Diablo y sus hombres se encontraban en el paseo de la autopista, estacionados en un auto, pues se suponía que el cargamento de drogas entrara por esa área.
Habían hombres posicionados en distintas áreas de la autopista, quienes se comunicaban con Diablo por medio de sus celulares. Todos se preparaban para avisar en cuanto el objetivo estuviese cerca. Cada uno llevaba consigo armas largas, preparados para masacrar a cualquiera que estuviese ahí.
—Se encuentra a cinco kilómetros de distancia y viene escoltado por una patrulla.—Notificó Charlie, la mano derecha de Diablo.—Debemos deshacernos de la patrulla.
—Vayan tras la patrulla.—Les ordenó Diablo, mientras colgaba el teléfono.
Diablo guardó su móvil, y prosiguió a cargar su arma.
—Vienen escoltados. En cuanto nos aliniemos a ellos, apunten a las gomas del camión.—Ordenó Diablo.
El camión a aproximaba junto con la patrulla, que se encontraba en el mismo carril.
Una vez los objetivos pasaron por su lado, uno de los hombres de Diablo encendió el auto, dirigiendose hacia el camión con las luces apagadas.
El auto se acercó a la patrulla y fue entonces que el tiroteo comenzó. Los hombres de Diablo comenzaron realizar múltiples disparos a la patrulla. Diablo sacó su cuerpo por la ventana del auto y comenzó a disparar con su arma automática. El conductor de la patrulla recibió un disparo en la cabeza, haciendo que la patrulla se estrellara contra unas barandas de aluminio. El camión disminuyó la velocidad, hasta que se detuvo.
Charlie detuvo el auto. Diablo y sus hombres se bajaron, efectuando disparos hacia el otro oficial, matandolo al instante. Los sujetos que iban en el camión se bajaron con sus armas y comenzaron a disparar, hiriendo a varios hombres.
Diablo se ocultó tras la patrulla policiaca, realizando varios disparos hacia los sujetos de Mahal, fallidamente.
Diablo se asomó con cuidado, para vigilar a los agresores, mientras que Charlie y los demás acompañantes disparaban sin piedad. Uno de los hombres de Mahal visualizó a Diablo y a su escondite, quién no perdió la oportunidad de dispararle, logrando herirlo en un hombro.
Diablo salió de su escondite, gritando fuirioso ante la herida que le habian propinado. Diablo se arriesgó, acercándose al camión, efectuando disparos de manera consecutiva, hiriendo de muerte a unos de los hombres que se encontraban ocultos en el camión.
El otro sobreviviente le propinó dos heridas a Diablo en la pierna. Charlie y el resto de los hombres de Diablo lograron amordazar finalmente al único sobreviviente de la organización de Dre Mahal.
—Carajos, tendremos que llevarte a un hospital...—Charlie se dirigió hacia Diablos quien se encontraba tendido en el pavimento.
—Esa no es una opción. Nos cuestionaran ahí y llamarán a la policía. —Diablo respondió, entre quejidos.
Un par de sujetos ayudaron a Diablo a ponerse de pie.
—Tendrás que ir o te desangrarás.—Charlie enfatizó, observando la gravedad de las heridas en el cuerpo de Diablo.
Charlie se llevó a Diablo al Hospital, mientras los otros pandilleros tomaron de rehén al camionero sobreviviente.
Al llegar a Emergencias, Diablo fue estabilizado, donde le hicieron varias suturas en las heridas de bala que le habían propinado, las cuales traspasaron su cuerpo. Una vez ubicado en una camilla, los doctores comenzaron a interrogarlo, para saber el trasfondo de esas heridas de bala.
—No dejarán de preguntar...—Diablo habló con dificultad.—Sacame de aquí antes de que nos atrapen.—Pidió Diablo a Charlie, quien pensaba en como salir del hospital.
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Diablo. ©
Romance"El que quiere, puede." Genevieve Kim tenía muchos objetivos difíciles de cumplir. ¿Cómo podía pagar sus estudios universitarios, cuando había otras prioridades? Su padre sufría los efectos de una condición neurológica, que le impedía realizar las t...