Nam dejó a su mejor amigo en casa y, luego de haberse despedido, se dirigió a la suya.

En el camino iba pensando aún en aquel nombre y comenzó a sonreír mientras imaginaba mil cosas si lograba encontrar a su pequeño "susurro de universo". Nam nunca había pensado en estar con un chico y tampoco con una chica. El menor detuvo su caminar y fue al césped de aquel parque que se encontraba a pocos pasos de su casa para así pensar un poco en el que él jamás había pensado en formalizar algo con alguna persona; toda su joven vida la había dedicado a estudiar y pensar en qué haría cuando el negocio familiar se le fuese heredado. Quería dar lo mejor de sí mismo para ello y nada más.

–¿Será necesario que siga en esta búsqueda? –se cuestionó – Tampoco me hace falta estar con alguien... creo.

–Por supuesto que es necesario que continúes con tu búsqueda, has luchado mucho sólo por el bien de los demás; enamorarse hace parte de la juventud al igual que las rupturas –un transeúnte que por ahí pasaba respondió a quien le acompañaba y Nam quedó perplejo.

En definitiva, según Kim, era otra señal.

El gigante quería verlo feliz compartiendo con alguien todo aquello que caracterizaba al joven y también quería que estuviese junto a alguien que diera el todo por el todo por lo que estuvieran construyendo.

Nam-Joon sonrío y se levantó del césped para tomar rumbo a su casa.

Cuando el joven llegó a su hogar, se sorprendió al no escuchar los gritos de parte de su madre. Se había convertido en algo cotidiano desde que su hermana menor había llegado con un chico a casa presentándolo como su novio. La familia Kim se había vuelto loca ese día, siempre había creído que quien llegaría primero con esa noticia sería Nam-Joon, pero todo ocurrió de otra manera. No sólo por eso estaban histéricos, también lo estaban porque habían soñado con que su hija se ennoviara con Ho-Seok así como querían que Nam lo hiciera con Ji-Woo, pero no todo resulta como se quiere.

La menor de la familia Kim le restaba importancia a todo, pero no faltaba el día en el que Nam llegara y hubiera una discusión entre su madre y hermana mientras su padre le sonreía y le decía que le restara importancia y disfrutara el show, pero esta vez estaba todo calmado.

El chico se dirigió a la sala de visitas donde su madre atendía a una mujer mayor que el chico suponía era amiga de su madre.

–Buenas tardes, mamá –hizo reverencia a su madre para después girarse un poco y hacer reverencia a la visita –. Buenas tardes...

–Kim Chae-Lin –la mayor respondió sonriente.

–Buenas tardes, señora Kim –terminó Nam de una manera muy respetuosa.

–Hijo, ella es Kim Chae-Lin, una amiga de hace muchos años. Vino de Busan con sus hijos que en este instante deben estar en tu cuarto de estudio admirando lo que haces –dijo su madre con un tono de voz muy dulce.

–Espero no te moleste, es sólo que no hallaban qué hacer –sonrió la señora Chae.

–No se preocupe, está bien. Lo único que me avergüenza ahora es que hayan notado aquel desorden –dijo el chico mientras mandaba su mano derecha a su cabeza para sobar su cabeza y sonreír penosamente.

Diciendo esto, Nam hizo una reverencia para así dirigirse a su cuarto de estudio.

Cuando llegó a su destino, sonrío al haber alcanzado a escuchar una voz demasiado dulce suponiendo era la de alguno de los hijos de la amiga de su madre, el cual alababa uno de sus escritos.

Era una voz tan dulce, tan angelical; una voz que no había escuchado jamás hasta el momento.

Nam-Joon se acercó a la puerta de aquel cuarto y saludó a los presentes. Uno de estos rápidamente se despidió de alguien con quien se encontraba en llamada y se levantó rápido de la silla en que estaba para así responder al saludo.

–Oh, hola, soy Kim Tae-Hyung –dijo el chico mientras hacía reverencia.

Su voz era algo gruesa así que Nam descartó que fuese el chico que alabó su escrito. Su voz era hermosa, pero no era la que esperaba escuchar así que pensó que quizás había sido el otro chico.

–Y yo soy Kim Seok-Jin, un gusto conocerte –el chico alto estiró su mano e hizo una leve reverencia para saludar a su contrario.

Nam correspondió al saludo, pero también se decepcionó al ver que no era la voz que esperaba, entonces ¿quién había sido? Dos dudas para aquel día.

–¿No hay alguien más aquí con ustedes? Escuché otra voz –Nam no se había resistido.

–Oh, era la de un amigo con el cual estamos en llamada. Nada más. Disculpa si te ha incomodado, es sólo que sentí la necesidad de mostrarle estos escritos tan interesantes a alguien que también es fanático a este tipo de escrituras y bueno, nuestro mejor amigo era una gran opción –respondió Tae.

–Oh, no se preocupen, me alegra que les hayan gustado.

Los tres chicos sonrieron y hablaron durante un buen rato hasta que Nam se percató de que se le estaba haciendo tarde para el entreno y tuvo que despedirse.

El chico hizo todo lo debía hacer antes de salir.

En el camino rumbo a su entreno, se fue pensando en aquella voz que había escuchado. Le había parecido la voz más hermosa que había oído jamás, pero también sentía cierta curiosidad por el nombre de uno de los chicos "Seok-Jin". Su nombre se parecía un poco al que llevaba buscando, pero no sentía cierta curiosidad como la que tenía por el amigo de este y su hermano.

Esa voz lo había cautivado.

Esa voz era celestial... una voz que parecía sercómplice del macrocosmo.

"El Susurro del Universo" (NamMin/MiniMoni) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora