Introducción

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Suena el despertador. Apenas tengo ganas de abrir los ojos, y lo apago para volver a dormir. Dos minutos después, el pitido vuelve a sonar. Me resigno y me levanto, sin ser consciente del día que es.

- CAMELIA QUE VAS A LLEGAR TARDE DATE PRISA- grita mi madre desde la cocina.

No entiendo porqué me mete prisa si es sábado y es verano. Miro el calendario de reojo por casualidad.

14 de septiembre. Día de presentación de 1ºBachillerato. 12h

Mierda. Miro el reloj. Las 11:30. Mierda.

Corro escaleras abajo, cojo un par de tostadas y me apresuo a coger la chaqueta.

-Mamá te he dicho mil veces que me llames Cam y no Camelia, ya sabes que no me gusta.

-Ay hija ya lo sé, pero se me olvida. ¿No coges un cuaderno o algo para apuntar lo que os digan?

- Mamá, no tengo 5 años, puedo acumular información en la cabeza. Además llevo el móvil. Por cierto, luego me voy con éstas a comer al Burguer y estaremos por ahí esta tarde.

-Vale, a las 9 en casa.

Al salir de casa, llamo a Laura para decirla que quedamos en la puerta del insti.

Cuando estoy a punto de doblar la esquina, veo una moto azul llegar a toda velocidad. ¿Quién tiene una moto azul? Nadie tiene una moto azul. Empiezo a cruzar por el paso de peatones, segura de que el vehículo parará. Pero no para. Consigo apartarme en el último segundo, evitando que la moto me arrolle. La moto da la vuelta, y se para delante de mí.

- ¿PERO ES QUE NO SABES CONDUCIR? ¿NO VES QUE HAY UN PASO DE CEBRA Y HAY ALGUIEN CRUZANDO? ¿QUÉ PASA QUE POR TENER UNA MOTO CARA TE CREES QUE TIENES DERECHO A IR A TODA OSTIA POR LA CALLE O QUÉ?

No puedo parar de gritar. Yo soy así de impulsiva, y encima, han estado a punto de atropellarme.

El motorista, sin bajar de la moto ni quitarse el casco, me dice unos cuantos "lo siento" y enseguida le pierdo de vista.

Es que hasta el primer día de clase me tiene que pasar algo. Soy gafe, ya no tengo dudas.

Sólo espero no volver a ver a esa moto ni a su conductor en mi vida.


Si me quieres, tuitea que me odiasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora