Salty face when I start cryin'

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NdA: ¡estamos a punto de llegar a los mil votos! muchas gracias por tu apoyo ;A; Me he visto She-ra durante estas dos semanas; ¿leerías un oneshot Catradora si me animara a escribir uno?

El jueves a la hora del recreo Genya, Tanjirou, Inosuke, Kanao y Zenitsu se reunieron en torno a la mesa más alejada de la cafetería; parcialmente oculta entre una esquina y la máquina expendedora de café en lata

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El jueves a la hora del recreo Genya, Tanjirou, Inosuke, Kanao y Zenitsu se reunieron en torno a la mesa más alejada de la cafetería; parcialmente oculta entre una esquina y la máquina expendedora de café en lata. Se había averiado un par de semanas atrás y, con todo el trajín que estaba ocasionando el Festival de Primavera, nadie parecía pensar que retirar aquel armatoste para repararlo fuese una prioridad. Dado que era inservible podían hablar abiertamente, sin temor a que alguno de sus compañeros se acercara a por un capuchino y los escuchase.

—¿Tu madre podría arreglarla? —le preguntó Inosuke a Tanjirou, aguzando la vista para leer las etiquetas numeradas de las bebidas.

La noche anterior habían estado chateando casi hasta las tres de la madrugada (entre quejas lastimeras de Zenitsu tales como "Inosuke, ¿qué pasa con el Fornite?", "¿Me vas a dejar tirado hoy que por fin he hecho el examen de literatura y necesito desfogarme un poco?", "¿Pues sabes qué? No te necesito. Voy a echar una partida con Nezuko y con Kanao. Están conectadas y al contrario que tú se preocupan por mis necesidades afectivas, así que paso de ti"), y la práctica totalidad de la conversación había girado en torno al negocio familiar de los Kamado. Desde que Inosuke se había enterado de cómo la familia de Tanjirou se ganaba el pan, su curiosidad se había disparado por las nubes: le había pedido fotos del antes y el después de los objetos más destrozados que hubiesen llegado hasta el taller. Había tenido que fijarse bien en muchos de ellos, porque quedaban irreconocibles tras pasar por la varita de la madre de Tanjirou.

"Mi madre también hace magia, ¿sabes?", le había comentado. "Hace magia, pero con la ropa. Es costurera. Puede enmendar cualquier roto, estrechar todo tipo de trapos y hacer que sean del largo que cada uno le pida".

Tenía una carpeta en el móvil reservada para documentar gráficamente las transformaciones más drásticas de las prendas con las que trabajaba su madre. Hasta ahora, nadie salvo Kanao, Zenitsu y Genya había sido digno de presenciar su arte infravalorado, pero Tanjirou había dicho que le gustaría verlo y al hacerlo había abierto la caja de Pandora.

Así había sido su primera toma de contacto por Line. Para ser honestos, hablar con Tanjirou a través de mensajes había sido tan fácil y llevadero que Inosuke sentía que llevaban meses o años haciéndolo. No había tenido que medir sus palabras o devanarse los sesos tratando de equilibrar la balanza para sonar enigmático, ingenioso y accesible al mismo tiempo (cualidades a las que era completamente ajeno). El hilo de la charla había ido fluctuando como el pétalo de una prímula sobre el caudal perezoso de un río, siguiendo un curso natural y parsimonioso.

—No lo sé —contestó Tanjirou, contemplando de soslayo la máquina de café—: su especialidad son las piezas tradicionales. Se las apaña con la mayoría de relojes analógicos, pero la mecánica no es su fuerte. Sería cuestión de intentarlo.

High School Sweethearts (InoTan: AU escolar)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora