5.

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—Suerte en tu examen, linda —le deseo su abuela desde la puerta.

—Estamos muy orgullosos de ti, Juuri —le dijo ahora su abuelo, ella les sonrió.

—Volveré siendo chunin, se los prometo —contestó la niña y salió de la mansión.

Rápidamente llegó al lugar de reunión, a modo de precaución, Tsunade se había quedado con sus solicitudes, se las daría justo antes de entrar al salón.

El edificio en cuestión era un caos total, había muchos chicos de diferentes aldeas ahí, algunos daban miedo, otros risa, en especial un niño con un uniforme verde, peinado de hongo y cejas increíblemente ridículas.

—Chicos, también vinieron —los saludo Rin cuando el trío estuvo delante del salón.

Ya se habían encontrado con Tsunade y después de desearles suerte, los había dejado ir con sus solicitudes.

—Vaya, ¿Nerviosa, Juuri? —le preguntó Obito mientras la abrazaba, ella se deshizo de su abrazo con un movimiento muy gracial.

—¿Por qué debería? —le cuestionó mientras levantaba una ceja.

—¡Eres pequeña! Incluso en altura —respondió con obviedad, lo que hizo que ella se cruzara de brazos.

—Si recuerdas que tienen en su equipo al genin más joven, ¿verdad?

—¿Te estás comparando con él?

—No lo haría —contestó ella, casi podía ver un gesto de victoria en Kakashi, así que añadió—. Soy más fuerte que el espantapájaros.

—¿Algún día madurarás y cortarás ese rollo? —le preguntó Kakashi, era sorprendente que lo hiciera, oficialmente, era la segunda vez que hablaban.

—¿Algún día volverás a tu campo de cultivo? —replicó, el gesto del niño permaneció impasible, casi como si esperara esto de ella.

Por otro lado, los compañeros de Juuri sofocaron sus risas.

—¡Bien, muchachos! Entren —les indicó un instructor, todos obedecieron.

Luego de seguir las indicaciones de entregar sus solicitudes y tomar un número para sentarse, estuvieron acomodados en distintos lugares, para sorpresa y disgusto de Juuri, tenía a Kakashi justo a su lado, del otro a un niño muy extraño, con un traje verde, cejas inmensas y corte de hongo.

No es mi día... Se quejó mentalmente.

Luego de recibir indicaciones, como por ejemplo, que iban a contestar un examen, que no se podía hablar y que si oían un nombre, todas las personas de ese equipo se tenían que levantar y seguir a un instructor, la prueba sonaba extraña, pero no tenía problemas para Juuri.

—Bien, comiencen —les indicó un sujeto.

Antes de abrir el examen, Juuri miró a su alrededor, había muchos shinobis observando, de seguro buscando algo, pero ¿Qué?

En cuanto abrió el cuadernillo, se sorprendió, pues literalmente no entendía absolutamente nada de lo que decía, lo leyó y releyó más de tres veces, pero no había nada, solo la última pregunta decía que se daría quince minutos antes de la clase.

—Maldición... —murmuro.

Sin afán de copiar, miró disimuladamente si alguien ya estaba contestando, pero todos estaban igual de confundidos que ella, incluso el espantapájaros y el niño raro a su lado.

Podía ver a sus compañeros delante de ella, parecía que querían voltear y mirarla, buscando su apoyo, pero eso tal vez los podría comprometer. Disimuladamente, realizó un jutsu para entrar en la mente de ellos y poder hablarles por el pensamiento.

La Ninja Lobo de KonohaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora