Capítulo 2

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Eijirou caminó durante un rato arrastrando sus cosas hasta estar seguro de encontrarse lo suficientemente lejos de la casa de sus tíos.

Se sentó sobre el banco de un parque, dejando el baúl en el suelo y la jaula a su izquierda. Pero después de estar unos minutos escuchando únicamente el sonido de los grillos, se dio cuenta de la situación en la que se encontraba.

Estaba sólo en mitad de un parque del mundo muggle, sin saber a dónde ir ni qué hacer. No podía llamar a ninguno de sus amigos porque no tenía a Hedwig y no poseía un teléfono, además de que no tenía más que algunos galeones, con los que no podría apañarse ya que obviamente en las tiendas normales no los aceptaban.

Y para empeorarlo, había inflado a una persona, lo que le supondría casi seguro una expulsión de Hogwarts. Pensó en sus amigos, en Bakugo, y en que seguramente no podría disfrutar más momentos con ellos.

Se encogió en su sitio con todos esos remordimientos mientras la suave brisa que había removía su cabello.

Pero mientras pensaba en alguna solución, un crujido le sorprendió. Miró a su alrededor observando las zonas alumbradas tenuemente por la farola que había en el parque.

Observó los columpios, y el pequeño bosque que había tras ellos desde su sitio en el banco. Cuando ya se iba a rendir y pensaba que comenzaba a escuchar cosas extrañas, el crujido volvió.

Dirigió sus ojos hacia los matorrales frente a los columpios, y lo que vio le dejó tieso. Unos ojos amarillos le observaban fijamente.

Le pareció ver la cabeza de un lobo que se asomaba entre las hojas, y se levantó apuntando con su varita a donde estaban los ojos.

Pero no le dio tiempo a hacer nada. Justo cuando supuso que lo que había allí iba a salir, un claxon sonó tras él. Un autobús de tres plantas color morado se acercaba con los focos del frente encendidos.

Con un frenazo muy brusco se detuvo frente a Kirishima, que de la impresión se olvidó de esos ojos. Cuando lo observó mejor, vio en el costado pintado en grande un cartel que decía: AUTOBÚS NOCTÁMBULO.

Un joven con pinta de aburrido salió del autobús, sacó una tarjeta y comenzó a leerla.

-Bienvenido al autobús noctámbulo, transporte de emergencia para el brujo o bruja abandonado.-Hizo una pausa para mirar a Kirishima.-¿Cómo te llamas?

El pelirrojo notó que el joven fijaba su vista en su cicatriz, y rápidamente la tapó con su pelo. Al tenerlo por los hombros y lacio fue fácil.

-Me llamo Eiji Bakugo. ¿Este autobús me lleva a donde quiera?

-Mientras haya tierra sí.

-¿Cuánto cuesta ir a Londres?

El chico pareció pensarlo un momento hasta contestarle que once sickles. Eijirou sacó el dinero del baúl y el joven le ayudó a subir sus cosas al autobús.

En el momento en el que cerró la puerta, el bus salió despedido. Kirishima tuvo que agarrarse de una barandilla para no caerse. Se dio cuenta de que en vez de asientos había muchas camas, algunas ocupadas por personas que se encontraban durmiendo.

Frente a él estaba el cobrador leyendo un periódico. En la portada se podía ver a un hombre de cabellos rubios bastante desordenados. Tenía unos ojos amarillos que hicieron estremecer a Kirishima, y le preguntó que quién era ese hombre.

-¿En qué mundo vives Bakugo? Es Hizashi Yamada.

Al ver la cara de confusión de Eijirou, bufó y cerró el periódico.

Eijirou Kirishima y el Prisionero de AzkabanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora