20.

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—¡Kakashi! —se quejó Juuri mientras estaba de cabeza.

Dos semanas después de ser curada, las cosas en Konoha parecían finalmente haber vuelto a la normalidad, Kakashi salia a misiones y Juuri también, ninguna les tocaba juntos, pues ambos tendían a robar el protagonismo de ser líder, aunque estaban bien con ello, cada que no tenían misiones, iban a entrenar, justo como ahora.

Bueno, más o menos, desde hace menos de una semana, Kakashi había empezado a hacerse de la costumbre de dejarle algunas trampas a Juuri para que las activara a medio entrenamiento.

—Vaya, había olvidado que puse eso ahí.

—¡Bájame! —le ordenó, Kakashi se paró con los brazos cruzados delante de ella.

—Bájate tú —replicó, Juuri comenzaba a molestarse, ya que sentía la sangre llegar a su cabeza.

—Eres despreciable... —le dijo mientras trataba de alcanzar la cuerda en su tobillo.

Completar la acción le tomó tres intentos, sin embargo, cuando finalmente lo logró, estuco a punto de caer de lleno en el piso, sin embargo, Kakashi fue más rápido y logró sostenerla en el aire, ella lo miró con un gesto de reproche.

—¿Sabes? Extraño cuando seguías más las reglas, ahora debo de cuidar que no me hagas trampa —le reclamó mientras la ponía en el piso.

—Un Ninja debe de estar preparado para lo inesperado, tómalo como un entrenamiento extra —contestó con cinismo Kakashi, Juuri quería golpearlo.

—Claro y el hecho de que siempre quieras ganarme no tiene absolutamente nada que ver con ello, ¿no? —le cuestionó, Kakashi casi sonríe.

—Puede ser —admitió él.

Juuri no se quedaría así, debía de darle una lección y para su fortuna, ya la había estado preparando, había usado los puntos ciegos que le daba su rapidez a Kakashi para colocar sus hilos como si fueran una red, a su alrededor.

—Ya entrenamos suficiente, vayamos a comer —le propuso Juuri de repente para tratar de seguir distrayéndolo, Kakashi asintió, ignorante de su futura venganza.

—Sí, pero más tarde volveremos —condicionó, Juuri negó

—No puedo, tengo misión en un par de horas, regresaré mañana temprano, te veo en Icharaku para el almuerzo —le dijo.

Así de extraño había progresado su relación, estaban siempre juntos. Cuando ambos se encontraban en la aldea, no había lugar donde se separan, incluso Kakashi seguía yendo a la habitación de Juuri a hacerle compañía por las noches, dormía ahí de cuatro a cinco veces por semana, especialmente cuando las pesadillas lo atormentaban.

Hace no mucho, se había sincerado con Juuri acerca de las muertes tanto de Obito como de Rin, ella había llorado y aún así, con el corazón desechó, lo había tratado de consolar, más aún cuando también le contó sobre las pesadillas que tenía, además de cómo a veces le parecía ver a Rin por la calle y su sangre en sus manos, le contó sobre todo lo que lo torturaba y también le habló de cómo solía perder la noción del tiempo en el cementerio. Juuri, sabiendo que de seguir así, Kakashi se consumiría poco a poco, le había prometido no dejarlo solo a partir de ese momento, a tal grado cumplía su promesa, que cuando pasaba horas sin verlo, iba y lo buscaba allí, en el cementerio, aunque el lugar no le gustara, iba y le hacía compañía mientras ella aprovechaba el tiempo y limpiaba las tumbas de sus familiares y de sus amigos, pues hasta hace un par de días, entre sus personas queridas muertas, se había añadido también el nombre de Yukito, a quien habían cazado por el Byakugan.

La Ninja Lobo de KonohaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora