cap 8

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Muy temprano que despertaron se lavaron en el río y retomaron la caminata, para Alex el bosque parecía muy extenso.

Después de pasar tada la mañana caminando a Alex le ruguieron las tripas, señal que tenia mucha hambre.

Eiden escucho claramente como su amada reclama comida así que empezó a buscar algún árbol frutal, pero nada lo único que se veía eran los pinos.

Algo llamo la atención de Alex no tan lejos parecía haber una carretera y eso la emocionó y no dudo en decírselo a su hombre.

Cuando llegaron a la carretera Alex le pregunto a Eiden dónde en realidad se encontraban.

Estamos en Buena Vista a 6 horas de la cuidad - Dijo Eiden.

Si conseguimos que nos lleve algún carro a la cuidad podemos irnos para mi casa - comento Alex mientras se paraba a observar ambos lados de la carretera, Eiden solo asintió, Alex anhelaba regresar a la casa que una vez fue de su madre.

Después de estar como hora y media esperando y con mucha hambre un carro se asomo.

Alex brinco de alegría haciendo parar al coductor.
Un señor con carga de cocos los atendio.

Hacia donde van muchachos - Dijo el señor mientras se bajaba del auto.

Usted hacia donde va - comento Alex sin responder a lo que el señor pregunto.

Voy a la cuidad a dejar este cargamento de cocos - comento el señor señalando la paila de su auto.

Nos puede llevar - Alex se señaló a ella y a Eiden.

Claro que si - Dijo el señor - vamos suban - añadio - y que les paso por que estavan en medio de la nada.

Nos hemos perdido - Dijo Alex sonriendo, Eiden se mantenía callado, no tenia buena experiencia con los humanos.

Den gracias a Dios que yo pasé, esta calle es muy solitaria - comento el señor arrancando el auto, cosa que causó un suspiro cansado de Alex - para llegar al pueblo les faltaban tres horas.

Muchas gracias - Dijo Alex sintiendo mucha hambre.

Tienen hambre - comento el señor.

Si señor - Dijo Alex.

Nada de señor me llamo Ricardo - Dijo el mientras les daba una pana con comida casera.

No nos podemos comer su comida y usted - comento Alex un poco apenada.

Yo puedo comprar, ustedes lo necesitan más que yo.

Y haci Alex y Eiden devoraron la comida que Don Ricardo les entrego.
Después de eso Alex se quedo dormida en los brazos de su amado.

Don Rricardo  los veía de reojo y le recordaban la historia que tenia con su amada esposa.

Eiden se mantenía en silencio, observando cada cosa que Don Ignacio hacia.

Hacen una linda pareja - comento el señor.

Gracias - se limitó a decir Eiden.

Ella me recuerda a mi esposa - comento de nuevo don Ricardo - son mujeres muy dulces para nosotros - Eiden posicionó su vista en el viejo.

Pero que no haríamos nosotros por ellas no !- Dijo Don Ricardo ríendo de sus recuerdos.

Daríamos nuestra vida - comento Eiden mientras apretaba a Alex contra su cuerpo y aspiraba su olor.

Eso es correcto - comento el señor.

Después de un rato de charlar Eiden también se quedo dormido y don Ricardo se limitó a verlos y sonreír.

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