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[ 9 de Marzo, 6:00 a.m. ]

Sábado por la mañana y el despertador volvía a sonar por toda la habitación.

Frotó su rostro en la almohada, despegándola después para ver la alarma junto a su cama. Sacó su brazo bajo la bolsa rellenada y apagó el sonido al presionar el botón. Volviendo a recostar su cabeza y cerrar sus ojos.

Tras unos segundos, al recordar la fecha de ese día, se levantó de la cama antes de acomodar las cobijas e ir directo al baño a orinar y lavar su rostro, acomodó su cabello y regresó a su habitación para cambiar de ropa.

El cumpleaños de su hermano mayor siempre fue lo más importante para él.

Aprovechando que se encargaba de la cocina, le haría un desayuno especial por su gran día, bajaría a recepción por el periódico de la mañana y por el correo que hayan dejado, arreglaría su ropa diaria del trabajo junto con su mochila preparada con sus cosas mientras el mayor seguía durmiendo plácidamente.

La habitación se volvía cada vez más caliente por la comida en proceso. Quitó su chamarra y fue a abrir la ventana de la sala de estar para que entrara un poco de aire y no se sintiera tan sofocado.

Finalmente, sirvió en un plato hondo y negro la comida, y las especias y salsas que el mayor quisiera agregarle las sirvió en otros blancos y más pequeños. Se quedaría con las ganas de comer todo aquello, pues sólo comería unos fideos instantáneos para luego ir a desayunar con su novio.

Enjuagó sus manos y quitó su mandil para volver a colgarlo en la pared, acomodó bien la mesa y ambas -y únicas- sillas del comedor justo antes de escuchar la alarma de las 8 que siempre apagaba desde el cuarto del mayor. Entró a la habitación con una de sus lindas sonrisas y apagó el sonido que sabía que a su hermano le irritaba al tenerlo cerca. Lo vio quejarse y removerse cuando se sentó en la orilla del colchón, haciéndolo soltar una risita.

—Hyung. —Movió con cuidado su hombro tras susurrarle. —Ya despierte, la comida está lista.

Dejó de darle la espalda y comenzó a tallar su rostro con ambas manos. Soltó un bostezo y miró la hora, llevando la mirada a esa preciosa sonrisa con la que despertaba siempre.

—Buenos días, dormilón~

—¿A qué huele? —Preguntó al percibir aquel satisfactorio olor que fue la causa de su hambre.

—Uy... Es la comida. Ya levántate. —Le dio unas ligeras palmaditas en su pecho y se puso de pie. —Tu ropa está lista en el baño, para que te arregles. —Encendió la luz del cuarto para hacerlo reaccionar, pues también le molestaba por las mañanas.

—Uhg. —Gruñó, escuchando la risita del azabache. —Ya voy. —Soltó una risa al escuchar la música de fondo y su talentosa voz sobre ésta cuando salió de su recamara.

Se puso de pie, alborotando su cabello antes de cruzar la puerta, mirando la mesa con varios platos sobre ella.

—¿Qué es eso?

El azabache giró su cabeza por un momento, viendo el tierno cuerpo de su hermano mayor, vestido con esa camisa grande color gris y unos pantalones cortos negros. Era tan adorable por más que se lo negara.

—Bulgogi. —Contestó, regresando con su labor.

—¿Bulgogi? —Entró al cuarto de baño, cerrando la puerta sin poner seguro, pues viviendo solo con su único hermano, no tenía esa necesidad. Encontró su ropa planchada y tendida en un gancho colgado en el tubo de la cortina. —¿Y eso que me estás complaciendo tan temprano? —Comenzó con su rutina corta de la mañana.

𝑪𝒂𝒔𝒐 "𝑴𝒊𝒏 𝑱𝑲" [ YoonMin ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora