Dignidad perdida

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– ¿HAA? ¡¿Cómo que Hades no está?!

Lucifer y Tim por el momento dejaron  a Annie en el castillo, era conveniente que estuviera tan cansada, eso les daba tiempo para ejecutar el peligroso plan B.
Ambos se disfrazaron para no ser reconocidos por nadie, el cabello de Lucifer era demasiado inusual en el inframundo como para que no supieran de quién se trataba. El demonio se puso una peluca color negro y unos lentes oscuros, mientras Tim se disfrazó de un niño demonio, con todo y paleta en mano.

– Justo como oyeron– la recepcionista de la oficina de Hades se tapó los oídos por lo el tono exagerado que usaron los demonios– dijo que iría a divertirse en el mundo humano, no sabemos de él desde hace unos 10 años.

– ¿No dijo específicamente cuándo volvería? Es un asunto de urgencia– Tim estaba preocupado.

– Mmm, la verdad no, pero tengo creo que podría averiguar en qué parte del planeta se encuentra.

– ¡¿En serio?! Muchas gracias, bella dama, tenga por seguro que la compensaré por esto– Lucifer tomó las manos de la mujer demonio entre las suyas y aplicó sus dotes de galán que no había usado en mucho tiempo.

Obviamente, la demonio se sonrojó por la cercanía de su rostro al suyo, hasta se podría decir que estaba a punto de besarla, pero Tim irrumpió jalándole la cola a su jefe.

– Eso es todo por hoy, ¡Gracias por la ayuda!

El pequeño demonio salió de la oficina arrastrando a Lucifer mientras este le hacía señas de "call me baby" a la recepcionista. Es increíble que se comporte así a pesar de lo grave de la situación, incluso pensó en delatarlo ante el consejo para librarse de todos los problemas, pero ello también lo arrastraría a él.

– Tiiiiiim, ¿Ahora qué haremos? Esa humana me va a tratar como su perra de nuevo– Lucifer no quería volver por nada al castillo.

–¡¿Por qué tuvo que hacer esa apuesta, señor?! Si nos descubren, los 2 estamos perdidos, ahora solo Dios sabe qué demonios estará haciendo Hades y dónde.

Lucifer hizo un puchero mientras metía la cola entre las piernas, sabía que había cometido una estupidez, pero no tenían por qué gritarle de esa manera, quién diría que un humano sería tan resistente.

– Bueno, dejemos eso de lado por ahora.
Tenemos que resistir hasta saber el paradero de Hades, escúchame bien– Tim saltó para agarrar el rostro de Lucifer y pegar su frente contra la suya– por ningún motivo, debes dejar al descubierto que una humana se encuentra en el castillo, y segundo, debes hacer todo lo que ella te diga.

– ¡¿Por qué dejaría que una miserable humana me controle?!– exclamó Lucifer exaltado, haciendo que todo el que pase cerca de ellos volteen a mirar extrañados.

Tim volvió a saltar y le dio un cachetada para que espabile.

– Entiendo, entiendo, quieres morir pisado ¿No, renacuajo?– Lucifer no se iba a dejar tan fácilmente.

Empezaron a pelear en medio de la calle como si fueran niños, mientras Lucifer ahorcaba a Tim, este movía su cuerno para que se volviera a salir (estaba usando un implante).
Los demonios que pasaban por ahí miraban la escena con cara de espanto ya que Tim se asemejaba mucho a un niño demonio, cualquiera pensaría que Lucifer era un maltratador de infantes o que simplemente estaba loco.

-– ¡Señor! ¡¿Qué demonios le hace a ese niño?!– los guardianes de la ciudad se acercaban a ellos a toda velocidad, preocupados por el espectáculo que estaban dando.

– ¿Niño? Pero si este enano es más viejo que yo– dijo alzando del cuello a Tim, mientras señoras señoras demonio gritaban horrorizadas.

El pequeño demonio estaba molesto, todos creían que estanba siendo abusado y todo era culpa de Lucifer. Para vengarse, se le ocurrió lo más maduro que pudo planear en todos sus años de asesor: Dejó de forcejear para que lo soltaran, sacó la lengua y puso los ojos en blanco; en efecto, se hizo el muerto.

¡Fuera de mi infierno!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora