El secreto de Astrid [Pausado]

Nuevas Amistades

*Roxana*

No estaba segura si Astrid confiaba en mí, pero todo lo que le había dicho había sido cierto

Había venido solo por ella, su madre me había dicho que últimamente estaba algo extraña, pero para ser sincera Astrid estaba actuando normal, normal para todo lo que había vivido

Sabía que Astrid no iba a volver a ser la niña que era cuando la conocí, pero las circunstancias nos habían cambiaron a ambas

Yo había cambiado y Astrid igual, pero eso era algo que la Sra. Jans no quería admitir

Había salido a dar una vuelta por el pueblo, pero en realidad no había mucho que observar, el pueblo era muy pequeño, demasiado diría yo, bueno en realidad yo siempre había vivido en la gran ciudad y todavía no me acostumbraba a estar incomunicada con mis amigos, no estaba acostumbrada a no poder comprar ropa nueva, si quería algo tenía que viajar durante dos horas para llegar a un centro comercial que no tenía nada nuevo

Pero no estaba tan mal, o eso quería creer

No podía creer que Astrid había vivido aquí toda su vida, pero conociéndola le gustaba la tranquilidad, le gustaba conocer su entorno, algo a lo que yo no estaba realmente acostumbrada

Los pies me estaban matando, salir con tacones a caminar no había sido mi mejor idea, pero el atuendo que traía no quedaba con zapatos bajos

Mi madre había regresado a la ciudad después de traerme, al parecer su trabajo la necesitaba, y como confiaba mucho en la Sra. Jans me había dejado a su cuidado

-Perdón – oigo que alguien se disculpa – no quería hacerlo fue un accidente

-No te preocupes no pasa nada – responde alguien, aunque la voz se me hace familiar, y como no serlo si es esa tonta de Joselin

-Sara hija tienes que tener más cuidado, arruinaste el bolso de tu hermana – dice una mujer señalando el bolso que Joselin trae en sus manos

-Está bien madre no importa, sé que no lo hizo a propósito – Joselin parece tan dulce que me sorprende que trate a Astrid de ese modo

La señora que las acompaña avanza dejando atrás a Joselin y a la otra chica

-Eres tan tonta – le reclama Joselin a la chica

-Perdón – dice nuevamente está intentando limpiar el bolso, pero Joselin lo tira al suelo y comienza a avanzar intentando alcanzar a la mujer que venía con ellas

No puedo evitar reírme, enserio que esta chica es grandiosa, casi me creía esa de que fuera muy buena

- ¿Estas bien? – me acerco hasta la chica que Joselin acaba de dejar atrás

-Si – contesta está recogiendo el bolso

-Mucho gusto me llamo Roxana Paulina Faith – me presento

-Hola, yo me llamo Sara – contesta simplemente, enserio que en este pueblo no hay modales

-Sara, que bonito nombre – intento ser cortes

-Gracias, también el tuyo es muy bonito – me sonríe

-Si lo sé – mi respuesta parece confundirla, ya que la sonrisa de su rostro se desvanece – pero bueno y ¿qué haces aquí? – le pregunto como si no acabara de ver todo el espectáculo que le hizo Joselin

-Vine a comprar helado con mi mama y mi hermana – responde intentando limpiar el bolso que trae en sus manos

Así que Joselin es su hermana, que sorpresas, la observo parece inocente, pero si su hermana es Joselin no puedo estar muy segura de que lo sea

- ¿Y dime Sara vas a estar ocupada mañana? – le pregunto sacando de mi bolso un pañuelo y dándoselo para que acabe de limpiar el bolso de su hermana

-Oh en realidad no, pero bueno es que ... - duda sobre si acabar o no su oración

-No me conoces – termino por ella

-Si – dice algo avergonzada

-Bueno tal vez no me conozcas a mí, pero tú y yo tenemos una amiga en común

- ¿Mi hermana? – pregunta observándome

Aja si, ya quisiera tu hermana ser mi amiga, pienso

-No, nuestra amiga en común no es tan enojona – digo fingiendo una sonrisa

-En realidad no es tan mala, lo que pasa es que yo soy muy torpe – dice regresándome el pañuelo que le preste

-Está bien te lo puedes quedar – le contesto

Pero que tienen las chicas de este pueblo, ¿que acaso Joselin es un tipo de ser divino que no puede ser tocado y que es perfecto?, mientras que todos los demás son sus siervos o ¿qué?

Ni siquiera a mí, que soy un amor de persona me tratan así mis amigos

-No me importa como sea tu hermana, la amiga que tenemos en común se llama Astrid

- ¿Astrid Jans? – pregunta asombrada

-Vez te dije que era una amiga de las dos

-En realidad solo la conozco por mi hermana, ella y mi hermana era muy amigas

-Enserio, pero si Astrid me habla mucho de ti – digo intentando sonar convincente

- ¿Enserio? – el tono de asombro es evidente en su voz

-Sí, de verdad – le contesto comenzado a caminar por la acera

-Pensé que estaría enojada por todo lo que paso – dice agachando la cabeza

- ¿Lo que paso?, ¿Qué paso? – pregunto intentando no mostrarme muy interesada

-Bueno ella quería ver a Diego antes de la fiesta de luna roja, pero él se negó y Astrid se quedó esperándolo, por eso pensé que tal vez ella creería que no le dije nada a Diego, pero en realidad si le dije – dijo colgándose la bolsa de su hermana en el hombro – y aunque le pedí disculpas, siento que hice algo mal

Parecía que Sara no era como su hermana al final, en realidad parecía una buena chica y para ser sincera una fuente de secretos

Al parecer acercarme a ella, iba a traer ventajas

- ¿Bueno entonces te gustaría salir con nosotras? – le pregunto deteniéndome

- ¿Ustedes? – pero que tiene esta chica, que no me ha escuchado todo este rato

-Si con nosotras, con Astrid y conmigo – le sonrió, intentando no perder la calma

-Oh claro me encantaría – responde sonriente – ¿te doy mi numero para que estemos en contacto? – pregunta sacando su celular

-Mejor tu anota el mío, ¿te parece? – contesto sin dejar de mirarla

-Claro – comienza a teclear mi numero - Dijiste que te llamabas Paula, ¿verdad? – pregunta sin apartar la mirada de su celular

-En realidad es Paulina, pero todos me dicen Roxana, así que mejor pon ese – intento seguir pareciendo amable, pero esta chica parece querer sacarme de mis casillas, ósea como pudo olvidar mi nombre

-Oh, claro, entonces te escribo para ver en donde nos vemos mañana – dice guardando su celular

-Claro, esperare tu mensaje – dijo despidiéndome con la mano y continuando con mi camino

Bueno al final de todo salir a caminar no había sido tan mala idea