¡¡Odio el Amor!!

Capítulo 16

[Chile]

Y los dos susodichos estaban dentro de la casa, incómodos y con hambre.
Pero la incomodidad fue fácilmente disipada con el sonido de sus estómagos gruñendo por comida.

—Tmare —Murmuró Perú, mientras agarraba las compras de la mesa. —Haré cubana noma', mientras tanto esperame sentadido.

Chile asintió sin chistar y se fue a sentar en el mullido mueble, mientras prendia confianzudamente la televisión y colocaba el canal de Cartoon Network.

Esperando sentado a que la humilde «esposa» «CoffperúCoff» termine de cocinar. Mientras tanto Perú cocinaba o freía el platano y los huevos, rápidamente. Luego de 20 minutos, la comida ya estaba lista. Lista para ser servida en la mesa del peruano.

—¡Oe! —Llamó desde la cocina. —Lávate las manos y siéntate en la mesa, pa' que comas. Ahorita sirvo la comida.

El chileno con algo de flojera, se levantó del mueble y se fue arrastrando los pies al baño. Se lavo la cara y las manos, y luego se fue a sentar en la mesa.

—¡¡Ya!! —Grito Chile, para avisar que ya había hecho lo que le dijeron.

Pero no esperaba que Perú tomará el grito cómo; «Si el marido exigiera su comida». Es por eso que salió con una cara seria y se podría decir que le iba a tirar o reventar el plato en la cara al contrario.

—¡Ami me hablas bonito ctmr! —Gruño, mientras ponía la comida del contrario de mala gana y se sentaba con la suya, al frente de chile.

¡Chucha la wea! ¿Y ahora que hizo?

Se preguntó el chileno. Mientras veía como Perú ni le dirigía la mirada.

¿Porqué siempre que avanzaba un paso? ¿Retrocedía dos? ¿Porqué cuándo intenta progresar con Perú, siempre algo lo malograba? ¿Esté era un castigo o era la manera sutil de decirle que Perú no sería fácil?

Pero no se daría por vencido, si retrocedía dos pasos, saltaría hacia delante con ímpetu y lograria tres pasos.

¡Weón si el destino no me quiere junto a ti! ¡El destino puede irse a mamar Tula!

Así que ahorita intentaría arreglar lo que sea que paso, y avanzaría. Pero primero intentaría con amabilidad, su mamá decía que con esa wea todo se abriría fácilmente. ¿O era perseverancia?.

Da igual, intentará con la primera.

—Gracias. —Dijo. —gracias por invitarme a comer y por molestarte en atenderme weón.

Perú lo miro sorprendido y luego giro su rostro rápidamente mientras decía «te la debía» con un leve tartamudeo.

¡AJÁ! DESTINO CULIAO, SUS OJOS AHORITA ESTABAN VIENDO UN SONROJO Y VERGÜENZA EN LA CARA DEL PERÚCITO.

Aunque en estos momentos, todo parecía un Cena al estilo de "La dama y el Vagabundo". Y obviamente el sería el vagabundo, claro que omitiendo varios detalles cómo; no estaban comiendo esos fideos o no eran perros, tampoco era de noche.

NAAA!! DETALLES.

Pero, para asegurar y aligerar todo mejor comenzaba a sacar tema de conversación, para hacer más amena la comida y para profundizar un poco su relación de amigos que próximamente serían novios. Si es que las cosas se daban, tampoco podría obligar al Peruano a corresponderlo.

En fin, conversaron sobre su salida al mercado, de su forma de vestir. Cosa que se quejo el peruano al decir «Íbamos al mercado, no a la discoteca», mientras rechinaba sus Crocrecks rojos de bajo de la mesa con molestia. También dio sus elogios sobre su Terremoto, diciendo que era algo muy rico. Y que lo hizo temblar de dulzura.