CAPITULO 40 "PLUMA"

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El obedeció sin saber que era lo que haría; pero tenía curiosidad; se recostó; cerro los ojos y sintio como ella se subía lentamente a la cama; se ponía sobre el y colocaba la corbata cubriéndole los ojos; el comenzó a acariciar su cuerpo.

"Creo que esto me gustará" dijo mientras deslizaba las manos en su cintura.

"Hey!; sigo molesta, en qué momento te dije que podías tocarme" lo reprendio y le dio un manazo que, aunque lo confundió, también aumento su excitación.

Se acercó al cajón junto a la cama y saco una caja que le había regalado Aide en su cumpleaños; esa no la abrió pues fue específica que debía hacerlo en privado; entre las muchas cosas que traía venían unas esposas y una pluma de ave larga negra; era muy llamativa; tomo ambos brazos del hombre y los esposo a la parte de arriba de la cama; el gruño ansioso por la excitación que estaba creciendo en el; ella bajo de la cama y fue a la cocina; regreso con un hielo en un pequeño plato.

Comenzó a jugar con las sensaciones en su cuerpo; entre la pluma y el hielo recorría cada centímetro del pecho y abdomen de su hombre; duro un rato ya que quería llevarlo al límite; ella también se estaba excitando de verlo retorcerse ante la expectativa de lo que haría; le quitó el pantalón y después lentamente comenzó a jugar mientras lo despojaba del boxer.

Se metió el hielo a la boca y con el comenzó a hacerle sexo oral; sus gemidos y el escucharlo susurrar su nombre mientras se mordía el labio la hacían querér seguir jugando.

"Te gusta?" Le pregunto ella entre dientes mientras trataba de controlar su propia excitación al oírlo gemir.

"Oh si cielo!; me encanta" intentaba bajar las manos pero seguía esposado; ella siguió con su boca hasta que sintió sacudir su cuerpo y sus gemidos fueron más intensos; era señal de algo que ella recibió gustosa en su boca; pero no pararía ahí.

Se enderezó a besarlo mientras seguía jugando con la pluma; el ansiaba tomarla entre sus brazos pero aún estaba emocionado ante la expectativa de lo que venía; ella se acomodo de nuevo sobre el y comenzó a mover sus caderas de forma sugerente mientras besaba su cuello y le daba ligeras mordidas; el quería besarla de nuevo pero ella se negaba; le acercó el pecho a la cara y el gustoso chupo sus pezones; se los ofrecía y retiraba; eso lo tenía loco en ese instante pues quería poseerlos y ella lo dosificaba, la tensión de su cuerpo bajo ella por querer tocarla seguía hasta que entre sus piernas volvió a sentir su deseo creciente de nuevo.

"Alejandra!" Su nombre entre jadeos le indico que era el momento de nuevo; se acomodo y comenzó a moverse sugestivamente; ella arañaba ligeramente su pecho mientras se concentraba en la excitación de el; cuando llegó su orgasmo el gemía también; ella libero sus brazos y el de inmediato se giro para ponerse sobre ella; se quitó la corbata que cubria sus ojos para encontrarse con el rostro sonriente de su mujer.

"Creo que te haré enojar más seguido!" Al decirle esto volvió a introducirse en ella con fuerza; tomo sus manos y con los dedos entrelazados la llevo al límite nuevamente mientras él también lo hacía; se dejó caer a su lado para recuperarse del momento intenso que habían tenido.

La abrazo y beso suavemente.

"Cómo se te ocurrió esto?"  pregunto al observar la pluma y las esposas en la cama.

"Fue uno de mis regalos de cumpleaños" nuevamente su risa traviesa apareció.

"Mmm, pues creo yo enviaré una tarjeta de agradecimiento" la apretó con fuerza sabiendo que pronto se quedaría dormida.

A la mañana siguiente como anticipo Alejandra el no solo despertó más cariñoso; si no también más celoso y posesivo, lo que la hacía reir.

Fueron al festival navideño de las niñas; aunque ella iba de pantalón, blusón y zapatillas el se aferraba a su cintura y no se separaba para nada; Andrés y su madre también llegaron al festival.

Amar Sin Límites Ni Secretos Libro 3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora