3. Sopita y té.

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Una semana después de que los chicos llegaron no volví a saber mucho de ellos, Thom era inteligente en Filosofía y parecía agradarle al profesor, pero además de unas miradas y una ligera sonrisa el otro día, no hemos hecho mucho entre nosotros. Thiago se sentaba al fondo de la clase en ciencias, y el laboratorio se sentaba lo mas lejos posible de mí, cosa que se agradece honestamente. Sin querer, escuche murmurar a unas chicas de a clase en cómo les gustaría acercarse a el para conversar o pedirle su número, pero que realmente el no hablaba con nadie y lo tomaban como alguien muy misterioso, algo que hacía verlo "endemoniadamente sexy" según ellas. Para mí, simplemente era alguien antisocial.

Lo que más me sorprendió de todo fue que Theo no se me acercara en ningún momento, ni en clase, ni en los casilleros, ni cuando nos topábamos en los pasillos, es más, ni siquiera me miraba, casi como si me evitara. No me importaba mucho en realidad, pero quería saber a qué se debía ese repentino cambio de actitud por su parte. Quizá se dio cuenta que no voy a caer en ninguno de sus juegos o simplemente Thom le dijo que me dejara en paz. De cualquier forma, podía volver a mi vida normal.

La siguiente clase que tenia era Filosofía, me encaminé hacia allí pasando antes por mi casillero, vi a Thom pasar frente a mi rápidamente, y unas chicas riendo cuando paso junto a ellas. Al parecer, los nuevos estudiantes trillizos eran sensación entre las chicas, más las que tenían grupitos de 3 por la fantasía de estar cada una con uno. No entendía ese fetiche raro que tenían, era algo estúpido. Tengo que admitir que los tres son bien parecidos. Esos ojos azules contrastan muy bien con el cabello negro y su piel pálida. No han de salir mucho supongo. Además de sus facciones bien definidas y su gran estatura hacen que sean candidatos perfectos para ser los nuevos chicos lindos del instituto. También he oído que el hecho que fueran de la ciudad, fueran a Francia y regresaran, les da un aire foráneo y muy refrescante. La cuidad es pequeña, casi todos se conocen, por lo que encontrar unas caras nuevas es de cierta manera emocionante para algunos.

Yo solo quería que no se metieran en mis asuntos. Así poder llevar mi vida tranquila.

Llegue al aula de Filosofía con minutos de sobra, y al parecer el profesor se tardaría un poco por el tráfico. Saqué mi computador y comencé a adelantar algo de tarea que tenia de Lengua mientras los demás hacían algo de bullicio y salían y entraban del aula como les daba la gana. Me tente a sacar los audífonos y dejar de escuchar, pero advertí en que Thom venia en mi dirección con la cabeza agachada y el cabello cubriéndole un poco la cara. Se sentó en la silla junto a mi y me miro por fin a la cara. Pero al momento de verlo le vi algo diferente. Quizá sea yo, pero le veía el cabello mas largo, y las pocas ojeras que tenía habían desaparecido, también lo sentía algo mas ancho de la espalda y con los brazos con mas músculos. Quizá solo fue al gimnasio un par de veces, pero... aun así había algo que no cuadraba.

Me reí un poco cuando me di cuenta en lo que estaba pasando.

—Oh, pero que risa tan melodiosa tiene, señorita —dijo sonriendo y apoyando su brazo en el escritorio y su cabeza en su mano acercándose más a mí.

—Oh gracias, es agradable que alguien lo noté —le seguí el juego un poco y al ver su sonrisa de satisfacción sabia tenía que desenmascararlo ya—. Theo, Thom no me llama "señorita" ni me habla de usted.

—¿De que habla? Yo soy Thom, ¿le ha vuelto a causar confusión nuestro gran parecido? —se recargo en el respaldo de la silla y puso su tobillo encima de la rodilla.

—A mi parecer, te falta mas para actuar como Thom, tal vez puedas imitar mejor a Thiago por que es mas simple, solo se sienta en el rincón y no se mueve hasta que toca la campana —bufe riendo y negando con la cabeza mientras él acercaba su rostro al mío.

Theo, Thiago y Thom.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora