8. Para eso son los amigos.

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Estaba nerviosa.

¿Por qué estoy nerviosa?

Theo dejo "instrucciones" claras. Lo esperaría en el parque principal del pueblo, debajo de un viejo árbol grande en el centro de este.

Siempre me ha gustado ese árbol. Es tan distinto a los demás, siempre verdes o amarillos, pero ese era de un púrpura rojizo en primavera y en otoño de un hermoso cobrizo que siempre pensé que se asemejaba a mi cabello. Creo que es un haya, pero no sé exactamente qué tipo.

Y después de esperarlo ahí iríamos a donde decidiéramos en ese momento y que de preferencia tuviera los deberes ya hechos por si tardábamos y llegábamos noche.

Pero eso no tenía nada que ver con mi nerviosismo.

Bueno, en la parte la posibilidad de llegar tarde a casa me causaba un poco de angustia, pero realmente eso no era lo que me tenía nerviosa.

Ya había hecho la tarea, había alimentado a Mushu, incluso dejándole algo de croquetas para gato por si le daba hambre más tarde, tenía mi apartamento impecable, como siempre, pero aun así no me sentía cómoda con la idea.

Tal vez porque se sentía como una cita.

No, no, no. NO.

El especificó muy claramente ayer que no era una cita. Y yo había estado de acuerdo con eso.

Entonces, ¿Por qué me he maquillado? ¿Por qué he elegido esa falda en el fondo de mi armario y un top bonito que ni siquiera sé si es mío? ¿Por qué me he arreglado el cabello?

No lo sé, al momento de ponérmelo sentí que combinaría con la manera en que Theo se viste, sería muy raro que el fuera vestido con su ropa de moda y yo con mis camisetas básicas y el mismo pantalón desde hace años. O quizá porque crea que les contará a sus hermanos el cómo iba vestida. Y no quería que pensaran que siempre estoy desarreglada, aunque no sabía de cuál de los dos hermanos me importaba más su opinión.

Sacudí la cabeza, es solo una salida de amigos, igual a la de ayer con Leo, nada del otro mundo. ¿Qué llevaba puesto ayer? Quizá puedo usarlo de nuevo... no, por dios, ayer corrí por las escaleras como si mi vida estuviera en riesgo, debe oler...

Me quite el conjunto, quizá para otra ocasión... Ni siquiera sabía que lo tenía en el armario hasta hace unos minutos. Trate con un jean de buen aspecto, una blusa de botones y estampado de flores azules, metiéndome lo largo dentro de los jeans, y unas zapatillas negras.

Me veía bien, sofisticada y simple al mismo tiempo, me volví al tocador para reducir el maquillaje a un poco de labial, mascara de pestañas y un poco de rubor para darme color y no verme tan pálida como de costumbre. Deshice el peinado para amarrarme el cabello en una coleta simple con mechones sueltos a ambos lados de la cara y listo.

Estaba lista.

Me sentía lista para lo que fuera que pasara.

Recorrí medio pueblo a pie. Había un autobús que me llevaba directamente ahí desde una parada cercana a mi apartamento, pero no me daban ganas de tomarlo, aunque llegara más tarde a pie.

Llegué al lugar acordado, el árbol tenía una estructura circular alrededor de él que servía como banca, había gente ahí, niños con sus padres y alguna que otra pareja disfrutando del día, encontré un lugar espacio solo y me senté ahí viendo caer las hojas del árbol.

Estamos a principio de otoño por lo que no me sorprende, pero el ambiente aún era algo cálido, lo suficiente para no tener que usar una chaqueta y por ello no entendía por qué Theo llego con una chaqueta de cuero negra.

Theo, Thiago y Thom.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora