El contrato

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– Me pregunto qué se sentirá hacerlo con un demonio.

Y como si de una paleta de tratara, Annie lamió lentamente el bulto que sobresalía del bóxer, haciendo que Lucifer esté a punto de correrse.
Eso le causó un momento de lucidez y salió como alma que lleva el diablo (?) de donde estaba.

– ¡No, no, no, no, no, no! ¡No! ¿Qué estuve a punto de hacer? No, más bien ¿Qué estabas haciendo? ¿Pensaste que así me ibas a convencer?

Annie lo miró por unos segundos y luego volteó la cabeza chasqueando la lengua, no logró su cometido después de todo.

– ¡Oooooh! ¡Mírate! Ese era tu plan después de todo– era la milésima vez en el día que Lucifer estaba indignado, casi cae en las garras de una manipuladora humana.

– ¿Acaso me iba a escuchar de otro modo? Como el señor demonio tenía cara de pervertido no tuve una mejor idea.

Ambos estaban enojados uno con el otro, Lucifer porque su ego estaba herido y Annie porque no la querían dejar quedarse a pesar de que ese era su "deseo".

Mientras ambos se fulminaban con las miradas, a Lucifer se le ocurrió una grandiosa idea. Era la lección perfecta para una humana tan lujuriosa como ella.

– Hagamos una apuesta– volvió a tener la sonrisa arrogante que ya no le quedaba para nada. Annie alzó una ceja en señal de que no entendía lo ese mentiroso demonio decía– Te dejaré quedar aquí el tiempo que quieras, pero como nada es gratis en esta y otras vidas, deberás hacer algo primero.

– Hice correctamente el ritual de invocación con el único objetivo de verificar si el infierno realmente existía  ¿Y ahora debo cumplir sus demandas?

– No lo tienes que hacer si no quieres– Lucifer prosiguió– pero el precio es volver a tu mundo.

Annie lo pensó durante un momento, era cierto que le había causado muchos problemas al señor demonio en tan solo unas horas, lo correcto sería tomar responsabilidad por sus acciones, pero no quería mostrar debilidad en un momento así.

– Bueno, está bien. Pero yo también tengo una condición: Si gano, el señor demonio tendrá que hacer todo lo que yo diga.

Lucifer analizó la propuesta unos minutos ¿Qué posibilidad había que una mortal le gane en una apuesta? Ya estaba dudando seriamente de que los humanos fueran tan ingenuos, pero al igual que Annie, no estaba dispuesto a retroceder, ya hizo la "propuesta" después de todo.

– Me parece bien, mientras ganes esta "apuesta" de manera justa no veo inconvenientes.

Todo estaba listo, el juego había empezado. Ambos estaban de acuerdo y eso era lo adecuado, por más vil que sea Lucifer, un trato es un trato.
Estrecharon las manos en señal de conformidad y Lucifer comenzó a explicar en qué consistirá su macabro reto.

– ¿Conoces a las súcubos verdad? Seres mitológicos con un apetito sexual más grande que el de cualquier otro demonio. Bueno, su contraparte masculina son los incubos, y tu actual reto es acostarte con uno durante toda la noche. Como sabes, estos seres absorben la energía vital de las doncellas humanas, así que si sobrevives una noche con uno, haré lo que tú digas, si mueres en el intento, pues, ¡Se acabó! Y así todos somos felices– Lucifer frotaba sus manos como un experto en estafas.

– Espera, prácticamente si sobrevivo, igual tengo pocas probabilidades de recuperar mi energía ¿No es algo injusto?

Lucifer dudó por unos segundos, no podía darle más beneficios, eso significaría que tendría más posibilidades de perder y eso definitivamente no puede pasar.

¡Fuera de mi infierno!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora