XX.- ¿Quieres ser la dueña de este idiota?

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¿Enserio gastamos los ahorros de tres meses en esto?
Si
Pero nos costó mucho trabajo llegar a esa cantidad.
No me importa si hubiera ahorrado un año ella lo vale además será una pequeña forma de pagar todo el sufrimiento que le hice pasar.
Si tú lo dices
Se que no lo compensa lo material pero aún así, aún no creo lo que está pasando.
Siempre has estado enamorado de ella desde que la conocimos.
Si y ahora se que probablemente ella siempre sintió lo mismo.

Alejandro salió de una pequeña tienda de joyería con un regalo que sería perfecto para April, él sabía que no le gustaban las cosas tan caras, ni las cosas enormes, sabía que amaba los pequeños detalles pero lo que más le gustaba era la forma en la que se los dabas, por suerte él tenía un plan si no es que caía en pánico.

Unos minutos faltaban para la hora acordada, él iba rumbo a dónde habían fijado la cita.

Respira, cálmate ella nos corresponde fuimos testigos de eso, ahora por favor piensa bien lo que vas a decir no la cagues, nos costó mucho trabajo llegar hasta este punto.

Las manos le temblaban aún no podía creer lo que había pasado anoche ni lo que pasaría hoy ¿Acaso era un sueño? Si lo era no quería que nadie lo despertará porque estaba seguro que sería el sueño más hermoso que había tenido y ¿Si no lo era? Era algo sumamente maravilloso que estaba pasando, Alejandro la amaba con tanto fervor que no podía aguantar las ganas de ir a buscarla y decírselo a la cara.

Nos vemos a las 3

Ese mensaje pasaba una y otra vez por su mente mientras arreglaba su cabello, nunca lo peinaba pero hoy quería hacerlo hoy quería verse perfecto para su niña para su pequeña.

Una tras otra ves iba repitiendo en su cabeza el pequeño discurso que habían preparado para ese momento, sabía que cuando la viera parado frente a él su cerebro lo olvidaría, que su lengua se travaría al hablar y terminaría como un gran idiota.

Si Alejandro estaba así de nervioso ¿Cómo estaría April? ¿Estará igual de ansiosa que yo? ¿Sentirá miedo? Hasta dentro de su nerviosismo se preocupaba por su pequeña.

April respiraba profundamente si no se calmaba probablemente sufriría un paro respiratorio, pero ¿Cómo podía calmarse? Aún no terminaba de creer que todo esto estaba pasando, ambos chicos llegaron al lugar acordado.

Alejandro llegó unos momentos antes y vio llegar a aquella que hacía que todos sus días fueran felices, la que pintaba de colores su mañana, la vio llegar tan linda, ese vestido la hacía lucir perfecta, sus pequeños labios color durazno y esos toques de rubor en las mejillas solo resaltaban más su color de piel, sonrió al verla y sin pensarlo la abrazo antes de que pudiera cometer alguna estupidez la abrazo.

Él susurro en el oído de ella - Te ves tan hermosa por favor no dejes que hablé -
Una sonrisa se dibujo en el rostro de April - Si no me dices lo que sientes nunca podré adivinarlo- Dicho esto ambos chicos se separaron.

Él la tenía frente a sus ojos, tal y como se lo esperaba no podía hablar simplemente ella bloqueaba todos sus sentidos, ella lo miraba fijamente podía sentir que su mirada le pedía que hablara, sin poder hacerlo tomo la mano de ella llevándola a dónde está su corazón.

- Sabes siempre he sido bueno con las palabras y más cuando se trata de convencer a alguien pero en este momento te juro que no puedo no se que decir simplemente siente mi corazón ¿Sientes como se acelera por qué tú estás cerca? Cada vez que pienso en ti, cada que escucho tu nombre eso me pasa y no puedo contenerlo el hecho de tenerte a mi lado hace que me sienta tan feliz, cuando me tomas de la mano o dejas que bese tú mejilla me siento en las nubes, ayer lo que dije y lo que hice fue porque ya no soportaba más estar así teniendote tan cerca pero a la ves tan lejos mi corazón me decía a gritos que dijiera que te amaba porque eso es lo que hago te amo April te amo - la voz de Alejandro se escuchaba tan sincera tan llena de amor incluso sus ojos así lo reflejaban, ambos sabían que era verdad.

- ¿Por qué fuimos tan idiotas? - Los ojos de April se habían puesto llorosos, bajo su mano del pecho de él y se acercó a él. - Yo también te amo Alejandro -

Alejandro sonrió al escuchar esas palabras.

- Me enamoré de ti prácticamente desde que te conocí cada día que pasaba a tu lado mi amor por ti crecía, sabía que me querías como una amiga, así que decidí callar porque sentía que traicionaba tu amistad pero ese día en el parque yo tenía la ligera esperanza de que me dijeras que me amabas que habías dejado a ti novia por mí, pero solo conseguí una estúpida pelea, todo esté tiempo solo te he querido a ti no me importa nadie más solo tú porque yo te amo en verdad Alejandro te amo -

Finalmente se había dicho la verdad ambos habían confesado lo que sentían, su diferencia de altura los ayudaba tanto en ese momento, Alejandro podía contemplar aquel rostro tan bello que tenía frente a él.

Pasó su mano con delicadeza por sobre las mejillas de ella quería que aquella imagen de ella se quedará para siempre en su mente, tomo ligeramente su mentón para elevarlo juntando sus labios con los de ella lentamente en un pequeño y tierno beso, un beso que había estado destinado a ver ocurrido hace tanto, un beso con el que los dos se habían saber que su amor era mutuo, un beso con el que finalmente estaban cerrando sus sentimientos, un beso con el que aquel secreto que no dejaba estar en paz a April se rompía, un beso tan único y especial que ambos recordarían incluso cuando ya no fueran nada y uno desapareciera de la vida del otro.

Después de ello se separaron los ojos de April estaban llorosos pero no porque estuviera triste está vez lloraba de felicidad, sus miradas fijas en el otro solamente sonrieron.

Alejandro se separó de ella, tomándola de ambas manos - Entonces señorita le tengo que preguntar algo -
- ¿Qué cosa? -
Alejandro se inco delante de ella y soltó una de las manos que sostenía ya que con la otra había sacado algo de su bolsillo.
- ¿Quiere ser la niña que ponga de colores mis mañanas, la dueña de este idiota? - Extendió la otra mano en la que llevaba un pequeño dije.
- ¡SI! - April con un grito de felicidad acepto la propuesta hecha por su chico.

Alejandro se levantó y abrazo a April dándole vueltas pues estaba complemente feliz, aún no creía que aquella chica ahora era su novia tantas veces había soñado con este momento y tantas veces lo vio tan lejano que no lograba procesar su pequeña felicidad.

Ambos chicos estaban felices, se notaba cualquier persona que pasará por el lugar se percatara de ello pero a lo lejos había alguien observandolos alguien que en ese momento no compartía la misma felicidad que ellos, alguien que en ese momento sentía un odio por aquella felicidad de ambos chicos, que quería destruirlos porque al ver esa escena un sentimiento de odio y resentimiento nació dentro de ella.

Me enamoré de mi mejor amigo✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora