New Friends ~ [Dekubowl]

Capítulo 5.

Aceptar quien soy

Se había vuelto adicto.

Se había vuelto jodidamente adicto.

Y ya se sabe que las adicciones no son buenas ¿verdad?

Hacen que hagas cosas que no pensaste que harías.

Hacen que te alejes de unos y te acerques a otros.

Y Izuku acababa de hacerse adicto a los labios de Kai.

Aquel día, cuando fue besado por Kai, atemorizado por Toga y salvado por Dabi, pensó que no podría volver a mirar a su amigo de la infancia a los ojos nunca más. Pensaba que la incomodidad invadiría su cuerpo, impidiéndole sentirse y actuar como siempre lo hacía. Y en cierto sentido fue así, fue así por la tarde, fue así a la hora de cenar. Pero por la noche, cuanto Chisaki fue a la habitación del pequeño para disculparse, y la mirada de ambos se encontró por primera vez en todo el día, sin nadie alrededor, Deku solo pudo pensar en besarlo, y eso hizo.

Había pasado todo el día angustiado, pensando que pasaría cuando volviese a estar a solas con su amigo. Pero cuando vio a Kai en la puerta de su habitación, con aquellos pantalones anchos y negros al borde de su cadera, dejando ver su pelvis en V, con el pelo levemente mojado de nuevo, con un brillo especial en los ojos, todo lo que su mente le dijo que hiciera era dejarse llevar y besar esos labios de nuevo.

Envolvió sus brazos en el cuello del más alto, atrayéndolo hacia su pequeño cuerpo. Aquello pillo totalmente desprevenido a Kai, que sabía que lo mejor que podía hacer era separase si no quería problemas, pero aquel pensamiento solo duró un segundo, porque cuando empezó a tocar a aquel ser angelical, perdió totalmente la cordura. Con sus manos tomó la cadera del pequeño, apretando ambos cuerpos el uno contra el otro. Sintiendo como todas sus partes "estratégicas" estaban en contacto. No podía contenerse ante aquel tacto en el que tanto había estado pensado desde la noche anterior, y aunque hubiese ido a arreglar las cosas con el pequeño, que este se lanzase prácticamente para devorarlo, no ayudaba mucho que digamos.

Sin saber ni cómo ni en qué momento ambos habían acabado dentro de la habitación con la puerta cerrada y con las piernas pecosas envolviendo la cadera del pelinegro. Chisaki apresó al peliverde contra la puerta mientras ambos se separaban para coger aire y aprovechó para adentrarse en aquellos profundos ojos esmeralda que ahora además de profundos eran seductores. Nunca espero que el joven fuese a ser así, lanzado, pero la verdad no le disgustaba. Pero por otra parte al pequeño Midoriya si le disgustaba, no sabía por qué se estaba comportando así, estaba segurísimo de que aquel no era su comportamiento habitual, pero aún así algo en su interior le gritaba "¡hazlo!".

Algo le empujaba a hacerlo. Como si una voz en su cabecita le dijese que todo daba igual, que se arriesgara, que disfrutara, que no se preocupara, y así lo hizo. Movió su cuerpo —más bien su cadera— en un movimiento lento y sensual que rozó y apretó las partes adecuadas del cuerpo del mayor, provocando que este gruñera en el beso. Y en ese mismo momento el pelinegro sintió que podría morir ahí mismo si aquellos ojos brillantes y aquellos labios carnosos seguían apresándolo. Y le dio completamente igual, así que volvió a acercar sus labios a los del joven, que no tardó ni un segundo en volver a besarlo, aunque de forma algo torpe. Deku supuso que nunca había hecho aquello, no al menos muchas veces. Así que Chisaki tomó el control del beso y mordió el labio inferior del menor, haciendo que este gimiera sorprendido, acto que él mayor aprovechó para introducir su lengua en la húmeda cavidad bucal del peliverde, empezando una apasionada danza entre ambas lenguas.