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—No se andar en bici— dijo Alex apenado mientras nos observaba.—Nunca aprendí...— terminó. Se lo notaba triste y decepcionado, lo entiendo. Yo aprendí a andar en bici hace un año exactamente, en mi cumpleaños el año pasado mi padre me regaló una bicicleta, y quede fascinada con el presente, aunque a mi me tomo toda una semana aprender a usarla correctamente, y no creo que tengamos ese tiempo para enseñarle a Alex. —Vayan sin mi— dijo algo nervioso. —Genial, adiós!— habló Dariush mientras se subía en su bicicleta dispuesto a irse. —Estas muy mal de la cabeza si piensas que vamos a dejarlo aquí— dije mientras frenaba a Dariush de que se vaya, no pensaba permitirme dejar a uno de los nuestros aquí, era obvio que se iba a morir. —La chica linda ahora es la mamá del grupo, quien lo diría— habló el cobarde que quería huir.—Que sugieres, eh?— habló nuevamente. Pensé muy cautelosamente lo que iba a decir, teniendo en cuenta el poco tiempo que teníamos, no me parecía que la mejor idea fuese enseñarle a montar la bici en medio de un Apocalipsis, era poco seguro y efectivo. Tenía que haber otra forma, solo que no sabía cual. —______, te encuentras bien?— preguntó el chico que me hace sentir mariposas en el estomago, al parecer me había quedado pensando un buen rato. —S-si gracias por preguntar— fue lo único que pude formular. —Y bien? Cual es el plan?— preguntó ahora Dariush. No tenía ningún plan, no pude pensar en absolutamente nada, con mi mirada busqué a ZhenZhen para que me ayudara, ella seguro tenía alguna idea, pero estaba muy ocupada mirando a Alex.
ZhenZhen y Alex...
¡Como no se me ocurrió antes!
—ZhenZhen llevará a Alex, está decidido— mire a mi amiga y le guiñe un ojo, ella solo me dedico una mirada asesina, pero en el fondo sabía que más tarde me lo iba a agradecer.
Al llegar a la destruida estación de policía Gabriel habló; —Oigan, yo mejor me quedo aquí. cuidando las bicis— —¿Que? Si porque los extraterrestres querrán robarlas— habló esta vez Dariush, su comentario pareció poner nervioso a Gabriel, cosa que noté. —Pueden haber saqueadores— dije apoyando al chico mientras el mostraba una débil sonrisa—ustedes vayan nosotros cuidaremos esto, si?— terminé. —Claro, ya entiendo.— volvió a hablar Dariush, dios no se cansa!?—Los dejamos solos así pueden— se abrazó a sí mismo y comenzó a acariciarse, este chico esta loco. —Ya déjalos Dariush!— habló Alex, para luego tomar al joven del brazo y llevarlo dentro de la comisaría donde ZhenZhen los estaba esperando. —Eso fue bastante incómodo— reí algo nerviosa mientras tomaba asiento en el piso, recostando mi espalda en el tronco de un árbol. —Gracias...—rascó su nuca algo nervioso— por creerme y quedarte aquí— finalizó. —Y cuéntame algo de ti.—dije cuando vi que el chico tomó asiento al lado mío—¿Que te gusta hacer? ¿Cual es tu comida favorita? ¿Que tipo de música escuchas?— le pregunté con curiosidad. —Adoro pasar tiempo con mi perro, su nombre es Sam. Me preguntó cómo estará ahora...— habló algo triste, por lo tanto, intente animarlo. —¡Eso es muy tierno! A mi me encantaría tener una mascota, pero mi padre no me deja— hice un puchero, cosa que hizo reír a Gabriel. Dios mío que hermosa risa! Nuestra espera se basó en hacernos preguntas y responderlas. Resulta que tenemos bastantes cosas en común! —Oye mi turno, tienes n-novio?— habló el chico un poco sonrojado. —Si, de hecho tengo novio—su tierna sonrisa se esfumó rápidamente— su nombre es Tom Holland— me reí de mi pésimo chiste, y su bella sonrisa regresó. Estuvimos riéndonos bastante. —Se están tardando mucho, no cre— Gabriel fue interrumpido por los chicos, que salían de la estación policial.
Tomamos las bicicletas para marcharnos de ese lugar. Estábamos cruzando la calle, por supuesto que no miramos al hacerlo. Hay un Apocalipsis, probablemente seamos unos de los pocos sobrevivientes, y no hay nadie en estas desiertas calles, porque deberíamos fijarnos? Fácil, un camión militar puede atropellarte. Que es exactamente la cosa que estuvo apunto de ocurrirnos.
Del vehículo bajaron bastantes soldados armados y listos para la guerra. Esto era algo serio. Uno de ellos se acerca a nosotros, nos preguntan porque demonios no estamos encerrados y les explicamos nuestra desafortunada cadena de eventos. Luego Alex le enseña su colgante con la llave que le había entregado la astronauta. —Hemos estado buscando esto todo el día, gracias jovencito— toma en sus manos la llave— Me encargaré de llevar esto, salvaron el mundo.
Este señor nos hizo subir a un autobús, el cual nos llevaría a una zona segura. Fui una de las últimas en entrar al vehículo. Gabriel palmaba el asiento a su lado para que me sentase con el, cosa que por supuesto que hice.
Al fin había terminado todo, volvería a casa y vería a mi padre. Quizás pueda tener el número de Gabriel y visitarnos algunas veces. A quien le importa, lo bueno es que todo esto termino, no es así?
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Medio corto pero bueno, lamento tardarme en actualizar. Ahora con la cuarentena quizás esté más activa :D
