9. Gol... o no

70 2 0
                                    

Nada más llegar al instituto me dirijo al gimnasio, donde se supone que tenemos que reunirnos con el profesor de Educación Física. Cuando llego ya está la clase casi al completo, pero el profesor aún no ha aparecido.

- Alba tía vaya cara de dormida que me llevas- digo mirando a mi amiga, que parece que se va a quedar dormidade pie. Todos parecen zombies... es lo que tiene levantarse por primera vez a las 7 de la mañana después de 2 meses de vacaciones.

- Uf no puedo con mi vida, casi me caigo viniendo del sueño que tengo.

La miro sonriendo. Va súper guapa, mi amiga es preciosa, y noto que Maik se ha dado cuenta porque no le quita ojo...

- No te gires pero Maik no para de mirarte tía, y pues normal porque vas guapísima.

Obviamente mi amiga me ignora y se da la vuelta para mirarle directamente y saludarle. Al ver que le han pillado, el chico se da la vuelta y se pone a hablar con Itzan. Me quedo mirándoles. Hoy no ha venido con chupa de cuero, solo lleva una camiseta azul lisa que le marca el abdomen.

CAM qué haces mirándole el abdomen a ESE, BASTA eh.

Mi mirada se desvía hacia Raúl. Él si que está bueno madre mía. Sonríe mientras habla con sus amigos, su sonrisa simplemente... uf.

- Hola chicos- el profe de educa acaba de llegar, es el mismo del año pasado, Mario.- Como es el primer día, vamos a hacer un deporte todos, y así vais creando un vínculo entre vosotros, ya que vais a estar juntos muchas horas durante los próximos 9 meses.

Todos empiezan a hacer propuestas: baloncesto, voleybol, fútbol, comba...

Finalmente el fútbol gana por goleada, porque los chicos es lo que prefieren y a la mayoría de las chicas les da igual de lo dormidas que están.

- Genial, voy a por el balón. Mientras tanto id haciendo los equipos... a ver, necesito capitanes. Raúl, cómo capitán del equipo de fútbol del instituto serás uno, y el otro...- Mario mira al resto de estudiantes- el otro serás tú. Supongo que eres nuevo proque no te he visto por aquí, ¿cómo te llamas?

- Itzan Úcar.

Raúl e Itzan capitanes. Por favor, que me elija Raúl, aunque sea la última. Los dos empiezan a  escoger. Itzan empieza escogiendo a Maik y Raúl escoge a Ander. Cómo no, cada uno con su amigo del alma. Eligen a todos los chicos y empiezan por las chicas. Maik le susurra un nombre a Itzan, que es quién debe elegir ahora. Que no diga mi nombre que no diga mi nombre.

- Yo me pido a la de detrás, Alba.

- Me toca. Tú la de la izquierda, Cam.

Un momento, UN MOMENTO. Acaba de decir mi nombre. Él ha dicho mi nombre. Raúl me ha escogido para su equipo. Me pongo detrás de él mientras me sonríe. Soy la primera chica que elige, incluso antes que Azucena. ¿Los planetas se han alineado o algo? De repente sabe de mi existencia.

- Eres buena, ¿no? Te he visto jugar a veces en las pistas.

¿¿¿Perdona??? Que me ha visto jugar al fútbol y se acuerda de ello.

Son las 8 y media de la mañana, demasiadas emociones de repente, creo que me desmayo. Bueno no, que tengo que jugar mejor que nunca.

- Sí, bueno, más o menos. Tampoco te emociones- le respondo riendo.

Miro a mi derecha y veo a Itzan mirándome. Bueno, más bien a Raúl. No sé por qué, pero noto en su mirada algo, no sé explicarlo. El día empieza bien, no estoy en su equipo y sí en el de el chico que me gusta. Hoy va a ser un gran día.

Cuando terminan de elegir, llega Mario con el balón y empieza el partido. Cómo somos muchos, algunos se quedan en el banquillo, pero yo juego.

He de decir que, en nuestro instituto, un partido de fútbol es como los juegos del hambre: vamos a por todas. El ser amigos se queda fuera del campo y simplemente intentas que tu equipo gane.

Pasa el tiempo. Quedan 20 minutos de clase, estamos empatados a 2.

Raúl se dispone a sacar corner, así que me pongo cerca del segundo palo para rematar de cabeza. Me mira, coge carrerilla, tira y la pelota viene directa a mí. Gol. Estoy segura.

O no. De repente, algo, o más bien alguien me pasa por encima, desviando la pelota. Entonces, en menos de un segundo me encuentro en el suelo debajo de Itzan, y nuestras caras se encuentras a escasos centímetros. El tiempo se detiene. Sólo estamos él y yo mirándonos fijamente.

Si me quieres, tuitea que me odiasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora