El periodista

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Una tarde nublada, el aire frío rozaba la áspera piel de Rodrigo, un periodista que se tapaba la cara con la bufanda tejida por su hija menor. Rodrigo caminaba las calles de la Ciudad de México, había tenido un día pesado y lleno de estrés, sus pies lo mataban con cada paso, pues en su trabajo le exigían utilizar zapatos formales. Observó de lejos una banca metálica pintada de verde en la cual decidió sentarse a descansar. La densa neblina no lo dejaba ver a más de 10 metros pero delante de él se encontraba un edificio de pinta colonial, el cual llamó su atención por su extrema belleza y a la vez se llenó de nostalgia al observar que este se encontraba en las peores condiciones, estaba lleno de grafitis, olía a orines y lo que quedaba de la puerta principal era un pedazo de madera vieja y podrida. Se preguntó ¿Qué habrá dentro de esta enigmática construcción?, sentía una atracción inexplicable por aquel edificio que su cuerpo se levantó lentamente de la banca para adentrarse a ese misterioso lugar. Entró por un agujero de la puerta y comenzó a explorar, la madera del piso rechinaba con cada paso y un olor a viejo inundó su olfato, llegó a un lugar que parecía ser un gran salón con un enorme y viejo piano en él, lleno de polvo. Se acercó al piano y comenzó a tocarlo como por instinto, sus dedos parecían moverse solos, cerró sus ojos y comenzó a disfrutar de su soledad, del olor a madera vieja y polvo, disfrutaba cada nota que tocaba y a su memoria venían recuerdos de él y su hermosa esposa Christine cuando hace algunos años bailaban en ese gran salón a la luz de los candelabros, tomando un exquisito vino europeo, acompañados de sus seres queridos y allegados, con una docena de sirvientes a su merced. Él aún podía sentir a Christine y respirar su dulce aroma, podía recordar su tacto y sus bellos ojos miel los cuales se llenaban de lágrimas cuando él le decía que la amaría por el resto de sus días de esta vida y las siguientes. El sonido de las palomas volar lo hicieron salir de su trance borrando todos sus recuerdos. ¿Qué hacía en ese sucio y nauseabundo lugar? Se preguntó mientras observaba sus dedos negros llenos de polvo ¿Qué hacía parado enfrente de un piano si no sabía tocar ningún instrumento?, el miedo inundó su cuerpo, comenzó a sentir una fuerte opresión en su pecho y unas ganas de llorar inexplicables, quiso salir corriendo de ese extraño lugar pero antes de hacerlo, fotografió de nuevo los restos de lo que alguna vez fue un elegante piano y una majestuosa mansión, fotografías que serían eliminadas más tarde, sin recordar porque fueron tomadas.

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