Capítulo VI |I/II|

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Las cosas en Cruz del Sur habían comenzado mal, ya estaban mal cuando la morena entró

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Las cosas en Cruz del Sur habían comenzado mal, ya estaban mal cuando la morena entró. 

Todo fue poco a poco en picada para Roma, comenzó con el Chip.
Un chip que conllevaba tres muertes; Yolanda, Garrido y un agente.

 Era el truco que Zulema tenía para salir de allí, los millones, para la morena simplemente le servía como libertad que era lo único que quería. El segundo golpe y el que más afectó en Roma fue la muerte de Garrido, estuvo enfadad con Zulema durante unos días, aquella mujer era su pequeño transportador allí dentro, su pajarillo. Aunque podría buscar difícilmente, pero aún así encontraría a alguien, sentía una pequeña pena por la reciente finada: tenía dos gemelos y ambos se criarían sin madre, protegiéndose uno al otro.

Así como Roma y su hermano durante toda su vida.

Era eso, sentía tormento por los pequeños. Esa empatía, según ella, no la llevaría a ningún lado.

—Valbuena —susurró la morena, fijando su vista en el funcionario.

Llevó su manzana verde y agria a la boca, ya tenía el objetivo en la mira.

—¿Has encontrado a tu próxima presa? —la voz de Zulema llamó la atención de Roma.

La mora se encontraba con la mirada nerviosa, estaba inquieta, totalmente alterada por la situación en la que se encontraba.

—¿Sabes algo de Hanbal?  —interrogó la morena, mientras llevaba una cuchara su yogur a la boca.

 —Aún nada, debes hacer una llamada  —ordenó la mora, mirando a Roma con sus profundos y chispeantes ojos color verde—. Tu gente debe saber algo.

—Claro, jefa —bufó la morena, levantándose del asiento dispuesta a llamar.

—¿A dónde crees que vas? —la voz de Valbuena hizo que Roma sonriera.

—Quiero hacer una llamada, lindo —respondió esta logrando captar la atención de las presas,

"¿Qué busca ésta?"

Aquella pregunta pasaba por la cabeza de todas.

Roma ya se había ganado un lugar más en el grupo de las "peligrosas", estaba con Zulema eso ya era un territorio peligroso. Y así como varias presas a las que le había tomado cierto cariño, como Antonia, le advertían lo problemática que era la mora. Pero ella se reía ante aquellos comentarios, ¿lo sabía? Claro que lo sabía, pero también sabía quien era ella y que incluso podría ser peor que Zulema.

AMORE | Zulema Zahir |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora