Episodio 18. Continuación del pasado en Busán.

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La noche se le hizo eterna a Jihoon, y en la mañana, a la hora de levantarse, por primera vez en su vida no se rehusó a levantarse.

— ¿Y ahora a ti que te pico? – Se burló Mingyu. – Se nota que quieres ir a la escuela. – Comentó mientras se reía.

— Deja de hablar y apúrate a vestirte, o llegaras tarde a tu colegio. – Le dijo Wonwoo molesto de que le hiciera bromas a Jihoon.

Los tres chicos salieron del orfanato, junto con otros muchachos y luego, ya en la ciudad, cada uno tomó su transporte hacia su escuela.

Una hora después de que llegaran, Jihoon y Wonwoo se fueron al baño de la escuela, y luego, escaparon por un hueco en la pared.

Corrieron hasta llegar a una farmacia, en donde el mayor entró mientras Jihoon lo esperaba. Minutos después, Wonwoo salió con varios artículos metidos en una bolsa de papel.

— Vayamos a un hotel. – Le dijo a Jihoon, tomándolo de la mano, y llevándolo hasta un bonito y discreto motel.

El gerente los miró acercarse al mostrador, pero Wonwoo le habló con su voz grave y segura.

— ¿Cuánto cuesta rentar una habitación, señor? –

— Éste no es un hotel, chicos. Deben irse. – Les contestó indiferente.

— Queremos un cuarto, y tenemos dinero para pagar. – Insistió Wonwoo, dejando dinero sobre el mostrador.

El hombre los miró a ambos, analizando lo que debía hacer, pero luego decidió que dinero era dinero, y que no le importaba nada más. Además, no parecía que ninguno estuviera obligando al otro a estar ahí.

— Les daré la habitación 22, en el segundo piso. – Les indicó, dándoles una llave. – El pago es por hora. –

— Queremos tres horas. – Aseguró el mayor y pagó de inmediato, silenciando cualquier mal comentario del gerente.

— Que tengan una feliz estancia. – Les deseó, con una sonrisa burlona.

— Gracias... así será. – Contestó Jihoon, quién no había abierto la boca antes.

Ambos muchachos subieron las escaleras apresuradamente, y luego de encontrar la habitación, entraron mirándose llenos de felicidad y alegría.

— ¡Por fin, amor, por fin podré tenerte por completo! – Le dijo Wonwoo, cargándolo entre sus brazos y haciendo reír al menor mientras lo colocaba cuidadosamente sobre la cama.

De pronto, ambos se miraron con seriedad, conscientes del paso que iban a dar y de la trascendencia que tendría en su vida.

— Bésame, hyung. – Le pidió y el mayor obedeció, mientras comenzaba a desvestirlo.

Poco a poco fueron desnudándose y luego, ambos se miraron con morbo y deseo, ansiosos por comenzar.

Fueron momentos llenos de caricias tiernas y muchas dudas, pero finalmente se acomodaron y pudieron tener sexo de manera torpe y rápida, y, sin embargo, demasiado placentera para los dos.

Era la primera vez para ambos, y se habían sentido plenos y felices como nunca lo habían imaginado. Solo sabían que se amaban y necesitaban hacer el amor para demostrárselo.

Las tres horas pasaron rápidamente, y cuando se cumplió el tiempo, tocaron a su puerta con discreción.

— ¡Ya es hora! Si quieren más tiempo, tienen que pagarlo. – Les gritó la sirvienta.

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