi, hoy estarías con tu hija muy lejos de aquí. Yo sufriendo por ti, pero al menos sabría que tú estás bien, porque estás con ella.

A - Si, fuiste un cobarde. Pero yo también cometí muchos errores Saúl, mis mentiras y tus desconfianzas dañaron nuestro amor. Y ya no hay vuelta atrás...

Se miraron unos segundos y Saúl acortó la distancia que quedaba entre ellos, selló sus labios, encajaban a la perfección, como si nunca se fuesen separado. Ahí estaban... terminando o complicando más ese amor que se tuvieron.

La Doña 2 - ¿Leogracia?❣️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora