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—OYE, YA TERMINASTE?— le pregunté a mi amiga mientras me acomodaba el pijama color blanco. —No, esta cosa me queda un poco pequeña...— me contestó mientas intentaba hacer que la prenda entrase. —¿Quieres que te ayude?— volví a preguntarle. —Tranquila, puedo hacerlo sola— respondió con una sonrisa(? ZhenZhen sonriendo? El mejor regalo de cumpleaños! —Bueno, mientras iré a ver si los chicos ya están listos. Llámame si necesitas algo— salí del cuarto en el que nos estábamos vistiendo y me dirigí a la habitación donde estaban los demás. Vi que la puerta estaba abierta y podía escuchar perfectamente lo que decían, me causó mucha curiosidad saber de que hablaban y porque se estaban tardando tanto, por lo tanto, decidí espiarlos. Lo sé, estuvo mal! Pero la curiosidad mató al gato, que más puedo decir. —Será mejor que Alex y ZhenZhen duerman juntos!— habló Gabriel. —Pero el no quiere!— agregó Dariush. —Yo nunca dije que no quiero— se defendió Alex. —Tienen una conexión, no seas un obstáculo— dijo Gabriel. —Está bien...— habló el moreno un poco desconfiado— Entonces yo duermo con ______!— —No alto ahí, ella no va a dormir conmigo— habló esta vez Gabriel provocando que me sonrojara un poco. —Ellos también tienen una conexión, Dariush!— dijo Alex. —Está bien, pero cuiden a sus amiguitos.—Dariush señaló la entrepierna de los chicos—No quiero ser tío a tan temprana edad— dicho esto salió de la habitación, y me vio... —¿¡Desde cuando estas ahi!?— me preguntó el chico algo sorprendido. —Eh... yo estaba pasando, no escuché nada de lo que estaban hablando, tranquilo— reí nerviosamente, aunque el joven me creyó. —Estuvimos planeando quien va a dormir con quien—asentí— tu amiga y pecas van juntos, tú duermes con el vagabundo— me tomó por el hombro— hice lo posible para que podamos dormir juntos pero ellos insistieron mucho en que tenías que estar con Gabriel, lo siento— se retiró del lugar y fue a su cama.
ZhenZhen y Alex ya estaban juntos, eran demasiado tiernos. Se habían quedado dormidos tomados de las manos! Noté que tenían algo de frío ya que estaban temblando levemente, tomé una manta y los tapé. —La mamá del grupo, eh?— río levemente Gabriel, para no despertar a los demás. —¿Vamos a la cama?—el y yo nos sonrojamos al instante por lo que dijo—n-no es lo que piensas me r-refería a dormir— dijo algo nervioso. —Te había entendido, no te preocupes.— le dedique una sonrisa cálida para que se relaje.
Éramos los únicos despiertos, estábamos recostados mirando al techo sumergidos en un gran silencio incómodo, que por suerte Gabriel decidió romper. —Y-yo, feliz cumpleaños...— se dió vuelta para así quedarse mirándome.—se que es un poco tarde pero, m-me gustaría darte un regalo.— se sentó y comenzó a buscar algo en el bolsillo de su pijama. —Muchas gracias... y no te preocupes por el regalo.—hablé mientras me sentaba a su misma altura. —No! Y-yo quiero darte esto, aunque te conocí hace unas horas te volviste una persona muy importante para mi, me diste tu apoyo y cariño, cuando nadie lo hizo. Si toda esta mierda termina no quiero que te olvides de mi, sabes?—me extendió una pulsera hermosa! Tenía muchos colores y tenía su nombre grabada en el "gabriel"—Guárdala, úsala si quieres. Para que cuando la mires te puedas acordar de mi.— sonrío nostálgico. —Es hermosa, pero no puedo aceptarla. Es tuya y debería seguir siéndolo, quizás a mi se pierda o algo.— aunque me encantaba la idea de tener su accesorio, se notaba que el le tenía cierto afecto y que no estaba listo para dejarla ir o eso creía. Sin decir nada, tomó mi muñeca y colocó el brazalete en ella. —Ves, te queda hermosa.—terminó de ajustarla y la admiró.—La hizo mi madre, es una de las pocas cosas que me quedan de ella.— dijo mientras retenía algunas lágrimas que amenazaban salir de sus hermosos ojos café. —¿Y porque quieres dármela?— le pregunté mientras lo abrazaba de costado, intentando contenerlo. —Ella estaría feliz de que tú la tuvieras, al igual que yo. Podrás recordarme y decir "Oh! Esta pulsera me la dio el chico con el que sobreviví al Apocalipsis"—río levemente— y porque eres muy especial para mi...— —Gracias, es un gesto muy lindo de parte— dije mientras lo abrazaba en forma de agradecimiento. —Oigan! Ya cállense de una buena vez tórtolos! Quiero dormir!— gritó Dariush arruinado el momento. Reímos nuevamente pero de una manera silenciosa, no queríamos despertar a Dariush, no de nuevo. Me recosté y cerré los ojos, comencé a contar unicornios con la esperanza de dormirme, pero no podía, estaba muy nerviosa sabiendo que en cualquier momento un monstruo podría venir y arránqueme las tripas. —Estas bien?— susurró Gabriel. —Un poco asustada...— me sinceré. —Tranquila, toda va a estar bien.— sentí como unos brazos me abrazaban por la cintura—Buenas noches— —Buenas noches—dije mientras me acurrucaba en el pecho del chico para ahora si poder dormir tranquila.
