CAPITULO 35 "ENOJADA"

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Fue a comer con Vanesa a un restaurante cercano y, al menos esa comida fue relajante y reconfortante; era bueno pasar tiempo juntas, platicaron de muchas cosas y después acordaron juntas volver al hospital, estarían ahí porque Vanesa quería realmente poder despedirse de su padre; y perdonarlo pero no sabía cómo; esperaría a sentir el impulso y pediría verlo.

El tiempo había pasado sin darse cuenta y volvieron al hospital casi a las ocho de la noche; Alexa se quedaría en casa de Olga así que eso la tenia tranquila; Alejandra sabía podría volver a casa de su madre para descansar pero no quería todo el escrutinio que implicaba ni otra discusion con ella; si era necesario conduciria hasta su casa o se irían a un hotel.

El teléfono de Alejandra estaba por quedarse sin batería; sería de madrugada en donde estaba Cristian así que solo le envío un mensaje avisándole que estaría incomunicada pero que lo más seguro era quedarse en casa de su madre esa noche; entraron a la sala de espera y llevaron algunos pastes para que la familia que esperaba noticias comiera.

Un par de horas después el médico informo que ahora sí era momento de despedirse, ellos ya no podían hacer más.

"Alejandra; podrías subir por favor" la madre de Noe se acercó con cautela mientras la veía platicar con la niña.

"Claro; vamos hija" tomo la mano de Vanesa pero la mujer la detuvo.

"Tu sola; quiere hablar contigo" al escuchar eso le recorrió el cuerpo un escalofrío y se llenó de un miedo que no tenía justificación; pero que estaba ahí. No fue la única impactada; Violeta sentía que le hervía la sangre.

Lo pensó unos minutos pero lo hizo; no sin antes asegurarse que su hija estaría cuidada por su abuela.

Entrar a esa habitación estaba siendo más complicado de lo que se imagino; no entendía porque tenía tanto miedo; pero era su subconsciente que le recordaba todo el daño que ese hombre le había hecho a su autoestima; el había terminado el trabajo de su madre y hermano destruyendo el poco amor propio que le quedaba en ese entonces.

"Gracias por aceptar hablar conmigo" Noe sonrió al verla ahí; parada en la entrada de la habitación.

"No entiendo de que tendríamos que hablar; pero, te escucho" no podía mover sus piernas de dónde estaban, parecía se las habían clavado al piso.

"Maria; admito que me porte mal contigo; te hice daño de todas las formas posibles y doblegue tu espíritu; no descanse hasta que sometí ese espíritu libre que aunque escondido por la depresión con la que te encontré resaltaba dentro de ti; pero sabes; a pesar de todo eso me diste una enorme lección de vida."

Ella lo vio sorprendida; odiaba que la llamara Maria; nadie más la llamaba así.

"No me mires así; sabes lo que hiciste; estás aquí; protegiendo a tu hija de todo esto y de todos a su alrededor; te levantaste de esa miseria emocional en la que te deje; sacaste adelante a esa niña que no tenía culpa de nada y mírala; es una pequeña feliz y sonriente, además de que por lo que supe estás por casarte; te levantaste de esas cenizas y volviste a construir tu vida; yo repetí mi patrón; tuve otra hija que tal vez sea la única que pueda agradecerme algo; pero que no viviré para verlo" Alejandra no creía lo que escuchaba; pero ni esas palabras reconfortaban el daño que el le había hecho.

"Quizá no lo vea; pero al menos te quedará en la conciencia que redimiste la falta de atención a tus demás hijas con esa pequeña" no podía decirle más; le era poco grato estar ahí.

"Eso es lo que te hace única; siempre le buscas el lado bueno a cada situación; agradezco que alejaras a Vanesa de mi, pues ahora ella es más como tú, pero no como quien yo conocí, si no como la mujer que algún día intenté desaparecer" no tenía nada que perder; lo único que le quedaba era reconocer sus errores.

Amar Sin Límites Ni Secretos Libro 3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora