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Conocer a alguien nunca fue tan perfecto.
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XI. Comienzo.«¿Cómo puedo descargar mis pensamientos más ruidosos, mis inquietudes más latentes, mis miedos y mi esencia completa en alguien que no es capaz de decirme qué demonios es lo que pretende conmigo?»
Cuando el rostro de Rin abandonó su rigidez, evocó
una transformación inigualable, abrupta y distorsionada. Sus labios, víctimas del temblor, recurrieron a fruncirse en un desesperado intento por aquietar su vibración. Y sus pómulos cobraron viveza; se sonrojaban delatando el ímpetu de su exaltación. La punta de la nariz pasó a hacerle juego, competía con su coloración y hacía ademanes con movimientos diminutos e involuntarios. Al reunirse cada rasgo facial vivido en su semblante, solo quedó un aspecto estrujado, ansioso y colérico, que al final detonó en llanto.Mi cuerpo, antes de consultarme y pedir permiso, acabó de pie, sin saber qué hacer. Cuando mi mente conectó con mi físico y lo apresó a sus decisiones racionales, se heló ante el pánico y la incertidumbre. Después de todo, Rin, con seis años de diferencia, ya me enseñaba que hay misterios que no merecen ser resueltos y personas que simplemente no se pueden descifrar. Ella, con diecisiete intensos e inexpertos años, podía llevar a su profesor de veintitrés al borde de la ignorancia y perplejidad. Y antes de poder formular alguna palabra prudente o transformar algún pensamiento en letras, su espalda interceptó mi vista, y se fue alejando hasta subir las escaleras.
Había incitado una guerra con Rin, otra vez.
Mi mente extenuada y sobrecargada de desconcierto, no pudo evitar jugarme una mala pasada y hacer un perfecto ejercicio de retrospección; en cuestión de cortos segundos pude ver perfectamente aquella Rin del bar, del hospital, del inicio de clases y recién mudanza; culminando, amargamente, con la Rin del anochecer en el barandal.
«Me gusta sentir frío. Porque solo así puedo disfrutar la sensación de ser abrigada»
Quizá nunca mintió tanto. Aquella rubia que bebía de espaldas y sin reparo en los demás, que corría de unos ojos conocidos hasta ser arrollada por un auto, y que nunca se permitió exhibir algún ápice de sí misma, había, de vez en cuando, soltado verdades nostálgicas y confesiones tiernas.
«Parece que sigo esperando cosas que no pasarán»
Y en cada secreto que se le zafaba, exponía su vulnerabilidad con tanta obviedad. Pero es que ha vestido su disfraz con tanta fuerza, que ya casi podía ser parte de su misma piel.
Su cuerpo chiquito y mirada feroz, admirados con imparcialidad, habían cautivado una parte desconocida de mí; y enfurecía al ver su silueta potente e implacable siendo aplastada por una descabellada rebeldía que insistía en vivir en ella aún si yo intentaba exterminarla por cualquier método. El futuro de Rin se opacaba a cada instante por su sed de insurrección y repudio al apoyo de alguien más. Y yo no sabía cómo hacerla brillar sin detonar las heridas abiertas que persistía en esconder.
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|Enséñame| RiLen
FanfictionLa vida no será muy justa contigo. Te arrebatará tu familia cuando más los necesitas, te distorsionará tu cándida personalidad y te transformará en un ser de rebeldía, con la constante sensación del vacío envenenándote el alma. Te sentirás sola, not...