Murdoc se encontraba en su oficina , recargado en el respaldo de su silla y con las piernas descansando sobre el escritorio. Sus dedos palpaban su abdomen al ritmo de la música que se reproducía en ese viejo tocadiscos .
Pudo ver una sombra cruzar la habitación por el rabillo del ojo, automáticamente el se irguió , bajando las piernas del escritorio. Girando en su silla volteó a ver su desorganizada oficina .
—¿Face-ache? Maldición engendro, juro que si volviste a escabullirte en mi oficina sin permiso voy a sacarte lo que te queda de ojos... —El hombre verde se levantó cansadamente de su asiento y comenzó a recorrer con la vista la habitación.
—Face-ache...—Comenzó a canturrear. —Sal , Sal De donde quiera que estés...—El comenzó a reír de una manera desagradable mientras dramatizaba sus pasos .
¡Thud!
El hombre volteó rápidamente hacia la dirección de origen del ruido, como si un juego de escondidas se tratara.
Desde atrás de su escritorio, se alcanzaba a ver un pequeño mechón de color azul.
El hombre se relamió los dientes y rio.
—Oh... Voy a disfrutar tanto esto...—Acción siguiente el hombre se abalanzó por encima del escritorio y tomó la cabellera azul con su garra.
Pero su sorpresa fue grande cuando se dio cuenta que lo que el sostenía, era un animal de peluche en forma de cíclope , cuyo pelaje era justamente...
Azul.
Se escuchó un fuerte golpe y lo siguiente que el hombre vió, fue negro...
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La nipona se sacudía la blusa con satisfacción mientras miraba al hombre verde en el piso. Se encontraba atado de piernas y manos , y una bola de sado se encontraba atada en su boca y alrededor de su cabeza.
Mirando a su alrededor , la chica pudo encontrar una vieja cámara instantánea , la misma que el le había regalado hace muchos años. Sonriente , la muchacha tomó un par de fotos , y eligiendo una, la chica escribió sobre ella y la puso cerca del alcáncese hombre verde. Posteriormente salió de la habitación.
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En apuros, la nipona corrió hacia la habitación del peliazul y entró a trompicones.
—¿Listo?
El peliazul la miró pálido desde su posición.
—¿Hablabas en serio? ¿D-De verdad vamos a irnos?
—¡Too-Chi!—La muchacha dijo con exasperación.—¡Por supuesto que vamos a irnos!—Dijo mientras se removía alrededor de la habitación y comenzaba a recoger un montón de objetos y ponerlos sobre la cama.
—¿P-Pero a donde iremos ?¡Oh no, si se entera nos va a sacar los dientes uno por uno!—Dijo llevándose las manos a la cabeza.
—El ya lo sabe. ¡Too-Chi! ¡Ayúdame! ¡Tenemos que irnos!—Dijo buscando una sábana entre todos los objetos esparcidos por la habitación.
—¿¡Q-QUE?!—El hombre gritó a la nipona mientras se cubría la boca con las manos.—¡¿C-Como que ya sabe?!¡Oh no seguro ya viene para acá!—Dijo colocándose su máscara y haciéndose un ovillo!
—Too-Chi, el no va a hacer nada. Tenemos que irnos cariño.—La muchacha le dijo en un tono dulce , tratando de calmarlo.
—¡¿Como estás tan segura ?! Oh no...Va a matarme...—El hombre empezó a murmurar como desquiciado.
—¡TOO-CHI!
El hombre dirigió su cabeza hacia la nipona y elevando su máscara lo suficiente para verla.
—El no va a hacer nada para evitarlo, está atado e inconsciente en el piso de su oficina...
2D palideció hasta los pies...
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Tras mucho convencimiento , ella llegó que el hombre se moviera de su lugar y comenzara a empacar . Entre los dos , en menos de un cuarto de hora ya tenían un costal de sabana improvisado lleno de unas cuantas pertenencias personales del peli azul . El hombre aún estaba adolorido por la reciente golpiza, sin embargo estaba erguido . Tembloroso pero erguido ...
Antes de salir de la habitación, el hombre miró hacia atrás , miró esa habitación que por tantas noches fue su cárcel . Que por tantas noches le hizo sufrir , llorar , y desear la muerte desde el día uno. Pudo sentir un amargo sabor de boca al mirar todos los papeles arrugados esparcidos por la habitación y las roídas cortinas que eran su única barrera contra ese ojo gigante que logró aterrorizarlo por tanto tiempo. Por fin iba a abandonar ese lugar tan obscuro que le hizo enfrentar sus peores miedos y le obligó a revivir sus peores momentos. Eras cuatro paredes que día a día le recordaban lo inútil que era , lo incapaz y lo cobarde. Pero ya no más ...Por fin iba a irse.
Por fin iba a largarse.
Por fin iba a ser libre...
El hombre se volvió a colocar su máscara con manos sudorosas y exhaló pesadamente.
Cierta nipona le tomó la mano , asegurándole que todo estaría bien. Ella le sonrió y el hombre asintió. Dándole un ligero apretón en la mano, ellos dos comenzaron a caminar con dirección a la salida del edificio , y sin mirar atrás salieron tan pronto tuvieron la puerta en frente.
La luz del sol les cegó un par de segundos, la chica usó su mano paras cubrirse el rostro en lo que si vista se acostumbraba a tanta luminosidad. El día se encontraba soleado y muy despejado, el aire de la costa era salado y ardía al respirarlo.
Pero resultaba muy refrescante. Muy liberador. Como si el gran monstruo de agua estuviera consciente del fin de una era de maltratos.
El siendo el primer testigo, parecía regocijarse por el peliazul, como si con su brisa y su alegre oleaje le felicitara, y le animara a seguir adelante. Como si le prometiera que se venían mejores días , unos días muy muy lejos de esa apestosa isla.
Pareciera que hizo su brisa extra salada , como regalo de despedida.
"¡Es la ultima vez que respiraras este aire , enhorabuena!" Hubiera dicho el mar si éste pudiera hablar:
Sin embargo, toda esta paz y calma que se sintió por un instante, fue alejada por la cruda realidad , la cual les baño como un cubetazo de agua helada....
—¿N-Noods? ¡¿Donde está Russ?!
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¿Estás conmigo? | Noodle & 2D
Фанфик-¿No te parece curioso como las luciernagas siempre se mueven en grupo? -Supongo que se protegen unas a otras.-Dijo el peliazul elevando los hombros mientras enterraba sus manos en el césped. -Nosotros somos como las luciérnagas entonces.-Dijo en vo...