Capítulo 6.

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"¿Creo que es el momento, no?"

Actualmente Bakugo se había tranquilizado ¿verdad? Había madurado, afrontado sus miedos. Se comportaba seriamente cuando debía y procuraba no perder los estribos al 100%. Bueno, perecer ser que aquel era el "nuevo" viejo Bakugo, porque ahora mismo, junto al resto de pro-heros y la policía, había perdido completamente los papeles y le gritaba a quien se acercase. Ahora que la llama de su vida, ahora que Deku había vuelto, su agresivo carácter volvía a presentarse. Un carácter que verdaderamente ninguno de sus compañeros extrañó, pero que todos recordaban a la perfección. Habitualmente, en aquellos casos sería Kirishima quien se encargaría de intentar tranquilizarlo, y sino sería Denki o Sero o Mina, pero toda la clase estaba en shock y no eran capaces de preocuparse por intentar calmar al cenizo.  Porque además hay que recalcar que aparte del shock general, había 4 chicos especialmente alterados a su manera, más silenciosa o explosiva, pero alterados.

-Todoroki-kun...- murmuró Uraraka mirando a su amigo que seguía con la mirada pérdida. Todos se encontraban en la comisaría de la ciudad, reportando todo lo que recordaban, buscando ayuda y recobrando energías y trazando un plan para recuperar a su amigo, por mucho que pareciera que él no quería volver con ellos.

El joven bicolor no despegaba sus ojos de su mano. Aún sentía el cálido tacto de los dedos del peliverde en ella. Recordaba su voz, rememoraba esa mirada que le había lanzado. Estaba muy confundido, ciertamente preocupado y desconcertado. Todo lo que quería hacer era dormirse y despertarse con el pecoso a su lado y que todo hubiese sido un horrible sueño, pero por mucho que cerrase los ojos y los volviese a abrir la situación seguía siendo la misma.

Pensaba que si hubiese sido más rápido podría haber cogido la mano de Midoriya, sus dedos se habían rozado, pero no había logrado alcanzarlo. Con lo cerca que había estado de conseguirlo, solo le deprimía más el hecho de no haberlo logrado.

Por otra parte teníamos a Kirishima junto a Kaminari. El rubio le daba palmadas a la espalda de su amigo, intentando consolarlo de alguna manera. Hacía tiempo que no veía a su amigo tan devastado, y ahora que se encontraba así, ahora que casi todos estaban así no tenía ni idea de lo que hacer o de cómo actuar. Mientras Kirishima solo podía pensar en cómo los que habían sido sus mayores enemigos rodeaban alegremente al pecoso y como le abrazaban tan íntimamente.

En cambio Shinso estaba apoyado en el marco de una ventana por la que observaba el atardecer. Podía estar triste, sorprendido, confundido, enfadado, no se sabe exactamente con que, pero enfadado. Y por otra parte estaba feliz, especialmente confundido y feliz. ¿Por qué? Bueno, claramente estaba feliz porque acaba de encontrar de nuevo a uno de sus mejores amigos, al primer chico con el que abrió su corazón. Pero por otra parte, otra que tampoco entendía del todo, estaba feliz al ver a Izuku en la compañía de los otros.

Y claro que aquello tenía una razón. Cuando estuvieron viviendo juntos en aquella residencia de héroes, aquel año que ambos se fueron a Tokyo a hacer unas prácticas, pudo ver cómo Deku se iba entristeciendo más y más con el paso de las semana. Él siempre estuvo ahí para el peliverde, para apoyarlo y darle ánimos, pero aún así sentía que había algo malo en Midoriya, que algo no iba bien. Aquellos últimos meses le costaba mucho más sonreír, y cuando lo hacía tampoco era con sus típicas y verdaderas sonrisas. Aquello había empezado a preocupar al pelimorado, pero la última vez que vio al pecoso, aquel día que el pequeño se marchó a su pueblo para ir a visitar a sus amigos en una visita sorpresa, le vio volver a sonreír emocionado, feliz, alegre, y aquello relajó al ojeroso. Oh, como se repentina Hitoshi de haber dejado a Midoriya ir solo a su pequeña ciudad natal aquella vez, ya que fue la última vez que le vio. Hasta aquella tarde claro.

New Friends ~ [Dekubowl]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora