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El sonido del timbre de la puerta hizo callar todo ruido en la habitación, el de ojos grises entrecerró los ojos caminando hacia la puerta con suma tranquilidad y cautela, como si fuera una pantera en medio de la selva.

Yuri lo siguió evitando que sus pasos se escuchen agitados, ¿Quien tendría la osadía en venir a este lugar? ¿Se habrán equivocado? ¿Nos habrán encontrado?

El timbre se volvió escuchar, Yuto tomo de una mese un cuchillo con el cual jugó un poco entre sus dedos, lo oculto en espalda, y abrió la puerta. Se clavó el filo del cuchillo en sus dedos debido a la sorpresa que sintio a ver a aquella persona tras la puerta, aunque su expresión no decía mucho.

Con una sonrisa radiante, el distinguido cabello de dos colores que sobre salia de su gorra, sus ropas radiantes y rojizas fueron reemplazadas por un buzo deportivo negro, sus googles colgando alrededor de su cuello y entre sus manos balanceaba una mochila deportiva que se veía pesada, era Yuya, su hermano menor.

-¡Nii-Nii! - exclamó - Finalmente te encontré, ¿sabes lo complicado que fue hallarte? Los rastreadores eran solo una pérdida de tiempo y dinero, ¡Siempre te cambias de ropa o lo dejas en la estación! Me hiciste trabajar más de lo que tú superior podría hacerlo -

- Bersek - saludo con normalidad, ganándose una sonrisa inocente del más joven.

- ¡Nii- Nii, Es muy injusto! Trajo a Yuri-nii y a yugo-nii, pero no trajo a Yuya ¿Yuya no es importante? ¿Nii-Nii ya no quiere a Yuya? - cuestionó  mientras sus ojitos se llenaban de lágrimas.

Yugo y Yuri estaban detrás de una pared de la sala observando la escena, el de ojos morados observaba sin reacción alguna mientras que el motociclista estaba confundido ¿Desde cuándo Yuya habla en tercera persona? ¿Y que carajos quería decir que usaba rastreadores? ¿Acaso era el único idiota que no sabía nada esto?

Desde que despertó todo ha sido muy raro para el, una sorpresa tras otra, su cabeza dolía a horrores aún.

- No, Nii-Nii quiere a Yuya, iba ir por ti, pero hermano estaba mal, muy mal, no queremos que le pase algo ¿O si? - cuestionó, su voz salía suave y calmada, tanto que hizo que Yugo se pusiera en alerta.

-¡No! ¡Yugo-nii, dio un susto enorme a yuya!, yuya quiere a sus hermanos, ¡Haste les trajo unos regalitos! - dejo la maleta en el suelo para poder abrirlo más cómodamente, sacando de ella una bolsa y abriendola para tomar de las orejas el contenido y mostrarle al mayor - ¡Nii-Nii !¡Mira! ¡Mira! -

- Oh, por los dioses ... - sintió como la poca comida que había ingerido quería regresar, volteandose de lado para evitar mirar aquella cabeza putrefacta que estaba frente suyo.

- Tsk, sí que eres débil, fusión- rodó los ojos, saliendo de su escondite para acercarse al menor quien le sonrió y lo atrapó en fuerte abrazo, sin importar que la cabeza putrefacta de un animal estuviera a un centímetro de su cara.

Yuto tomo aquella cabeza entre sus manos, era un perro para ser específicos, seguramente era la de un Pastor Alemán. La cabeza estaba mal cortada, probablemente usaron un hacha u otro objeto con filo, no había ojos, solo tenía las cuencas vacías y la piel del animal no estaba tan muerta, seguramente murió hace mínimo un par de días.

- ¿No te... Gusta, Nii-Nii? - jugó con sus manos nervioso- P-pero ¡Tengo más! ¡Y de diferentes tipos! T-tengo de un gato, una paloma, un hombre viejo, y un ratón; aunque los ratones son sencillos de atrapar... ¡P-pero también tengo ojos... -

Se detuvo cuando sintió una mano posarse en su cabeza revolviendo sus cabellos, volvió a mirar a su hermano mayor, y pudo ver aquella diminuta sonrisa que se posaba en su rostro. Sintió una alegría inmensa invadirle de pronto.

Unido a UstedesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora