𝘖𝘯𝘨𝘢𝘬𝘶 𝘕𝘰 𝘏𝘢𝘴𝘩𝘪𝘳𝘢
Capítulo 2
“¿Demonios Buenos?”
“Siento un horrible dolor... En todo mi cuerpo...”
Después de caer por el precipicio, para la vista de Sui todo se volvió negro y simplemente se dejó rendir ante la oscuridad eterna en la que seguramente su alma vagaría por los siglos. No tenía idea de dónde estaba, no tenía idea de Sei, ni siquiera sabía si seguía con vida o no. Lo único que podía sentir era como sus latidos se volvían cada vez más lentos y su cuerpo se moría de frío. Cayó inconsciente y dejó su cuerpo a merced de lo que fuera, esperando a lo mejor no sufrir con lo que podría pasar.
“Quizá ya esté muerta...”
Nunca imaginó que su vida iba a terminar así, tan rápido. Ni siquiera pudo conocer a alguien de su edad con quien pasar el resto de su vida, o ver como sus hermanos crecían y se iban de casa con sus futuras esposas. Tan sólo soñaba con que su familia fuera feliz el resto de su vida, pero claramente ocurrieron otros planes y todo por un maldito demonio. Sui comenzaba a preguntarse qué habrá hecho mal para merecer esa noche, o peor, qué mal habrán hecho sus inocentes hermanos para terminar así.
“Sai... Yo debí estar en tu lugar...”
Se sentía tan culpable, que la muerte era lo único que ella podía esperar. Pero de nuevo, la vida le tendría a Suigintou otros planes.
“¿quién habla...?”
Su último pensamiento antes de caer inconsciente, sin tener fuerzas y dejando de escuchar los latidos de su propio corazón. Quizá ya había muerto. Sin embargo, como ya dije la vida le tenía a Sui preparado un destino diferente, pues nunca se imaginó aquella ayuda "divina" que justamente paseaba por esos lugares en esa trágica noche.
—–¡Oh mi! ¡Son humanos heridos!—exclamó la voz femenina entre el silencio.—–¡Debo llevarlos con la maestra!
Una joven demonio que paseaba como siempre en las noches, acompañada de su sombrilla al hombro, sintió un holor a sangre humana muy llamativo y curiosa siguió su olfato hacia el lugar de donde provenía, encontrándose con la horrible escena de dos humanos: un niño pequeño y una chica más grande que él, yacían en el suelo boca abajo, mientras su roja sangre teñía el agua azuleja del río en donde se encontraban. La joven demonio se alarmó de inmediato, acercándose a los cuerpos y mirándolos con curiosidad. Ella se agachó y les tomó el pulso, notando lo débiles que estaban los dos. Seguramente eran hermanos, pues habían caído juntos y sus manos parecían haber estado buscando la del otro antes de caer en la inconsciencia. Aquella escena de dos niños humanos sufriendo una muerte súbita, cruel y lenta, conmovió tanto a Shizuka que decidió llevarlos con ella hacia su casa, a casa de su maestra para que pudieran tratarlos. No obstante, debía ser rápido, ya que la baja temperatura en sus cuerpos y lo débil que estaba su pulso los guiarían pronto hacia la luz.
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𝘖𝘯𝘨𝘢𝘬𝘶 𝘕𝘰 𝘏𝘢𝘴𝘩𝘪𝘳𝘢 |𝘒𝘕𝘠 -Próximamente
أدب الهواة"𝓗𝓪𝔂 𝓺𝓾𝓮 𝓼𝓮𝓻 𝓻𝓮𝓪𝓵𝓲𝓼𝓽𝓪𝓼. 𝓝𝓸 𝓽𝓸𝓭𝓸𝓼 𝓶𝓮𝓻𝓮𝓬𝓮𝓷 𝓪𝔂𝓾𝓭𝓪 𝓸 𝓳𝓾𝓼𝓽𝓲𝓬𝓲𝓪. 𝓐𝓼𝓲 𝓬𝓸𝓶𝓸 𝓷𝓸 𝓽𝓸𝓭𝓸𝓼 𝓶𝓮𝓻𝓮𝓬𝓮𝓷 𝓼𝓮𝓻 𝓼𝓪𝓵𝓿𝓪𝓭𝓸𝓼" En un mundo en donde matar o morir es la ley de la vida, sólo los cazado...