Capítulo 15

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Se despertó en la enfermería, con un dolor de cabeza terrible y quejándose en voz baja. Lo último que recordaba es que los dementores estaban punto de quitarles el alma a él y a Hizashi cuando el patronus de su padre había aparecido.

-¡Era mi padre!

Mina y Bakugo le miraron como si estuviese loco. Los dos chicos se veían bastante mal a decir verdad, con tierra y algunos rasguños. En la camilla de en frente estaba Kaminari con la pierna y la cabeza vendadas, con Sero a su lado.

-Kiri, ¿de qué hablas?

-Mi padre... Él estaba en el lago...

Bakugo y Mina no sabían qué decirle, la verdad es que temían contarle lo que había pasado desde que se desmayó. Pero no hizo falta que lo dijesen ellos, porque Toshinori entró en la enfermería y se acercó a los chicos.

-Veo que ya has despertado Kirishima, me alegro de ver que estás bien.

-Señor, hay un terrible confusión. Yamada es inocente, es culpa de Nedzu; él es el verdadero traidor.

-Lo sé, Bakugo me lo dijo cuando se llevaron a Yamada para darle el beso. Pero me temo que no hay ninguna prueba, solo vuestro testimonio. Y la Comisión no va a creer a unos magos de trece años me temo.

-¿Y qué hay del profesor Hakamata?

-Su transformación no ha terminado todavía. Para cuando vuelva en sí mismo será demasiado tarde, le darán el beso al amanecer. Lo que necesitan jovencitos, es tiempo.-Miró a Sero con una sonrisa de lado, y el chico le miró con los ojos abiertos, metiendo la mano en el bolsillo de su túnica.-Yamada está encerrado en la torre Oeste, bajo llave. Si todo va bien, esta noche podréis salvar más de una vida inocente. Sero, conoces las normas. No pueden veros en ningún momento. Con tres vueltas será suficiente.

Les dio una última sonrisa, se despidió de ellos y fue hacia la salida. Nadie entendía nada, pero Sero se levantó resuelto de su sitio y sacó de su bolsillo una preciosa cadena dorada con un reloj de arena rodeado de círculos.

-Lo siento Denki no puedes venir, tenemos que darnos mucha prisa. Vamos, ¡venga no hay tiempo!

Instó a sus amigos a que se acercasen, y los tres le hicieron caso. Sero rodeó sus cuellos con la cadena, girando el círculo del reloj tres veces. Todo comenzó a dar vueltas para ellos, y cuando se paró era de día y estaban solos, sin rastro de Denki en su camilla.

-¿Qué has hecho Sero?

-No hay tiempo de explicar, tenemos que salir de aquí sin que nos vean.-Abrió la puerta de la enfermería y miró que no hubiese nadie a su alrededor.

Los demás le siguieron sin remedio, y sin entender nada de lo que estaba pasando. Bajaron por las escaleras laterales, evitando cruzarse con algún estudiante, y llegando a la salida del castillo que llevaba a la cabaña de Taishiro.

-Por la ventana, vamos.-Sero salió y saltó al césped, ocultándose.

-Sero, en serio ¿qué está pasando?

-¡Eres un imbécil!-La voz de Denki resonó cerca de ellos. Se asomaron por el muro, viendo como Sero detenía al chico.

-¡Denki! Déjalo no merece la pena.-El puñetazo que llegó después y la huida de Monoma se la sabían. Pero pudieron escuchar algo que antes no habían oído.

-Ese maldito niñato me las pagará. Este verano se va a enterar, pienso vengarme.

Escucharon a Neito hablar con sus amigos ya dentro del edificio y tuvieron que contenerse para no gritarle o pegarle. Después se vieron a sí mismos bajar por las escaleras hasta la cabaña de Taishiro. Todo eso antes de la muerte de Buckbeak.

Eijirou Kirishima y el Prisionero de AzkabanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora